A las puertas de la final

A las puertas de la final

Rioja2

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Abanderado por la ilusión el EDF Logroño se encontró de bruces con la realidad en las semifinales de Supercopa. El cuadro de Javier Moncayo le puso tesón y ganas, pero los argumentos futbolísticos, al menos en los Juegos del Mediterráneo de Almería, se quedaron por debajo de los exhibidos por un Levante superior que tuvo que remontar el tanto de Jade (una genialidad de clase) antes de la media hora. En este sentido, las de María Pry acertaron a empatar rápidamente, merced a una precisa combinación, y al cuarto de hora de la segunda parte todo se puso de cara cuando Eva Navarro dibujaba un golazo desde fuera del área al que no pudo reaccionar el conjunto granate -de blanco este martes-. Por si fuera poco, el bloque granota no se conformó. Al contrario, buscó la sentencia y la encontró con el 3-1 definitivo de Andonova con todavía veinte minutos por delante en los que las logroñesas se fajaron para tener opciones y, al menos, caer con dignidad frente a un oponente que mereció pelear por el título.

Durante los compases iniciales, ambos conjuntos salieron respetuosos. El Levante quería el balón, pero el EDF Logroño, con orden y una buena presión, dificultaba la labor de las granotas. Elloh, en una contra, animaba a las suyas, que parecía estar un puntito por encima. En el equilibrio, se encontraba más cómodo el bloque riojano que no escatimaba esfuerzos en robar y buscar una transición ofensiva con la presentarse ante Paraluta. Así vino el 0-1. Robo, contragolpe y persistencia de Jade. La capitana chutó con fuerza, pero la portera granota rechazó el esférico que le volvió a la ‘9’ riojana. Esta vez recortó a una defensora y lanzó, con la izquierda, una vaselina con sutileza y calidad para estar un poco más cerca del sueño de la final.

Lástima que el gol activara a un Levante que dio un pase adelante en el momento que Banini, Zornoza y Eva Navarro se adueñaron de la pelota. Las logroñesas ya estaban en su campo y eso era mala señal. Hubo un aviso y en la segunda vinieron las tablas cuando Esther González culminaba una gran triangulación. Apenas 6 minutos después del tanto de Jade. Parecía que había pasado una eternidad. Ese era el sufrimiento de las de Moncayo. El conjunto de María Pry ya no se dejaría intimidar por la capacidad combativa de su adversario, apostó por el balón y se salió con la suya.

En la reanudación, el EDF Logroño quiso ser más compacto y rocoso. Cedió metros ante el empuje del Levante y se olvidó de enlazar pases. El pensamiento de las logroñesas pasaba por defender y esperar su oportunidad. Su rival fue más activo. Por banda derecha Alharilla tuvo una autopista, nadie la frenaba. Cedió a Eva Navarro, la cual controló para orientarse el balón y, sin duda, chutar con violencia al cuero desde fuera del área. El larguero, tembloroso, cerró los ojos y lo escupió para firmar el 2-1. Hora de partido y el Levante le daba la vuelta.

Ahora debía ser el EDF Logroño el que asumiera los mandos. No pudo ante la superioridad de las pupilas de María Pry, más proactivas. Por si fuera poco, Andonova certificaba la victoria, 3-1, y eso que aún restaban prácticamente veinte minutos para la conclusión. A renglón seguido vinieron los cambios que enfriaron el ritmo y la intensidad del duelo. El Levante se veía en la final del sábado, el EDF Logroño porfiaba pero con poca fe (Jade tuvo cerca recortar distancias y dar algo de esperanza) hasta que llegó el pitido final. La Supercopa, en definitiva, fue un premio. Lo que no hay que olvidar es la Liga, ahí es donde tiene tajo Moncayo.

Foto: Levante UD Femenino

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