¿Sabes qué ríos de La Rioja se están volviendo salados?

¿Sabes qué ríos de La Rioja se están volviendo salados?

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Uno de cada tres ríos de la Península Ibérica se está volviendo salados. Es más, algunos ya tienen más sal que el agua de mar. Y, en La Rioja, algunos ríos que están sufriendo este proceso. Concretamente, y tal como se explica en esta publicación, son los denominados ríos de montaña mediterránea silícea. Aquí se encuentran los ríos Tirón, Glera, Najerilla, y Urbión, Iregua, Leza y Cidacos. Ríos que tiene un 0,39% de sus aguas en situación de extrema salinidad y un 0,4% en alta salinidad.

Los riesgos de los ríos

Es uno de los riesgos que corren los ríos de España junto a la sequía a pesar de que este año hidrológico parece alejarse aunque todo indica que regresará, cada vez más fuerte si los pronósticos de calentamiento global se cumplen. Los expertos hablan también de la sobreexplotación de los acuíferos,

Volviendo a la salinización fluvial, The Royal Society Jorunal ha dedicado una edición temática en la que España es protagonista. Y es este estudio el que ha dado la voz de alarma y ha asegurado que uno de cada tres ríos de la Península Ibérica está en proceso de volverse salado, es más, uno de los autores principales, Miguel Cañedo-Argüelles, “ya no se puede hablar de agua dulce”.

Y los efectos en la salud humana también son inmediatos: consumir un agua más salina es un factor de riesgo a la hora de desarrollar hipertensión, y está detrás de la preclancia, la tensión arterial elevada en las embarazadas. Además, se ha observado que favorece la concentración de carcinógenos en el medio acuático, como los trihalometanos hallados en aguas del Llobregat. Distribución de los puntos negros de la salinización fluvial en España. royalsocietypublishing.org

Esta nomenclatura puede resultar farragosa para el recién llegado: no abarca ríos en sí, sino tramos. Y no es lo mismo un 'río mineralizado mediterráneo de baja altitud' que un 'río mineralizado de baja montaña mediterránea'. La siguiente clasificación es una recopilación simplificada de datos para facilitar la comprensión:

1) Gargantas de Gredos-Béjar: Gargantas Mayor, Garganta de los Infiernos, San Gregario y Cascarones. Tienen un 1,9% de sus aguas en situación de extrema salinidad y un 6,2% en alta salinidad.

2) Ríos manchegos: Algodor, Guatén. Tienen un 1,58% de sus aguas en situación de extrema salinidad y un 8,4% en alta salinidad.

3) Ejes mediterráneos-continentales poco mineralizados: Ebro, Ega, Arga, Aragón. Tienen un 1,3% de sus aguas en situación de extrema salinidad, aunque los resultados en alta salinidad no son concluyentes.

4) Ríos de serranías béticas húmedas. Guadacorte, Hozgarganta, Guadarranque. Tienen un 1,3% de sus aguas en situación de extrema salinidad aunque los resultados en alta salinidad no son concluyentes.

5) Ejes fluviales principales cántabro-atlánticos calcáreos. Sella, Narcea, Eo, Somiedo, Cares. Tienen un 1,2 de sus aguas en situación de extrema salinidad y un 3,25% en alta salinidad.

6) Ríos de llanuras silíceas del Tajo y Guadiana: Alburrel, Jumadiel, Salor, Ayuela, Guadiloba, Tamuja, Arroyo Calzones, Arroyo la Vid, Tozo, Magasca, Arroyo Santa María, Guadyerbas. Tienen un 1,05% de sus aguas en situación de extrema salinidad y un 5,7% en alta salinidad.

7) Ríos costeros cántabro-atlánticos: Porcia. Tienen un 0,9% de sus aguas en situación de extrema salinidad y un 1,5% en alta salinidad.

8) Ríos silíceos del piedemonte de Sierra Morena. Se trata de todos los afluentes de los ríos Odiel y Tinto, excluyendo los de la depresión del Guadalquivir y los de alta montaña. Tienen un 0,6% de sus aguas en situación de extrema salinidad y un 3,3% en alta salinidad.

9) Ríos mineralizados mediterráneos de baja altitud: Segura, Rambla del Albujón, Guadalentín. Tienen un 0,58% de sus aguas en situación de extrema salinidad y un 3,9% en alta salinidad.

10) Ríos de montaña mediterránea silícea. Tirón, Glera, Najerilla y Urbión, Iregua, Leza y Cidacos. Tienen un 0,39% de sus aguas en situación de extrema salinidad y un 0,4% en alta salinidad.

¿Qué ocurre en el resto de España? En la zona central encontramos los ríos de baja montaña mediterránea silícea: Lozoya, Guadarrama, Eresma, Moros, Cega, Pirón y el Manzanares que atraviesa Madrid, con un 0,26% de salinidad extrema y un 1,19% de alta .

Del problema en la región de Murcia, en cambio, no solo da cuenta la situación en el Segura, sino también los ríos mineralizados de baja montaña mediterránea: Mula, Taiblilla, Pliego, Quípar, Talave, Mundo, Arroyo de Elche, Luchena, Guadalentín. Tienen un 0,15% de sus aguas en situación de extrema salinidad y un 1,7% en alta salinidad.

Por otro lado, la situación es más positiva en los ríos de montaña mediterránea calcárea: Cabriel, Campillos, Ojos de Moya, Mijares, Alcalá, Albentosa, Guadalaviar, Monterde, Alfambria, Camarena, Turia, Arcos, Júcar, Huécar, Moscas, Gritos, Arguillos. La salinidad extrema solo afecta al 0,08% de sus aguas y la alta, al 0,37%.

Este mapa, sin embargo, debe servir como herramienta de trabajo y análisis, y para implementar medidas más restrictivas según Cañedo-Arguelles. “Se puede tratar el agua por ósmosis inversa, pero es súper caro de implementar y mantener. La solución pasa por endurecer la legislación aunque afecta a sectores económicos estratégicos, seguir desarrollando nuevas técnicas y establecer criterios de control de la calidad del agua que no solo tengan en cuenta la salud humana, sino la biodiversidad”.

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