Un edificio entero de la calle Oviedo de Logroño, al borde del desahucio

Un edificio entero de la calle Oviedo de Logroño, al borde del desahucio

Rioja2

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Las familias que viven en el número 4 de la calle Oviedo de Logroño van a ser desahuciadas a finales del próximo mes de marzo. El dueño del edificio lo ha vendido y los nuevos propietarios quieren reformarlo por completo e incluir un ascensor “para subir el alquiler”, señala una de las personas afectadas, a la que todavía le quedan más de dos años de contrato de alquiler.

Alguno pisos ya han empezado a vaciarse pero todavía quedan familias que no tienen donde ir. Entre ellos, una mujer con cinco hijos de entre 8 y 15 años. Además, su exmarido tiene una orden de alejamiento por violencia machista.

“No nos están ayudado, por eso estamos buscando por nuestra cuenta un piso”, asegura esta mujer. Sin embargo no está siendo nada fácil. “En Logroño hay muchas viviendas vacías pero son muy caras, ¿cómo voy a pagar 500 euros de alquiler si recibo una ayuda de 600 euros?”, denuncia.

El Ayuntamiento de Logroño sí que les ha ofrecido una ayuda que supondría el 12 por ciento del precio del alquiler. “Eso no es nada, ¿100 euros? Es nada. Tendría que pagar 400. Aquí pago 200 euros, antes eran 180 y ahora ha subido un poco”, valora esta afectada. “Los pisos son tres veces más caros. Está imposible”, subraya.

Sin embargo, el Ayuntamiento ha explicado a Rioja2 que no les consta ninguna notificación del juzgado sobre este desahucio. Niegan también que se esté elaborando un informe de vulnerabilidad de las familias para ofrecerles posibles ayudas.

Todavía hay un problema más: “Nadie quiere alquiler un piso a una mujer con cinco niños y que recibe una ayuda. Cuando llegué a ver un piso, después de concertar una cita y lo dije, la dueña no me dejó ni entrar. Me dijo rápidamente que ya estaba alquilado”.

“No quiero estar pasando por jueces ni policía como pasé con mi marido...Yo estoy sola aquí, no tengo familia, no tenga amigas, ni nadie, solo a mis vecinos. No quiero más problemas”, dice esta afectada. Quiere descansar, pero denuncia con contundencia: “Quieren sacarnos, vale, pero no me puedo ir; no encuentro ninguna cosa buena, no buena, no encuentro nada”.

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