“El colapso de Urgencias no puede achacarse al trabajo de Atención Primaria”

Los médicos de Atención Primaria apoyan las reivindicaciones de los sanitarios de Urgencias aunque consideran que “la falta de personal y las deficiencias organizativas de Urgencias no se solucionan interfiriendo en el trabajo de Atención Primaria, que está haciendo, igual que todos los niveles, un esfuerzo de adaptación enorme”.

Según datos publicados ayer por la el Gobierno de La Rioja, la asistencia en urgencias registra una media diaria de 260 atenciones, lejos de las 330 urgencias diarias que se llegaban a alcanzar previamente a la pandemia, según esas mismas fuentes. “Por lo que creemos que el colapso de urgencias no puede ser achacado a un aumento en el número de consultas, y mucho menos que ese supuesto aumento se deba al trabajo en Atención Primaria”, señalan los médicos de Atención Primaria.

Apoyo a las reclamaciones de Urgencias

En Urgencias se produjo un descenso de la actividad habitual que permitió dirigir todos los esfuerzos a los pacientes Covid. Además se procedió al oportuno refuerzo de las plantillas. “Ahora, con la recuperación de la actividad genérica, al desaparecer las restricciones y cesar el refuerzo del servicio, reaparecen los problemas. Y todos apoyamos a nuestros compañeros en la reclamación de soluciones específicas”, han señalado.

También han apuntado que “el cambio en muchos protocolos va a generar dificultades que la administración no puede directamente hacer caer sobre un menguante número de profesionales”. “No pueden asumirse nuevas funcionalidades con los mismos o menos profesionales con la misma calidad. Hay que escuchar las propuestas organizativas razonadas de los profesionales y poner soluciones que eviten el colapso del sistema con cada anomalía epidemiológica”, consideran.

La transformación ha alcanzado también a la Atención Primaria, “que trata de adaptarse a ese mismo (o mayor) déficit de profesionales y a una forma distinta de trabajar que pretende minimizar el riesgo para los pacientes con una dedicación, si cabe, aún mayor”. “La nueva forma de trabajar en ningún caso significa la pérdida de la consulta presencial, pero sí la racionalización de las consultas, evitando todas las visitas administrativas y aquellas otras que no precisen valoración directa, pero ni una sola que si la necesite”, definenden.