La historia de un cotillón muy especial en la Nochevieja riojana
Cada año, desde hace ya 45, el restaurante Echaurren organiza un cotillón de Nochevieja. Ningún año se desvela el menú hasta el mismo momento de la cena pero este año es especial y algunos platos se han destapado ya.
La historia de este particular cotillón riojano se remonta al año 1973. Aquel invierno se inauguró la estación de esquí de Valdezcaray y, según cuenta Francis Paniego, sus padres se animaron a hacer una cena cotillón. “No hubo mucho éxito aquel año, pero poco a poco comenzó a correrse la voz y a venir más gente”, cuenta.
Hoy en día, el comedor se llena, prácticamente con las mismas familias de siempre. “Algunos de ellos sólo conocen haber celebrado la Nochevieja en Echaurren”, señala orgulloso Paniego.
Menú sorpresa (este año no tanto)
El menú es sorpresa cada año y sirve para testar algunos platos nuevos que luego pueden entrar a formar parte de la carta. Pero este año, tras el fallecimiento de Marisa Sánchez, alma máter del Echaurren, su restaurante le quiere rendir un especial homenaje a través de este último menú del año.
Para ello, se han seleccionado algunas de sus recetas más icónicas con un punto nuevo. No se trata de transformarlas sino de “resaltar la excelencia de su sencillez y reivindicar la cocina tradicional y sencilla como un auténtico lujo, digno de la cena más importante del año”, explica su hijo. Así, ya se conocen algunos de los platos que se servirán este lunes por la noche antes de las campanadas.
Delicias de siempre como la sopa de pescado, el cardo en salsa con almendras o el bacalao a la riojana formarán parte del menú más selecto y más secreto de la Nochevieja en La Rioja.
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