Reacción incompleta de un Calahorra que fue a más
Undécimo, con 25 puntos. 19 jornadas en Segunda división B y el Calahorra, hasta la fecha, está demostrando que tiene capacidad para competir contra cualquier rival en una categoría en la que se intuía que se podía pagar la novatada. Efectivamente, hay defectos que pulir -principalmente en el entramado defensivo de los rojillos (30 tantos recibidos)-, pero los de Miguel Sola confirman que, si mantienen la actitud, corrigen esos desajustes defensivos y continúan evolucionando, el cuadro riojabajeño debería asentarse en la zona media de la clasificación, cuando menos.
Ante la Gimnástica de Torrelavega había dudas. Por el rival, apurado en la tabla, por el tipo de juego que podía plantear el oponente y porque es una incógnita el rendimiento que iba a dar el Calahorra después del parón navideño. De partida, los locales, que cambiaron de sistema, dos carrileros y tres centrales, parecían imponer su idea. Un planteamiento en el que el juego directo prevalecía ante la combinación que proponía el plantel riojano. Cada jugada a balón parado se convertía en una gran oportunidad para los blanquiazules. Se volcaban. El público jaleaba. La concentración, en este apartado, fue clave para ir frenando el ímpetu de los anfitriones.
De hecho, Parla, a los 6 minutos ya sacaba bajo palos lo que parecía el primero de la tarde. Con el devenir del duelo, los rojillos se fueron asentando y tratando de controlar el partido a través de la pelota. Le costó una barbaridad ante el empuje y la intensidad de los cántabros. El Calahorra salía con descaro por el perfil diestro donde Yasin daba muestras de haber recuperado su forma. Rodrigo se dejaba ver e incluso Ubis veía puerta, aunque la acción vino precedida por fuera de juego de Goñi. Javi Barrio, antes de todo esto, también dispuso de una buena oportunidad en un córner. Remató sin oposición, pero no concretó el remate ante un seguro Álex Ruiz, fundamental en la segunda parte.
El paso por los vestuarios propició que la Gimnástica adelantara sus líneas y exhibiera una mayor intención de profundidad y verticalidad. No en vano, al poco de reanudarse el duelo Nacho Rodríguez, de volea, hacía buena la asistencia de Vitienes desde el costado. Mazazo para un Calahorra que no podía desdibujarse como había sucedido en alguna ocasión. Los de Miguel Sola estaban tocados como demostraba la sucesión de aproximaciones de los cántabros. Zabal ser erigía en protagonista repeliendo balones. Vitienes pediría incluso un penalti por una mano rojilla.
Pero el fútbol tiene estas cosas. Una jugada aislada, oportunismo de Ubis y empate. No sólo eso. El estreno de Emilio como rojillo resultó a pedir de boca porque el Calahorra, en la media hora restante, fundió a la Gimnástica. Auzmendi probó desde lejos, luego lo haría Rodrigo. Auzmendi la envió al poste tras un centro del jugador navarro. Javi Duro, Ubis… Daba igual que Pablo Lago realizara sustituciones para cambiar la dinámica. Era imposible.
Álex Ruiz mantenía a los suyos a flote sacando una falta lanzada por Emilio. Goñi también dispuso de un buen tiro centrado y Palazuelos evitaba problemas tras un barullo en el área local. El conjunto riojano estaba lanzado. Buscaba el triunfo y Rodrigo tuvo la última ya en el tiempo de añadido. Pese a todo, el punto debe ser considerado como bueno, pese a que se ha desperdiciado una gran oportunidad para aumentar la distancia con la parte baja de la clasificación. Y eso que los rojillos acumulan 4 puntos (empates a uno) en las últimas 5 jornadas.
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