Confinamiento con toque de queda: la cuarentena de Gonzalo Peña en la República Dominicana

Las playas paridisíacas de la República Dominicana presentan una imagen insólita estos días, sin un solo turista. El coronavirus también ha llegado al Caribe y allí ha pillado al riojano Gonzalo Peña. Después de una legislatura como portavoz de Cambia Logroño en el Ayuntamiento de la capital, en agosto decidió emprender rumbo a ese país para ejercer como profesor de Lengua y Literatura.

En la República Dominicana se declaró el estado de excepción tan sólo tres días más tarde que en España, el 17 de marzo. Como en otros países, se cerraron las fronteras, se suspendieron las actividades comerciales salvo las de primera necesidad y se anunciaron medidas para tratar de afrontar la situación económica y social.

Como relata Peña, “quizás lo más llamativo es la implantación del toque de queda desde las cinco de la tarde hasta las seis de la mañana del día siguiente, para lo que también se ha endurecido el control policial y militar con el fin de que solo se realicen los desplazamientos necesarios. Recientemente, se ha declarado también la obligatoriedad de que las personas utilicen mascarilla o lo que sea similar para cubrirse la cara en los diferentes espacios públicos”.

En un país en el que, como en España, se socializa mucho en las calles, estas medidas han cambiado totalmente el país: “ aunque en las mañanas, que es cuando salimos ocasionalmente a comprar alimentos, se percibe actividad, impacta el gran descenso de movimiento”.

También se percibe en el ánimo de la población: “la situación ha empeorado en los últimos días y eso se nota en las conversaciones que puedes tener con tus vecinos y vecinas”. Y es que, según los datos oficiales -“los reales serán más al no poder llevarse a cabo todas las pruebas que se debería”- por ahora hay más de 5.000 casos de personas infectadas y 265 fallecimientos con el coronavirus.

Educando a distancia

Peña trabaja como profesor de Lengua y Literatura en un colegio de Educación Secundaria, el Liceo Científico Doctor Miguel Canela Lázaro, en la provincia Hermanas Mirabal: “la verdad es que me siento muy contento con la decisión de haber venido tanto a nivel profesional como personal porque los chicos y chicas aportan mucha energía, satisfacción y vida”.

Allí el contacto con los alumnos y alumnas es muy cercano, con lo que el hecho de que se se hayan suspendido las clases de manera presencial afecta mucho tanto al alumnado y el profesorado. “En su lugar, debido a la cuarentena, estamos viendo online los contenidos del programa que faltan, para lo cual el Liceo ha tenido que proveer de algunos dispositivos móviles a parte de las familias porque no disponían en casa de conexión a Internet”.

Precisamente, un grupo de profesores entre los que se encuentra el rioano va a realizar una pequeña investigación sobre ello, “analizando la situación respecto a los factores socioeconómicos, geográficos y educativos en el nivel de acceso y apropiación de las nuevas tecnologías entre el alumnado”.

No se trata solo del envío y la corrección de las tareas, “sino también de estar pendientes de su estado anímico y de que, ante la imposibilidad de poder vernos en persona, nos sientan de manera cercana aunque sea de un modo diferente”.

No es fácil estar tan lejos en momentos como este, pero Peña asegura estar “razonablemente bien”. Reconoce que “hay momentos de altibajos tanto por cómo afecta estar tanto tiempo en casa como por la distancia al echar de menos a la familia, amistades y resto de personas que aprecias. Tratas de estar pendiente de la información de lo que allí ocurre y de verte, escucharte y hablar aunque sea por WhatsApp o Zoom, pero, evidentemente, no es lo mismo. Al final, si por algo extraño Logroño, es, sobre todo, por los abrazos y los momentos con la gente que quieres”.