La metamorfosis llega desde la defensa

24 de noviembre de 2019 02:03h

El discurso ha cambiado y los resultados lucen. Tres victorias consecutivas para un Bodegas Rioja Vega que acaba la primera vuelta en puestos para pelear por el ascenso pese al 5-6. Ver para creer la metamorfosis de un conjunto en el que la marcha de Spyridonidis y el corte de Klinewski, unidos a las aportaciones de Portález -fundamental ante Marbella con sus 16 puntos y 10 rebotes- y Marín-5 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias, en una demostración de lo que da al juego al equipo- han provocado que el equipo se faje en defensa para llevar los duelos a su terreno.

Ante Marbella hubo que remontar y redoblar esfuerzos para sacar adelante un encuentro que estaba cuesta abajo en el intermedio, 37-26. Pero algo ha cambiado. 52, 61 y 53 han sido los puntos recibidos en las tres victorias cosechadas por los riojanos, una evidencia de dónde ha mejorado sus prestaciones este Rioja Vega. En tierras malagueñas, además del marcador, los de Jenaro Díaz se tuvieron que sobreponer a un rival que lanzó 23 veces más de campo (52 por 73), a los 17 balones perdidos y a un Cameron pletórico en los primeros 20 minutos (17 puntos para acabar con 24).

El 13-4 a los 4 minutos aventuraba una mala tarde. Fragilidad defensiva y dificultad para anotar. Vuelta a las andadas. Sin embargo, el Rioja Vega supo agarrarse pese a que el primer cuarto fue malo, 24-17 perdiendo, y que a no encontraba la manera de dar continuidad a su ataque hasta alcanzar el descanso (apenas 9 puntos en los segundos 10 minutos). Cameron estaba siendo una pesadilla para los riojanos, que al menos intensificaban su actitud defensiva. Los marbellíes estaban contentos con el 37-26.

La charla en los vestuarios surtía efecto con un parcial de 2-11 que acercaba a los riojanos después de un triple de Justice, 39-37. Había partido. A Marbella el balón le quemaba. Entraba en una espiral de desesperación que animaba a los riojanos al comprobar que los locales sólo anotaban 6 puntos en el tercer cuarto. Aunque se fuera por debajo en el marcador, 43-41, las sensaciones eran buenas; se venía de menos a más y si continuaba la intensidad defensiva todo podía ocurrir.

Así fue, en cuatro minutos ya se intuía que la situación iba a cambiar. Bieshaar y Portález eran amenazas reales por dentro. El 45-49 era una realidad. Marbella tocó arrebató y enganchó dos triples, Fuentes y Fidalgo, que cortaban la inercia de los anfitriones y generaban dudas en los visitantes con el 51-50 y su continuidad con el 53-52 con apenas tres minutos para dilucidar el duelo. Pese a actuar a domicilio y verse por detrás en el luminoso, el Rioja Vega sacó a relucir su defensa para enervar a su contrincante que lanzaba 18 veces más en la segunda parte (39 por 21) y que anotaba menos (16-34 fue el parcial en los últimos 20 minutos). Portález y Marín confirmaban con el 53-58 (finalmente 53-60) que la victoria no se escapaba. No sólo eso, la metamorfosis del equipo es tangible y de estar sin rumbo ha recuperado el vuelo para cerrar la primera vuelta de esta fase inicial en puestos que permiten pelear por el ascenso. Sin confianzas, que el último lugar cuenta con un triunfo menos.