La calidad individual desatasca a los franjivinos

11 de octubre de 2019 07:20h

El BM Logroño sigue sumando y afianzándose en la zona alta de la clasificación antes de medirse al Ademar León -próximo viernes- después de su triunfo más trabajado de lo que marca el resultado final, 30-24, ante un Sinfín que durante muchos minutos puso en duda los puntos que había en juego en el Palacio. Por suerte, aspectos individuales, caso de Balenciaga -supremo en la dirección-, Garciandia -son su lanzamiento- y Sergey -brillante en la segunda parte-, y grupales en la continuidad defensiva durante una fase del encuentro propiciaron que los riojano sólo cuenten con dos puntos menos que el líder Barcelona.

El BM Logroño estuvo incómodo en el Palacio durante una primera mitad en la que Sinfín planteó una batalla en la que salió victorioso por mucho que los franjivinos fueran ajustando en el aspecto defensivo con el paso de los minutos. Sobre todo porque justo cuando parecía que los locales podían dar un paso más, es decir, coger una renta que diera tranquilidad en su juego, vinieron dos exclusiones consecutivas en la recta final del primer período que impidieron aumentar las diferencias. Por fortuna, el cuadro cántabro sólo marcó dos goles en ese tramo para igualar a 13 después de que los de Miguel Ángel Velasco tuvieran que ir a remolque durante mucho tiempo.

No en vano, las pérdidas lastraron a un BM Logroño que saltó a la pista algo impreciso. Todo lo contrario que los de Rodrigo Reñones, muy activos y concienciados en todas sus facetas. Zungri colocaba el 0-2, Vallés, desde los 7 metros, el 1-3 y Torriko ponía el 3-5 antes de alcanzar los 10 minutos. Se entonaba el BM Logroño con un parcial de 4-0 (7-5) para voltear el marcador. Daba la sensación de que la dinámica iba a cambiar, pero en Sinfín recuperó el acierto para empatar la contienda, 8-8. Cierta continuidad en ataque, tras el tanto de David Cadarso, daba un estímulo a los anfitriones, 12-10. Pero con el 13-11 vendrían las exclusiones sucesivas de Sánche-Migallón y Ceretta para allanar el camino de los santanderinos que con el tanto desde la portería contraria de Mijuskovic ponían el 13-13. Hasta el ecuador hubo opciones de mover el marcador, pero tanto Sergey como su homólogo en la otra meta lo evitaron.

Tras el paso por los vestuarios, Sinfín retomaba la delantera en el intercambio de goles. Claro que dos pérdidas seguidas de los locales propiciaban que los visitantes hicieran saltar las alarmas con el 16-18. Sin embargo, no se puso nervioso el BM Logroño para, desde la defensa y portería, recomponer el escenario. Parcial de 4-0 con exhibiciones individuales de Garciandia en el lanzamiento y de Balenciaga en la dirección para el 20-18. Pero, una vez más, el aguerrido bloque cántabro se aferraba al duelo con el 21-21 con menos de quince minutos por delante.

Hackbarth, Garciandia, tras robo, y Sánchez-Migallón, desde los 7 metros, volvían a dar alas a los franjivinos, 24-21 (máxima de los locales) que obligaban a Reñones a pedir tiempo muerto. Lanzamiento al poste, contragolpe y exclusión de Zungri redondeado con la conexión Balenciaga-Garciandia para el 25-21. Sinfín estaba desconectado, le costaba un mundo marcar, se les nublaba la situación en ataque. Todo lo contrario que en el otro lado de la pista, donde el central de Zarautz seguía a lo suyo, 26-21.

Después de 7 minutos sin superar a Sergey, Muñiz marcaba, pero ya era demasiado tarde porque el duelo estaba roto. Tocaba jugar con inteligencia hasta la conclusión y a ello apeló un BM Logroño en el que la lucidez de Balenciaga, la potencia controlada de Garciandia y el acierto puntual de Sergey, unido a la continuidad defensiva provocaron que el conjunto riojano lograra un triunfo quizá demasiado amplio, 30-24, para la igualdad que hubo durante gran parte de la hora de encuentro.