La setas forman “corros de brujas” en Moncalvillo

En los bosques riojanos han comenzado a brotar, al tiempo que el frío y la humedad, boletus, níscalos, senderuelas, rebozuelos... todo tipo de hongos con los aficionados riojanos llenarán sus cestas de mimbre para degustar después.

A veces, como por arte de magia, las setas forman círculos perfectos sobre los que existen multitud historias y que esta temporada ya han podido verse en Moncalvillo.

Son los conocidos como corros de brujas o anillos de hadas y cuenta la leyenda que son las puertas a los reinos de duendes y hadas o lugares donde las brujas bailaban con la luna llena ante la atenta mirada de los sapos. Se consideraban formaciones malignas que aparecías de la noche a la mañana y sobre las que pisar dentro traía mala suerte.

Sin embargo, lo cierto es que tienen una explicación científica, aunque no se descubrió hasta finales del siglo XVIII. Las setas solo son la parte reproductiva del hongo que vive enterrado bajo tierra y que está formado por una maraña de células alargadas (micelio) mediante las cuales se extiende y alimenta.

Este micelio puede extenderse varios metros en todas direcciones formando un anillo de crecimiento de tal forma que, cuando el micelio va agotando los nutrientes que le rodean, va muriendo desde el centro hacia el perímetro.

No todos las setas crecen así, entre las comestibles las más conocidas que forman corros de brujas son los perrechigos, las senderuelas, las bolas de nieve y las plateras.