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La exclusión social se enquista en La Rioja

La exclusión social se enquista en La Rioja

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La Rioja presenta las cifras de exclusión social más bajas de España, pero esta exclusión es mucho más grave que en el resto de comunidades autónomas. Así lo refleja el 'Informe FOESSA sobre exclusión y desarrollo social en La Rioja“, cuyas conclusiones han presentado esta mañana Guillermo Fernández Maíllo, sociólogo del equipo de estudios de Cáritas Española y de la Fundación FOESSA y coordinador del informe, que ha estado acompañado en la rueda de prensa por el director de Cáritas La Rioja, Fernando Beltrán.

En torno a la presentación del Informe FOESSA, Cáritas La Rioja ha organizado las “Jornadas de desarrollo social y exclusión en La Rioja”, que tendrán lugar este lunes y martes en la Universidad de La Rioja y reunirán a once expertos. Todas estas actividades se enmarcan en la III Jornada Mundial de los Pobres, que se celebra el 17 de noviembre.

En su octava edición, el Informe FOESSA consta de un análisis global de la realidad del conjunto del país y de 18 informes territoriales, entre los que se encuentra el de La Rioja. Por ello nos ofrece una gran oportunidad de conocer de forma precisa el estado de la cohesión social en nuestra comunidad y en perspectiva comparada con otras regiones”, ha expuesto Fernando Beltrán.

Según ha detallado el director de Cáritas La Rioja, “este informe ha sido construido por más de 500 personas divididas en dos equipos: un equipo de investigación formado por 125 investigadores de 30 universidades y 13 organizaciones de acción e investigación; y otro formado por 350 encuestadores profesionales que, en La Rioja, han entrevistado por primera vez a una muestra representativa de los hogares y la población repartida por el conjunto del territorio”. Los datos que han obtenido permiten mostrar “el momento de incertidumbre actual y dar cuenta de las consecuencias de la crisis en nuestra sociedad”, ha indicado.

A tenor de las conclusiones del informe, y según ha explicado Fernández Maíllo, “la exclusión social se encuentra enquistada en la estructura social de La Rioja, afectando a 36.000 personas, el 11,3% de la población. Es lo que denominamos sociedad estancada, un grupo de personas para las que el ascensor de la movilidad social no funciona y no es capaz de subir siquiera a la primera planta”.

Y dentro del mismo, un grupo especialmente vulnerable, unas 13.000 personas, el 4,1% de la sociedad riojana, se encuentran en la exclusión más extrema. Son las personas y los hogares sobre las que se ceba la desigualdad y la precariedad en sus diferentes formas. La vivienda insegura e inadecuada, el desempleo persistente, la precariedad laboral extrema y su invisibilidad para los partidos políticos, son algunas de sus características”, ha aseverado el investigador.

Según ha explicado el experto, La Rioja presenta la cifra de exclusión social más baja de España, pero esta exclusión es más grave. “Además, dentro de la sociedad integrada se está produciendo una quiebra por su base y hay un grupo de unas 47.000 personas que, pese a estar en el espacio de la integración, se encuentran en una situación de inseguridad debido a que su colchón de resistencia es débil, y serán los primeros en incorporarse al espacio de la exclusión si se produce una desaceleración de la economía. Este grupo de personas y hogares es proporcionalmente mayor al del conjunto de España: representan el 14,9% de la población”, ha detallado.

El VIII Informe FOESSA también muestra el perfil sociodemográfico de los sustentadores principales de los hogares en exclusión social: hay más sustentadores principales hombres en exclusión social; el grupo mayoritario se encuentra entre los 45 y los 64 años; uno de cada tres no tiene estudios; el 36,9% trabaja, pero trabajar no es garantía de poder sobrevivir; y tres de cada cuatro personas que sustentan hogares riojanos en exclusión son de nacionalidad española. “El mayor riesgo de exclusión se concentra en los hogares donde el sustentador principal es menor de 30 años o es mujer o es inmigrante de fuera de la UE. También si se es familia numerosa o monoparental”, ha destacado el sociólogo.

Factores de exclusión

Más allá de las distancias entre los ciudadanos según su riqueza económica, este experto ha indicado que existen otras dimensiones de la vida cotidiana también muy relevantes para la igualdad como la vivienda, la salud, la educación, la capacidad de las familias para hacer frente a problemas, etc. En este sentido, hay dos bloques de riesgo: el empleo y la vivienda.

La precariedad laboral se ha convertido ya en una forma de vida de forma estructural en nuestra sociedad: un 6,2% de la población vive en hogares sin personas ocupadas, ni pensionistas contributivos, ni con prestaciones contributivas de desempleo; el 7,9% de las personas que trabajan son trabajadores pobres. El 36,9% de los hogares que se encuentran en exclusión, la Persona Sustentadora Principal se encuentra trabajando. Exclusión social y trabajo son cada vez más compatibles”, ha precisado.

Por otro lado, el acceso a una vivienda digna se ha convertido en un derecho inaccesible para muchas personas. “Hay 16.000 personas en La Rioja residiendo en viviendas con situaciones de insalubridad y 9.000 personas en viviendas con deficiencias graves en la construcción. Además, 28.000 personas presentan deudas de suministros, pagos de alquiler o hipoteca, o bien una vez pagados se quedan bajo el umbral de la pobreza severa”, ha recalcado Fenández Maíllo.

Asimismo, ha subrayado que hay “3.000 hogares, lo que supone aproximadamente 9.700 personas, viven en situación de inseguridad (temporalmente sin contrato de arrendamiento, bajo la amenaza de la violencia o con notificación de desahucio, entre otros); y 6.200 hogares, unas 21.000 personas, viven en una vivienda inadecuada (un espacio que no reúne condiciones adecuadas para la habitabilidad, con hacinamiento, sin acceso a suministros, etc.)”.

Pérdida de calidad de la democracia

En este VIII Informe de la Fundación FOESSA se constata la pérdida de calidad de nuestra democracia. “Nuestra democracia es de escaso calado cultural y se asienta sobre un compromiso político de baja intensidad en la participación cívico política. En La Rioja solo muestra interés por la misma un 17% de la población –ha afirmado Fernández Maillo–. A pesar de esa falta de participación, la ciudadanía sigue apoyando el Estado de Bienestar como mecanismo de protección social: siete de cada diez ciudadanos de La Rioja optarían por tener más prestaciones y servicios sociales pagando más impuestos”.

Debemos pensar en la necesidad de crear un nuevo escenario con responsabilidades compartidas. Es preciso dialogar en torno a la creación de un sector público compuesto por el espacio de trabajo conjunto de las administraciones públicas, las entidades no lucrativas y las empresas sociales, con las iniciativas ciudadanas y profesionales. Y quizás sea ésta la conversación cívica más crucial”, ha concluido.

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