Ruta por los mejores bares de pinchos de Logroño sin pasar (casi) por la Laurel

Ruta por los mejores bares de pinchos de Logroño sin pasar (casi) por la Laurel

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Las rutas de pinchos de Logroño gozan de merecida fama dentro y fuera de nuestras fronteras. Numerosas publicaciones han ensalzado la gastronomía en miniatura de la capital riojana. Pero habitualmente se centran en la archiconocida calle Laurel. La revista Neo 2, sin embargo, propone a sus lectores un recorrido alternativo, centrado especialmente en la zona de María Teresa Gil de Gárate y calles aledañas.

El reportaje destaca que “el resto de la ciudad esconde bares adictivos, así, con mayúsculas. Calles, rincones y pinchos fuera del ángulo de visión del turista que merecen no una, sino varias visitas”.

El recorrido arranca en el Barrio Bar (Menéndez Pelayo, 10). La revista lo califica como “droga vermutera”. “Te atrapa implacable en el aperitivo, la comida, de tardeo o a última hora del día”, asegura Neo 2. Y entre las propuestas gastronómicas, recomienda el taco cochinita (con picante opcional), “jugoso y con mucho sabor”, las gildas, la tortilla de patata, el bocata de calamares o las distintas propuestas de hummus.

La ruta prosigue degustando “la mejor tortilla de Logroño” en el Serenella (Menéndez Pelayo, 6). “Jugosa y bien líquida, pero sin desmoronarse a lo Betanzos. Con trozos de patata grandes y consistentes. Saborazo, vicio y, si se quiere, un cuenco de picante y a untarla bien”, es el veredicto de la revista.

El recorrido por la zona continúa en El Tirador (Somosierra, 21), donde se destacan sus setas a la brasa, el salchichón y el chorizo o los huevos de codorniz con cebolla y boquerón. “Pequeños productores y materia prima muy bien elegida”, subraya Neo 2.

Se adentra por fin en María Teresa Gil de Gárate, calle de la que comienza elogiando su transformación, de “oscura y turbia” a “ambientazo” y recorrido obligado en bares y restaurantes. La primera parada, las patatas bravas del Bar Perejil, en el número 46, “cero aceitosas y cero rancias, solo unas sencillas bravas jugosas, crujientes y perfectas”.

A pocos metros, llega el turno de La Carbonera (María Teresa Gil de Gárate, 18). La revista apuesta por las croquetas de jamón, la panceta a la brasa o el pincho de tortilla. “Genial” la carta de vinos y el vermú, “fresco y perfecto”.

La siguiente parada es en Hermanos Murillo (República Argentina, 26), establecimiento del que Neo 2 asegura que es “La Rioja más visceral en 8 metros cuadrados”. Además de recomendar sus vinos, vermús y ambiente “castizo”, no se olvida de los bocatitas de boquerón con guindilla, bacalao con aceite y las gildas.

Y la revista se despide de María Teresa Gil de Gárate en el Odisea, en el número 15 de la calle. “Venden arte y decoración, organizan eventos gastro-culturales y te ponen en la barra unas conservas que no solo son bonitas, sino que están de muerte”, subrayan, sin olvidar la tapa Odisea, a base de patatas fritas, mejillones en escabeche, aceitunas y salsa de Espinaler.

Más allá de esta zona, la ruta alternativa de pinchos que propone esta revista se acerca a Hermanos Moroy, 1, al Ajo Negro. “Buenos platos, buen servicio y buenos vinos”, asegura, destacando sus bravas caseras con espuma de alioli sofrito picante y pimentón de La Vera, el bao de costilla ibérica, la quesadilla de tinga, el karubi de wagyu y la mini burguer thai.

La ruta finaliza en la San Juan, concretamente en La Guarida (calle del Carmen, 8). Neo 2 recomienda el bocatita de bacalao, “pídelo con picante, que está de muerte”, añade. También el de queso con anchoa, el de sardina con guindilla o el queso Almogrote. “Y presumen de tirar las mejores cañas de la ciudad”, añade. Se queda también en la visita con el rincón-altar que ha hecho también famoso al bar, “formado por muñecos y objetos rarunos del primer dueño”.

El reportaje se permite una licencia: terminar en la Laurel disfrutando del bocatita de sardina y guindilla de El Soldado de Tudelilla (San Agustín, 33). “Su ensalada es lo más”, añade.

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