La violencia filioparental “se ha recrudecido” durante el confinamiento

La violencia filio-parental, poco conocida en España, es aquella que se ejerce en el ámbito doméstico desde los hijos a los padres. La evolución de estos casos, según los datos de la Fiscalía, se ha incrementado en los últimos años en España, pasando ya los cinco mil casos en 2019. Durante el confinamiento, además, esta incidencia se ha “recrudecido”, llegando a haber “casos semanales”.

Así lo ha explicado en una entrevista a Europa Press, el profesor del Máster en Derecho Penal Económico de UNIR y vocal de la Sociedad para el Estudio de la Violencia filio-Parental, Alfredo Abadías. El docente ha lamentado que uno de los “graves problemas” en estos casos de violencia, es que “algunas fuentes no emiten datos” y, además, “sólo se denuncian el 10 por ciento de los casos”.

Muchos padres, por su propia relación emocional y afectiva con los hijos, “es muy difícil que lleguen a denunciar”. A pesar de esto, según ha comentado el docente, es posible que personas de fuera del ámbito familiar denuncien, como vecinos o los propios terapeutas o psicólogos que tratan a los menores.

En el caso concreto de La Rioja, según datos del experto, “es una de las comunidades con menos incidencia”, lo que se explica porque la región “tiene unos recursos específicos que funcionan muy bien”.

Según Abadías, las familias que más sufren este tipo de violencia “son de un estatus medio-alto y con cierto poder económico e intelectual”. Durante el confinamiento, sin embargo, “se ha podido observar que hay casos que se producen en familias de todo tipo, dadas las horas de convivencia y en casas de espacio reducido, o en los casos en que los jóvenes consumen”.

Durante el confinamiento, además, este tipo de violencia, ha lamentado el profesor, “se ha cebado en las familias con madres solteras, que es un colectivo muy vulnerable”. Durante el confinamiento, además “se suspendieron las terapias y no se sabe si se tomaban las medicaciones”.

Esta “violencia silenciosa”, tiene índices más altos en adolescentes de entre 16 y 17 años. Además, se ha podido distinguir que los agresores varones ejercen más violencia física y las agresoras femeninas más violencia psicológica.

Según el docente, en España no existen realmente mecanismos de prevención, pero recomienda “partir de la educación en las familias e incluir protocolos en las escuelas y municipios”. Este país, a pesar de ello, es “puntero en la lucha contra esta violencia” y muchas familias acuden, por su parte, a centros privados.

Abadías ha destacado, finalmente, la necesidad de “más concienciación”, ya que muchas familias no denuncian “por miedo o desconocimiento”. Por ello, es necesario que “las comunidades autónomas apuesten fuerte por subvenciones y ayudas a las familias con menos recursos que sufran esta violencia”.