Cuatro riojanos ilustres descubren los secretos de nuestra tierra

Cuatro riojanos ilustres descubren los secretos de nuestra tierra

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La Rioja es conocida mundialmente por sus vinos. Pero más allá del delicioso brebaje, nuestra Comunidad Autónoma tiene una enorme cultura y excelentes profesionales que ensalzan su nombre allí por donde van. A ellos han acudido en el diario El Mundo, para preguntarles por las mejores virtudes de su tierra de origen y sus recomendaciones.

María Larrea, enóloga

Nacida en 1964 en la capital riojana, María lleva toda la vida saboreando los aromas del vino. Su familia elabora vinos propios y ella ocupa hoy el cargo de directora técnica de la Compañía Vinícola del Norte de España (CVNE). Su tarea consiste en supervisar todo el proceso de elaboración del vino en todas las bodegas de la compañía. Tras haberse formado en Montpellier, Burdeos, La Mancha y Navarra, no dudó en volver a su hogar hace ya veinte años. Los motivos estaban claros: “Además de sus paisajes me encanta su clima, pueblos, gastronomía y, por supuesto, sus vinos”.

Cuando le preguntan por lo mejor de La Rioja, tampoco duda: “Pienso que es la gente, los riojanos en general somos acogedores. Es una región tranquila”. En cuanto a los lugares, aconseja recorrer los tramos del Camino Natural del Ebro (GR-99): “Se puede comenzar en Haro, capital de Rioja Alta, visitando el pueblo y el Barrio de la Estación junto a alguna de sus bodegas centenarias para continuar luego hasta Briones y, ya en los alrededores de San Vicente de la Sonsierra, hacer un alto para admirar sus dólmenes y ermitas”.

Larrea concluye con una idea clara: “Tenemos tanta variedad que en La Rioja siempre encontrarás un vino para cada momento y lugar”.

Los imprescindibles de María: Briones, el camino del Ebro y Haro

Laura Muga, empresaria

Laura Muga es otra mujer riojana que ha sabido labrarse un nombre en el mundo del vino. Natural de Villalba de Rioja desde 1973, es hija de viticultores, de los que aprendió el respeto y la pasión por las viñas. No es extraño que asegure que “no son pocos los expertos en el mundo del vino que han calificado a La Rioja como una de las regiones vinícolas más importantes del mundo”.

Es fundadora de la firma de cosmética ecológica Uvas Frescas, y defiende los vinos de su región con firmeza. Lo más impresionante para ella, el paisaje: “Resulta maravilloso contemplar cómo cambia con el paso de las estaciones. Disfrutamos del clima mediterráneo, una temperatura suave que a los vinos les va muy bien y permite a los viajeros visitarnos todo el año”. Pero no solo la tierra es importante para ella, también las gentes que la habitan: “Yo creo que lo que realmente la hace única es la sencillez y cercanía de sus gentes y la manera en la que se acoge a los que nos visitan. La Rioja es muy acogedora, nunca te sentirás perdido en esta tierra”, asegura.

Laura propone diversas actividades para contemplar los viñedos. Desde paseos a caballo entre viñas hasta vuelos en globo sobrevolando los pueblos de la comarca a más de 1.500 metros de altura en los que “brindar con cava de Rioja antes de tocar suelo se transforma en un recuerdo inolvidable”. También recomienda visitar el Museo Vivanco, “el más importante del muno sobre la Cultura del Vino, según la Unesco”.

En definitiva, para Laura “La Rioja es una experiencia con el mundo del vino en mayúsculas”.

Los imprescindibles de Laura: la Finca de los Arandinos en Entrena, el Portal de Echaurren en Ezcaray y el Palacio de los Condes de Cirac en Villalba

Francis Paniego, chef

Hablar de Francis Paniego es hablar de uno de los riojanos más ilustres en la actualidad. Todo el mundo conoce a este chef ezcarayense y su restaurante con dos estrellas Michelin El Portal de Echaurren, regentado durante décadas por su madre Marisa Sánchez, quien ya consiguió el Premio Nacional de Gastronomía.

En cuanto a su relación con La Rioja, Paniego lo tiene claro: “Esta tierra es el lugar que inspira nuestro trabajo. La Rioja es un paraíso de verduras, sobre todo en la forma de prepararlas: esas menestras clásicas, los espárragos, alcachofas, las berzas, cardos, setas... La Sierra de la Demanda es un paraíso para los micólogos”.

Pero no solo se queda en el mundo gastronómico. En La Rioja hay opciones para todos los gustos. “La Rioja es una gran desconocida, la gente no se imagina lo que hay aquí”, asegura. “Cruzar el Ebro por el Puente de Piedra de Logroño y observar la ciudad desde allí, para adentrarse por la Calle Mayor hasta la catedral o el Revellín. Acercarse a Ezcaray a la hora del vermut, pasear por el río y comer en algún restaurante. Perdernos por un hayedo, visitar la Dehesa de Valgañón o adentrarnos en pueblos como Igea, Herce, Enciso, Munilla o Arnedillo. La Rioja entera es un tesoro”.

Los imprescindibles de Francis: Nájera, los Cameros y Santo Domingo de la Calzada

Andrés Pascual, escritor

El último riojano ilustre es uno de los que más éxito está consiguiendo. Nacido en Logroño hace medio siglo, es autor de bestsellers como El haiku de las palabras perdidas y A merced de un dios salvaje, su última novela que narra una historia de suspense ambientada en La Rioja. Respecto a esta obra, asegura que “hacía tiempo que quería fundir el ambiente idílico de nuestros viñedos con el dramatismo de un thriller, y estoy muy agradecido de la acogida de mis paisanos, sobre todo de tantos bodegueros que la han hecho suya”.

En sus primeras novelas, Pascual se transportó a lugares lejanos -el Tíbet, Japón, el Amazonas- pero comprendió que “La Rioja era un escenario único que envidiaría cualquier autor del mundo. A merced de un dios salvaje es el resultado de explorar mi tierra con ojos de niño, como alguien que la ve por primera vez”.

Dado que su vida se centra en los libros, recomienda una lectura para acercarse a su región natal. Invierno, de la logroñesa Elvira Valgañón, “cuenta la delicada historia de un pequeño pueblo de la sierra con sus casas, plazas, bosques, cielo, cuevas... Como dice la autora, un lugar sin otra magia que la vida”.

Sus ojos de escritor le llevan a observar el trasfondo de las cosas, y por ello le fascinan las bodegas de Haro: “su fascinante doble cara, que en la superficie son todo sofisticación y belleza, mientras que en las profundidades tienen esas redes de calados subterráneos repletos de silencio y oscuridad”. También recomienda visitar Santa María de la Piscina, “una preciosa joya del románico entre viñedos que mandó construir un noble que volvió de las Cruzadas tras liberar la piscina Probática de Jerusalén”, y que tiene un relevante papel en su última novela.

En cuanto a los propios riojanos, Pascual apunta que “me gustaría remarcar nuestra alegría, hospitalidad y el espíritu de lucha y pasión que simbolizan las cepas”.

Los imprescindibles de Andrés: San Vicente de la Sonsierra, Logroño y San Millán de la Cogolla

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