Los vecinos de Madre de Dios defienden que las decisiones sobre movilidad debe contar con la participación y la acción colectiva de los barrios, que son "claves para la construcción de una ciudad amable sostenible". Por eso, piden que la Semana de la Movilidad no se limite a sensibilizar sino abrir cauces que hagan posible construir colectivamente una ciudad.
"Solo colectivamente, podemos asegurarnos de no dejar a nadie atrás, identificar los impactos de los cambios sociales y poner a las personas en el centro", explican estos vecinos, que aseguran que el programa Calles Abiertas ha puesto de manifiesto como el urbanismo afecta a la calidad de vida y el bienestar de las personas.
Los temas tratados por los vecinos de la zona en la última asamblea fueron:
- Molestias debidos a la realización de botellones en los bajos de las viviendas.
- Aceras con baches, socavones y amplias zonas sin embaldosar y bordillos peligrosos
- Barreras arquitectónicas que dificultan el tránsito de personas con movilidad reducida, carros de niños, compra…
- Necesidad de una red amplia de transporte público principalmente en el tramo de la calle Madre de Dios. Punto préstamo de bicis (Bicilog).
- Facilidades para el reciclaje acercando los contenedores adecuados.
"Para seguir siendo actores y actrices de nuestro futuro, necesitamos que haya espacios en los que nuestra contribución -junto con la de otros y otras- encuentre el cauce para transformar realmente nuestra realidad", insisten.