Miguel sabe ir al límite
Ir al límite tiene estas cosas. Un punto en Lezama siempre es bueno. Sin embargo, la mochila que lleva esta UD Logroñés en el arranque liguero obligaba a algo más. Cierto que el viaje relámpago de Félix Revuelta se ha dejado notar. Sergio Rodríguez lo asumió y cambió el chip. Ante el Real Unión apostó fuerte. Contra el Bilbao Athletic dio continuidad. Intensidad y actitud son innegociables. Una lástima que se tiraran a la basura hasta cinco jornadas. No es oro todo lo que reluce. Las tablas logradas perfectamente habían podido ser triunfo local, de no haber mediado un inspirado Miguel, o victoria riojana, de haber acertado alguna de las ocasiones claras justo antes del descanso.
El filial rojiblanco también apuesta. Lo hace al todo o nada. Muchas veces le sale bien -15 triunfos seguidos en Lezama no son por casualidad- y otras se encuentra con un oponente que le sabe resistir. Mete ritmo, velocidad, contagia a su oponente para que haya un reto constante. Ahí se mueve bien Garitano, al que le gusta llegar arriba sin miramientos, que maneja a sus pupilos para que se desenvuelvan como pez en el agua en las transiciones ofensivas. Con ese respeto iba la UDL, que supo frenar a los ‘cachorros’, que les obligó a tener más el balón y que intentó aprovechar sus debilidades. Sobre todo en el primer tiempo, en el segundo los locales apretaron y generaron más para sumar los tres puntos.
En este sentido, Miguel fue el culpable de que el Bilbao Athletic se quedara con un punto. El capitán mantuvo a los suyos a flote. Seguro debajo de los palos, su hábitat, durante los 93 minutos del partido y consciente de lo importante que era no fallar. El meta riojano, silbado en Las Gaunas el otro día por parte de la afición, responde dónde tiene que hacerlo, en el campo. Dando argumentos al que le ha dado la confianza para seguir defendiendo la meta blanquirroja. Porque cuando se está al límite, el propio Sergio Rodríguez lo confirmaba antes del duelo, cualquier detalle es clave para salir victorioso o caerse de la cuerda. Por el momento, todo sigue igual. Casi: una jornada menos, un punto más.
Sergio Rodríguez no varió un ápice su apuesta. Santos y Rubén Martínez eran los únicos cambios por los lesionados Paredes y Rayco. En cuanto al juego, no es lo mismo medirse al Real Unión en Las Gaunas que al Bilbao Athletic en Lezama. Por eso, la intención de los blanquirrojos -este sábado con camiseta azul y pantalón rojo- fue presionar arriba, incomodar la salida de balón del rival (donde sufren si se les ahoga) y ser más vertical que en otras ocasiones. Menos elaboración y más pases directos.
Fue una primera parte abierta, con alternativas y ocasiones en ambas áreas. Demasiadas. Villalibre amenazaba en el segundo palo tras un centro de Nolaskoain -central para Berizzo y centrocampista para Garitano-, mientras que Larrazabal lo intentaba desde lejos. La UDL estaba ordenada y eso que ya había sufrido un contratiempo con la lesión de Santos pasados los diez minutos -siendo Flaño su sustituto en el perfil zurdo-. La buena disposición de los visitantes provocó un error en el pase de Vivian, Rubén Martínez vio a Marcos André y el brasileño quiso ajustar tanto que se le fue por poco. Un aviso de cuáles podían ser las amenazas de los riojanos.
El Bilbao Athletic dominaba y Sillero intentaba sorprender con un centrochut. La respuesta logroñesa fue una diagonal de Juan Iglesias, un control largo de Rubén Martínez y un remate, centrado, de Víctor López que despejó Oleaga. Que no había tregua se constaba cuando Vicente aprovechaba un error de Juan Iglesias para encontrarse con un sobrio Miguel. Fueron los peores momentos de los hombres de Sergio Rodríguez. Nolaskoain y Gorka Pérez lo intentaban desde lejos, pero Miguel respondía con acierto. Se inclinaba el choque en favor de los vizcaínos cuando en el tramo final de una intensa primera mitad fue la UDL la que tuvo hasta tres oportunidades para irse al descanso con el marcador a favor.
Víctor López se encontró un rechace dentro del área, buscó el sombrero y luego un golazo. Se quedó lamentándose. Acto seguido, Olaetxea dibujó una asistencia para dejar a Marcos André ante Oleaga. El delantero no supo cómo superar al meta rojiblanco. Y cuando todos daban por bueno el empate parcial, Andy, tras un largo saque de banda de Juan Iglesias, colocaba con esmero, pero se topó con el poste en su parte posterior.
Menos ocasiones y Miguel, salvador
El paso por los vestuarios sirvió para que ambos conjuntos extremaran sus precauciones defensivas y para que los rojiblancos gozaran del viento a favor. Garitano no quería dar ventajas a su oponente, así que Vencedor, con amarilla, se quedaba en la caseta. Los vascos insistían en su dominio, aunque la UDL quería arrebatar el tiempo de posesión para no sufrir tanto. No tuvo fortuna. Muñoz, tras una rápida transición, estuvo cerca del gol, pero Miguel, en el sitio adecuado, desbarató esa posibilidad.
Sin embargo, los anfitriones cercaban y acorralaban a una UDL a la que le costaba conectar pases. Una buena acción por su costado diestro culminó con Vicente trabado dentro del área por Juan Iglesias. Penalti. El ‘10’ de los rojiblancos tiraba a un lado. Justo al que adivinó el capitán logroñés para enviar a córner. Golpe anímico favorable que se acusó sobre el césped, aunque sin que los riojanos miraran de tú a tú a Oleaga. Ñoño -desapercibido- y Ander Vitoria -sin la chispa y ritmo de la continuidad- (relegando a Olaetxea al extremo derecho) eran la respuesta en aras de refrescar el ataque.
La exigencia física del rival y del partido no parecían pasar factura a una UDL que trabajaba a destajo en defensa y que dejaba de exprimirse en cada acción. Como lo demostró Ander Vitoria que peleó por una pelota, tuvo fortuna para recoger el rechace y casi retar a Oleaga, ya que en el último momento, Vivan reaccionó con destreza. Y en la siguiente jugada fue Larrazabal el que se inventaba un jugadón para buscar la escuadra, pero una vez más Miguel estaba en el sitio preciso. Tendría una última Ander Vitoria con un centro de Marcos André, pero el vasco no pudo zafarse del defensor. Se acercaba el final y el Bilbao Athletic veía como su racha de 15 victorias seguidas en Lezama se cortaban con el punto obtenido por la UDL.
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