La investigación riojana planta cara al coronavirus

Si algo ha dejado claro esta pandemia es la necesidad de invertir en investigación para hacer frente a este tipo de virus. En La Rioja, investigación es sinónimo de CIBIR. Aquí se han puesto manos a la obra y a los proyectos en los que ya trabajaban en la etapa pre-coronavirus se suman ahora 22 estudios y ensayos directamente relacionados con el COVI-19.

La mitad de ellos son colaboraciones con otros grupos de investigación, mientras que la otra mitad son ensayos liderados por el CIBIR. Como detalla Ricardo Velasco, director gerente de la Fundación Rioja Salud, uno de los más ambiciosos es un estudio que permitirá conocer si las personas infectadas por SARS-CoV-2 que precisaron ingreso hospitalario por su severidad presentan como secuela un mayor grado de fibrosis pulmonar.

Se trata de un proyecto liderado por José Ramón Blanco y que cuenta con financiación del Instituto Carlos III. Participan servicios de enfermedades infecciosas, de neumología y de medicina interna de diferentes hospitales de España.

Además, el CIBIR lidera un proyecto en el que se busca desarrollar hisopos para tomar muestras y poder realizar un diagnóstico de emergencia del virus; uno sobre el impacto del coronavirus en mascotas, que ha detectado un caso de un gato infectado asintomático; y otro para identificar marcadores genéticos en el pronóstico de pacientes infectados.

Las investigaciones no solo se centran en los pacientes. El CIBIR también lidera un estudio sobre el impacto psicológico en el personal enfermero y auxiliares de enfermería del Servicio Riojano de Salud y otro para valorar el bienestar emocional de los profesionales sanitarios en la pandemia por COVID-19.

Así mismo, el Centro de Investigación Biomédica de La Rioja colabora en otros ensayos para estudiar la transmisión del virus, la prevención de la enfermedad, las infecciones respiratorias en los niños, la carga viral en las vías respiratorias y la sangre o la infección en gestantes y recién nacidos.

Una larga lista que demuestra que “el CIBIR es un centro muy potente en investigación, con unas instalaciones muy dignas e investigadores emprendedores”, explica Velasco, quien destaca la colaboración continua con el área hospitalaria y asistencial: “cuando surgió la pandemia, se reforzó la colaboración entre el CIBIR y el Hospital San Pedro y también con la atención primaria”.