20 minutos... y la siesta
La UDL mete presión. Sigue quinto. No quiere olvidar cuál es su lugar en este grupo II. Después de ganar al Racing de Santander había cierta euforia en la afición, aunque viendo después el parte de lesiones de semana, puede hasta entenderse que este mismo equipo sea capaz de avasallar a la Cultural Durango durante veinte minutos, ponerse por delante y perdonar el 2-0, para después sestear. Es como si alguien le hubiera dado una tecla para reducir el riesgo, para bajar los decibilios en las acciones y dejar hacer a un rival romo en ataque. Esta UDL además de mirar los puntos se aferra al número de jugadores. Por ahí pueda apreciarse ese atisbo de olvidarse de lo realizado en el comienzo para estar a merced, sin la posesión, de un conjunto que convive con los puestos de descenso.
Al menos, se ganó, aunque fuera por la mínima. Con gol de Víctor López, que lo necesitaba para resarcirse. No hubo cartulinas. Otro aspecto positivo, puesto que tres defensas suman 4 amarillas y el otro, 3. Sin embargo, a la conclusión, hasta tres futbolistas acabaron con molestias: Rubén Martínez, César Remón y Marcos André, que reaparecía. Mal panorama para Lasesarre. Por eso, aunque el duelo de este sábado es mejor borrarlo, en cuanto al medio de lograr el triunfo, de la memoria, sirve para que la UDL continúe aferrado a su objetivo, que no es otro que estar entre los cuatro primeros.
Sin embargo, es para analizar cómo un conjunto, con los mismos hombres -o ligeras variaciones- puede ser agresivo y ambicioso en labores para hacer la presión alta, generoso en el esfuerzo para no desajustarse, para minutos después dejarse llevar por la pausa de una Cultural Durango que apenas remató sobre Miguel, que no tuvo ninguna ocasión, pero que sí puso en duda lel marcador ante la cercanía del resultado. Debe aprender de choques como estos el bloque de Sergio Rodríguez que insistió con Víctor López como delantero y que hizo debutar, con buena nota a Iñaki como extremo por la izquierda.
La UDL no quiso problemas. Desde el pitido inicial fue incisiva ante un rival tembloroso durante sus primeros veinte minutos en Las Gaunas. Los blanquirrojos sabían de la importancia del duelo, de encadenar triunfos y de no dar vida a un rival, supuestamente, inferior. Así, que Sergio Rodríguez con dos variaciones en el once respecto al encuentro ante el líder -Ander Vitoria y el debutante Iñaki por los lesionado Ñoño y Rayco- puso todo lo sano que tiene sobre el campo. La idea era clara: asfixiar a una Cultural Durango que debió quedar impresionada por el campo municipal a tenor de su comportamiento: inseguridades, descoordinación, nervios, malos despejes, desorden… Cuestiones de las que supo sacar rédito la UDL.
Eso parecía cuando a los 8 minutos Víctor López, que previamente no se había quedado ante Errasti por un pelo, se desquitaba de esas ocasiones falladas en choques anteriores. Fue listo al cazar un balón que se quedó ahí, en el punto de penalti, después de varios rechaces tras un centro lateral. La celebración, de rabia, fue lógica. No se relajó el cuadro blanquirrojo con el gol a favor. Veía que podía hacer sangre, que debía hacer sangre. Lo intentó de córner con un remate frustrado de Caneda y Bobadilla y al que Ander Vitoria no creyó en que pudiera rematarla en boca de gol. Volvería Víctor López, ubicado como delantero, a presentarse ante Errasti, pero el portero visitante estuvo atinado. Y Ander Vitoria, necesitado de marcar, gozó de un remate sin oposición. Parecía sencillo dirigir el esférico con la cabeza… pero había que estar en el campo. El caso es que la mandó fuera. 21 minutos de ritmo que no tuvieron continuidad.
De repente, la Cultural Durango supo robarle el cuero a la UDL. Imprimió pausa en sus acciones. Se ralentizaba todo. Los riojanos estaban en su campo defendiendo, no salían a la presión, se quedaban, dejaban hacer. Los durangueses seguían amasando el cuero con abundantes pases horizontales. Las imprecisiones se acrecentaron y el duelo fue enfriándose. Miguel era un espectador, aunque tuvo que estar atento a un par de acciones a balón parado. Sólo la lesión de Varela, momento que aprovechó la UDL para chutar a portería -tiro de Iñaki que reperió Errasti- con una buena jugada colectiva manejando la pelota de un lado a otro hasta encontrar la mejor situación, se libró del tedio que invadió Las Gaunas.
El segundo tiempo comenzó equilibrado. La Cultural Durango hacía lo que podía para llevarlo a su terreno y daba la impresión de que era la UDL la que no terminaba de vaciarse para anotar el segundo. Se intuía como cierta intención de dosificar, de asegurar la portería a cero, de no cometer errores y ser conscientes de que alguna ocasión iban a tener para confirmar los tres puntos.
Sergio Rodríguez cambia la idea original y Andy daba cantidad en la medular por un Rubçen Martínez con molestias. Sin embargo, los blanquiazules dominaron más el cuero, así que el técnico logroñés quitó del campo a César Remón, que pidió la sustitución, para dar minutos a Marcos André. La grada estaba incrédula, por las sustituciones (silbadas, aunque con todas estuvieron justificadas por molestias salvo la de Ander Vitoria), e inquieta ante el retroceso que había mostrado su equipo. Dos barullos seguidos en el área de Miguel, sin consecuencias, evidenciaron que los locales estaban jugando con fuego.
Dos transiciones ofensivas de la UDL y un remate de Ander Vitoria tras un córner podían permitir cambiar la dinámica en el último cuarto de hora. Por lo menos, gracias a las interrupciones, los riojanos no terminaron encerrados atrás. Es más, Iñaki, en una acción aislada (falta sacada desde los banquillos) pudo marcar tras un error en la salida de Errasti, pero la pelota se fue al poste. También tuvo la suya Marcos André -que en su remate pareció lastimarse en el aductor-, de nuevo en una falta. Hasta la conclusión, emoción por el marcador y objetivo cumplido en cuanto al resultado positivo.
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