“Sentí una emoción total porque estas personas con discapacidad visual han podido conseguir algo que nunca han hecho”

“Sube, baja, ten cuidado, un poco a la derecha…”. Estas palabras son algunas de las indicaciones que Valentín Lázaro, Julián Hernández y Pepe Facila utilizaron en la Behobia el pasado 11 de noviembre en San Sebastián al ayudar a personas completamente ciegas a cumplir su sueño de correrla.

Esta historia comenzó con una simple llamada telefónica. Pepe Facila, residente de Tolosa, llamó a Valentín, miembro de los Beer Runners de Logroño, para comentarle una idea. “Facila, comentó que había gente de Barcelona que iba a correr la Behobia pero necesitaban guías que estuvieran por la labor de acompañar a algunos discapacitados visuales. Los Beer Runners de aquí somos un grupo muy grande y eso daba la opción de poder buscar a gente de todos los ritmos”, ha explicado Lázaro.

“Al final nos apuntamos yo y Julián sin saber cómo iba a ser la experiencia pero por la emoción que nos producía le dijimos que sí. Fue fantástico”, ha resaltado Lázaro.

Durante la carrera, la persona con discapacidad visual y su guía iban atados mediante una cuerda de unos 20 centímetros por la mano izquierda de uno y la derecha del otro. “Parece difícil pero están muy acostumbrados y transmiten mucha tranquilidad a la hora de hacerlo. Vas casi tú más nervioso que ellos”, ha señalado Lázaro.

“Iba muy pendiente de no meternos en todo el barullo de gente o que no se nos agolpara mucha alrededor. Corría con un chaleco fluorescente donde pone ‘guía’ y la gente, en el momento que te ve, se abría a los lados”, ha explicado Lázaro. “En las rotondas le decía que se moviera un poco a la derecha y que se centrara pero él mismo se situaba siempre muy bien. En los badenes le tenía que avisar y decir sube-baja-sube ya que les cambia la pisada pero al no verlo es más difícil calcularlo para ellos”, ha añadido.

El objetivo de esta experiencia era que Juanma, Michel y Jorge, las tres personas con discapacidad visual a las que ayudaron, acabaran la carrera y sintieran la experiencia de ser animados y aplaudidos por el público. “Algunos de ellos tenían objetivos más personales, por ejemplo, Juanma, la persona a la que yo hacía de guía, quería bajar de las dos horas y lo consiguió, cruzando la meta en 1:55 horas”, ha explicado Lázaro.

Las sensaciones que vivieron en este día fueron muy fuertes: “Una emoción total todo el camino porque gracias a ti y a tu apoyo podían conseguir algo que no habían conseguido nunca ya que no habían corrido esa carrera ni más de 10 kilómetros. Te quedas sin palabras, es para vivirlo” , ha remarcado Lázaro con fuerza.

Esta experiencia fue tan grata que van a repetirla durante la media maratón de Barcelona en Febrero. Además, Lázaro y Hernández, los dos miembros de los Beer Runners de Logroño, han quedado tan marcados que han contactado con la ONCE para que si hay algún interesado en correr, ellos se han ofrecido como voluntarios para entrenar con ellos uno o dos días a la semana.