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Tocada y ¿hundida?

Tocada y ¿hundida?

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Tocada y … ¿hundida? La dura derrota (4-0), gestada con tres goles en 5 minutos antes de la media hora, sufrida en Cornellá exige, ya de verdad, un punto de inflexión para abordar las doce últimas jornadas con ciertas garantías de poder lograr la permanencia. Si esto continúa así será muy complicado. La dinámica actual de 8 puntos de los últimos 51 conduce a una UD Logroñés sin rumbo y en caída libre de vuelta, por la vía rápida, al barro (a la Primera RFEF). Porque la excusa de medirse a un rival que pelea por otros objetivos no sirve. En este sentido, ante el Mallorca se perdió, pero se exhibió otra actitud y un carácter competitivo que ha ido perdiendo el cuadro blanquirrojo -en tierras catalanas con la equipación verde-.

Cuando se sale a limitar riesgos ante un rival muy superior sólo queda esperar que no llegue el primer gol. Pero si las ocasiones rivales se suceden, si se recibe un tanto y acto seguido vienen dos más en cinco minutos, todo el plan previsto se desmorona por completo. Y ya se sabe que a este equipo le cuesta ir con el marcador adverso, principalmente porque no sabe manejarse con otro planteamiento diferente al inicial. Máxime frente a un adversario que venía de sufrir una derrota dolorosa y que sí puso toda la carne en el asador para revertir su situación, aspecto que está por divisar a esta UD Logroñés cabizbaja y sin capacidad de reacción ante nada.

Sergio Rodríguez apostó por reforzarse por dentro con cinco defensas, ubicando a Iago López como central junto a Álex Pérez y Bobadilla. Sin embargo, la cantidad no ofreció la contundencia necesaria. Sobre todo cuando enfrente había un rival que ambicionó, desde el pitido inicial, buscar la portería de Miño, que libró a los suyos de encajar a los 6 minutos en un cara a cara con Pedrosa. Otro despiste, uno más en la parte central, propició que Dimata fuera generoso, no atacara la portería, y cediera a un compañero facilitando que Álex Pérez evitara otro gol hecho. Sin respiro, Puado probaba al meta catalán desde la frontal. Un cuarto de hora en la que la UD Logroñés estaba a merced, encerrado en su campo y sin opciones de nada. Si al menos, defensivamente mostrara cierta solvencia…

Y justo cuando daba la impresión que se tomaba un poco oxígeno, Embarba la ponía desde el lateral y Puado se anticipaba a Álex Pérez para encadenar 5 minutos de horror para los riojanos. Porque tras el gol de los blanquiazules llegaron dos más consecutivos ante la pasividad de la zaga logroñesa. Melendo, tras un saque de banda, chutaba con todo a favor. Miño la despejaba a un costado, ni un defensor llegaba y el futbolista blanquiazul tiraba un taconazo para dejar a Embarba con la puerta vacía. Con la empanada que llevaba la UD Logroñés, el Espanyol, con un dominio insultante, robaba y sentenciaba con un tiro lejano de Pedrosa que Miño no atajó.

Ni media hora y el bloque logroñés ya se podía olvidar de sumar. Restaba una hora para sufrir, para, evidentemente, mejorar la imagen y tratar de abandonar el duelo con la cabeza alta para vivir una derrota algo digna. El cuadro catalán, pese a que Dimata buscó su tanto con un tiro potente y ajustado que Miño desvió a córner, bajó el ritmo y dejó pasar el tiempo en los últimos instantes de un horrendo primer tiempo para los riojanos. El técnico logroñés, en entredicho desde hace varias semanas, modificó el dibujo tras el descanso recuperando la línea de cuatro, posicionando a Iñaki por delante de Iago López en la izquierda. Era la manera de empujar a sus pupilos de ir hacia delante.

Bogusz -ausente los dos próximos compromisos ante Zaragoza y Ponferradina- y Petcoff entraban de refresco para mejorar las prestaciones, volver a variar la disposición táctica y para que Iago López ocupara una tercera demarcación (central izquierdo, lateral zurdo y lateral derecho). El partido no tenía transcendencia en el marcador. La UD Logroñés, incapaz de generar ocasiones habitualmente, quería meter algo de miedo a un Espanyol suficiente y controlador, que había perdido posesión pero no dominio territorial.

Además, los de Vicente Moreno tienen recursos para hacer daño de la nada. Porque son capaces de montar una contra para dibujar el gol de Dimata y finiquitar, por si había dudas, la contienda. Enfrente, Sergio Rodríguez daba paso a Zelu y Rubén Martínez para variar los extremos y permitir que Bogusz jugara junto a Leo Ruiz, que se había incorporado minutos antes. Movimientos insignificantes. Por si fuera poco, Sierra, con una cartulina seguía en el campo y veía una segunda antes de que se cerrara el duelo, dejando a su equipo en inferioridad un poco más de diez minutos -en los que el Espanyol pudo ampliar la el marcador- y siendo baja por sanción para el enfrentamiento contra el Zaragoza. De cara a ese duelo, la UD Logroñés debe reflexionar, cuanto antes mejor, qué camino quiere seguir y cómo lo va a afrontar. Lo del con quién, ateniendo a las palabras de Félix Revuelta, está claro, salvo giro radical o paso atrás del propio Sergio Rodríguez.

Ficha técnica

Espanyol: Diego López; Óscar Gil, David López (Calero, min. 24), Cabrera, Pedrosa (Dídac, min. 46); Embarba, Darder (Fran Mérida, min. 77), Baré, Melendo (Nico, min. 71); Dimata (Wu Lei, min. 71) y Puado.

UD Logroñés: Miño; Medina (Bogusz, min. 54), Álex Pérez, Bobadilla, Iago López, Iñaki; Paulino (Zelu, min. 74), Andy (Rubén Martínez, min. 74), Sierra, Nano Mesa (Petcoff, min. 54); y Roni (Leo Ruiz, min. 64).

Goles: 1-0, min. 22: Puado. 2-0, min. 25: Embarba. 3-0, min. 26: Pedrosa. 4-0, min. 70: Dimata.

Árbitro: Juan Luis Pulido Santana (Comité Canario). Expulsó por doble amarilla a Sierra (mins. 36 y 81) de la UD Logroñés. Amonestó a Nano Mesa (min. 21), por la UD Logroñés.

Foto: UD Logroñés

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