El conformismo se paga con el empate

8 de diciembre de 2018 05:18h

Le está costando ganar al Calahorra en La Planilla. Las tres últimas presencias de los rojillos en el feudo calagurritano se han saldado sin triunfo. Empate ante la Cultural de Durango, derrota contra el Langreo y tablas ante un Real Unión que no demostró muchas cosas en el campo riojabajeño. Puede que el gol de Ubis, en la casi última acción del primer tiempo, propiciara un nuevo escenario para los locales que dejaron de ser tan dominadores tras el descanso para especular con el resultado.

Una situación que provocó que los de Juan Domínguez, sin desplegar un fútbol brutal, fuera encontrando situaciones hasta lograr empatar por mediación de Orbegozo a falta de un cuarto de hora para la conclusión. Con tan poco tiempo por delante fue complicado variar un resultado que sabe a poco para un Calahorra que suma 23 puntos después de 16 jornadas.

Desde el pitido inicial el Calahorra salió en plan dominador. Quería asumir el mando del encuentro y acercarse con criterio ante un Irazusta que evidenció reflejos cuando en dos acciones consecutivas Auzmendi, tiro lejano, y Cristian, remate de cabeza, probaron la habilidad del portero irundarra. Y eso que previamente Ubis ya había marcado, aunque en fuera de juego tras una falta lateral sacada por Auzmendi. El caso es que los de Miguel Sola se adueñaron de la pelota ante un Real Unión que dejaba hacer.

Eso derivó en que los de Juan Domínguez estaban como agazapados por el buen hacer de los rojillos que además del dominio territorial llegaban con cierto peligro para superar a un oponente que apenas se asomaba sobre un Zabal prácticamente de espectador durante el primer tiempo. Que el cuadro vasco estaba sufriendo lo constató Rodrigo con un tiro que fue sacado bajo palos por Etxabeguren. Faltaba el gol para redondear una buena primera mitad. Justo lo que quería evitar el Real Unión. Cuando parecía que lo iba a conseguir, el conjunto riojabajeño cuajó una buena acción por banda izquierda con centro de Morgado que fue rematado por el ‘pichici’ de los rojillos, Ubis, para deshacer el equilibrio en el marcador.

Un tanto de esos llamados psicológicos. Quedaba por saber cómo iba a afectar el gol a los dos equipos. Juan Domínguez reaccionó con Lizarraga en el campo por Javi Martínez. Además, el cuadro irundarra adelantó su línea de presión a la vez que las intenciones. De esta manera, ahora era el Calahorra el que dejaba hacer para esperar su oportunidad a la contra. El problema podía radicar si los visitantes se iban creyendo sus opciones e iban limitando el aspecto ofensivo de los locales.

De hecho, Zabal se tenía que esforzar para despejar a córner y acto seguido, en una contra, Auzmendi, en una de sus últimas acciones antes de ser sustituido por Ortega, devolvía el ánimo a la grada donde la Peña Crianza Rojilla, como siempre, no paró de apoyar a los suyos. El Calahorra ya no era tan superior como aconteció en el primer período, pero controlaba los tiempos ante un Real Unión que quería, pero no podía.

Sin embargo, Lizarraga, muy activo desde que entró al campo, fue animando a sus compañeros hasta el punto de que después de tres intentos claros llegó el tanto del empate. Orbegozo, máximo goleador de los irundarras, hacía bueno el centro de Lizarraga. Tocaba espabilar ante la mejoría mostrada por el Real Unión. Faltaba un cuarto de hora y llegaban las prisas en los anfitriones. Obeng aparecía por Almagro, mientras que los irundarras agotaban sus sustituciones.

El Calahorra se había vuelto a activar, pero Irazusta, inédito en la segunda parte, no pasaba apuros. Barrón pisaba La Planilla con la intención de dar un último empuje a los de Sola, pero no hubo tiempo para mucho más salvo para que la grada pidiera penalti por una caída de Ubis en el área rival.