El Calahorra se queda con las ganas

7 de octubre de 2018 08:15h

La derrota hace daño siempre, pero parece que duele más cuando llega en el tiempo añadido y cuando se había hecho un esfuerzo inhumano para neutralizar un 0-2. Quizá el Calahorra deba quedarse con eso, con la reacción cuando todo estaba perdido. No centrarse en esa última acción en la que se quedó sin sumar por segunda semana consecutiva. El empuje, el haber gozado incluso de una oportunidad para haber logrado la remontada -la tuvo Barcina en un mano a mano con Limones-, es lo positivo de un cuadro riojano que no se intimidó por la visita del Mirandés a La Planilla.

Desde el comienzo se vio a un equipo valiente, que no se arredró ante la presión alta de su oponente. Barrón, de hecho, pudo adelantar a los suyos tras un centro de Rodrigo, pero Limones desbarató esa posibilidad. El duelo se fue equilibrando y las primeras aproximaciones de los visitantes llegaban con tiros lejanos o acciones de estrategia. Parla y Cárdenas, asentados en la medular en las últimas jornadas, se imponían, mientras que Barrón y Rodrigo eran serias amenazas para un rival al que le costaba llegar. Aunque Yanis evidenció ser un puñal por su costado.

Igualdad y a esperar lo que acontecía la segunda mitad, aunque Rama pudo romper el equilibrio al filo del descanso. En los segundos 45 minutos hubo de todo, para lo bueno y para lo malo. Cárdenas perdía una pelota en la salida de balón, Matheus hizo el resto para superar a Zabal. Mientras que los de Miguel Sola intentaban recuperarse del mazazo, llegó el testarazo de Melli, en una falta, para encarrilar el choque para un Mirandés práctico y efectivo. Matheus pudo poner la puntilla, pero Zabal estuvo certero. Hubiera sido un castigo excesivo para los riojabajeños.

Con Obeng y Goñi en el campo, el Calahorra fue más vertical. Se dejó los complejos, se olvidó del marcador y buscó creer en los puntos. Con empuje, garra y carácter fue arrinconando a los burgaleses. Rodrigo recortaba distancias pasada la media hora. El Mirandés, perplejo, empezó a dudar. Eso fue bueno para los locales. Los visitantes realizaron dos cambios, uno obligado por molestias de Rama, y dio la sensación de que aplacaban los ánimos de los anfitriones. Pero la presencia de Barcina dinamitó, de nuevo, a los suyos. Córner va, córner viene y penalti a favor del Calahorra. Parla asumía la responsabilidad. Gol. Empate y nuevos bríos. Hasta se pensaba en la voltereta. El Mirandéz intentaba reaccionar, pero le costaba.

Barcina, casi con el tiempo a punto de expirar, tuvo la victoria. Limones se esforzó para dar una última oportunidad a su equipo. El que la aprovechó fue Matheus, ya en el minuto 91. No perdonó. Era un 2-3 que cayó como un jarro de agua frío en La Planilla, que perdía la condición de invicta esta campaña. Una lástima. Toca levantarse y recuperar el ánimo porque llega una semana para trabajar y prepararse para tres partidos, a partir del domingo próximo, en siete días.