“Más allá de mejoras legales, políticos o sociales, se ha dado un gran cambio en lo personal, en las conciencias”

“El 8 de marzo del año pasado fue un extraordinario y multitudinario resultado de una situación que se venía fraguando hace tiempo”, recuerda María Pérez Fajardo, de la Coordinadora Feminista del 8M. Por su parte, Laura Rueda, del movimiento feminista universitario URFEM lo recuerda como “la explosión en una ciudad que ha tenido muy poco movimiento social en general”.

Para la primera, todo había comenzado mucho antes, con la multitudinaria manifestación del 25 de noviembre de 2015. La segunda considera que el 8M del pasado año abrió un campo de autocrítica en el que ha faltado algo de valoración posterior.

Lo que las dos mujeres tienen claro es que, en los últimos meses se ha dado un cambio. “La mujer se ha acercado al feminismo, a la lucha, a no permitir el maltrato o las agresiones sexuales en fiestas”, señala María Pérez, “lo que más se ha conseguido es que la sociedad se involucre cada vez más”. Por su parte, Laura Rueda considera que “casi siempre se pone el punto de mira en las mejoras legales o políticas pero se incide muy poco en los cambios personales y esto, por encima de todo, ha sido un cambio de conciencias”.

Pero el camino por delante todavía es largo. Ambas consideran que, a partir de ahora, es importante sostener y reforzar todo lo que ya se ha conseguido, seguir avanzando y, sobre todo, no perder lo que nos corresponde “por derecho natural”. Todo ello con una base conjunta.