La vendimia, la despoblación rural, la participación y el paro, ejes del discurso de Ceniceros

La vendimia, la despoblación rural, la participación y el paro, ejes del discurso de Ceniceros

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El presidente del Gobierno de La Rioja, José Ignacio Ceniceros, ha ofrecido hoy su habitual discurso en el acto institucional del Pisado de la Uva, en el día grande de las fiestas de San Mateo.

Sus primeras palabras han sido para aquellos que trabjan nuestra tierra, que con especial “sacrificio y mucho trabajo” han tenido que afrontar este año una difícil situación meteorológica que ha puesto en peligro la vendimia.

Entre las principales inquietudes a las que se enfrenta La Rioja, según el presdiente, destaca la despoblación del medio rural. Ante ello, plantea asumirlo como “un reto de comunidad, al mismo nivel que el empleo o la internacionalización”. “Debemos dar vida a nuestros pueblos para que el corazón de La Rioja siga latiendo”, ha señalado Ceniceros.

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Una de las herramientas que propone para ello es la participación ciudadana. En este sentido, ha anunciado la puesta en marcha de nuevos intrumentos y fórmulas de democracia directa y participativa como la apertura, por primera vez, del anteproyecto de Ley de Presupuestos a los jóvenes, “para que puedan decidir el destino de una parte de los fondos públicos, buscando entre todos las mejores soluciones a nuestros problemas”.

La prioridad, en este curso que comienza, seguirá siendo la lucha contra el paro, las desigualdades y la pobreza.

Ha recordado el presidente a los enfermos de Alzheimer en su día, a los parados y a las víctimas de la violencia de género, así como a los riojanos del exterior, “que celebran esta festividad a más de 10.000 kilómetros de distancia”.

No ha faltado en el discurso del presidente de La Rioja un guiño a la unidad frente al reto separatista. “Nadie es más que nadie, ni puede estar por encima del resto o de las leyes”, ha señalado, “por ello debemos estar alerta y actuar si es necesario”. Un mensaje que ha levantado el aplauso del público.

Discurso completo de José Ignacio Ceniceros

Con la mirada puesta en el futuro, los riojanos ya hemos empezado la vendimia. Nuestra comunidad huele a campo y a uvas recién cortadas desde Alfaro a Foncea. La cosecha vuelve a hermanarnos en torno a un objetivo común, con la esperanza de que sea abundante y de calidad, sin que le afecten el estado del tiempo ni las enfermedades de la vid.

Ha sido necesario mucho trabajo y sacrificio para cuidar la viña con paciencia y esmero. Ya está en marcha la recogida del fruto que da la tierra y que, luego, se transformará en el vino que nos hace universales. Es algo mágico, que, cada 21 de septiembre, celebramos aquí con alegría y emoción.

El pisado de la uva y la ofrenda del primer mosto a la Virgen de Valvanera nos unen por el amor a La Rioja, sus pueblos y tradiciones. Nadie siente esta comunidad como la sentimos los riojanos allá donde estemos, en la cercanía o en la distancia. Nadie la ama como nosotros, porque es nuestra. Nadie la vive del mismo modo.

La Rioja es nuestro patrimonio común, que recibimos de nuestros antepasados y que procuramos legar multiplicado a las generaciones futuras, como custodios de un gran tesoro que a todos nos pertenece. Porque La Rioja la construimos entre todos, día a día, con nuestro esfuerzo, cariño e ilusión.

Los riojanos somos el principal activo con el que cuenta nuestra comunidad. “Los claros hijos de La Rioja”, como decía Jovellanos. Gentes trabajadoras, entregadas, responsables, solidarias y justas, capaces de anteponer lo que nos une por encima de lo que nos separa para avanzar juntos hacia proyectos compartidos, como ocurre en la recolección.

La vendimia representa una bella metáfora de La Rioja, y nos brinda la oportunidad de mostrar nuestro sentimiento colectivo de identidad y de subrayar el compromiso generoso de los riojanos de seguir trabajando unidos por el progreso y el bienestar de nuestra comunidad.

El vino y la Virgen de Valvanera son signos de identidad riojana. El vino es parte de nuestra historia y cultura, y ha forjado nuestra forma de entender la vida. Por su parte, el culto y la devoción a la patrona de La Rioja contribuyeron a que, a principios del siglo XX, nuestros emigrantes tomaran conciencia de formar parte de un territorio diferenciado.

La vendimia es sinónimo de vida en La Rioja y en nuestros pueblos. De forma alegórica, el vino es la sangre que corre por las venas de nuestra comunidad y que le hace palpitar, pues nos abre al mundo y hace crecer La Rioja. El vino es motor clave de nuestra economía y nos llena de energía.

Por ello, a los riojanos nos inquieta la despoblación en el medio rural. Un asunto que no es exclusivo de nosotros, porque afecta también al resto de España y a la Unión Europea. Algo que debemos afrontar aquí como un reto de comunidad, al mismo nivel que el empleo o la internacionalización.

Durante este tiempo, hemos sentado las bases para hacer frente al desafío demográfico y establecer una estrategia de desarrollo rural sostenible. Ésta es una gran tarea común, en la que todos somos necesarios.

Este Gobierno ha puesto todo su empeño en ello. Entre todos debemos dar vida a nuestros pueblos para que el corazón de La Rioja siga latiendo. Todos podemos aportar algo para aprovechar las grandes oportunidades que nos ofrece el medio rural, arraigar la población, mejorar las infraestructuras y servicios públicos, y generar riqueza y empleo.

Quiero, por tanto, invitaros a trabajar conjuntamente para fortalecer nuestro músculo regional, garantizando la cohesión social y territorial. Se trata, en suma, de lograr que el dinamismo y la vitalidad que asociamos a la vendimia puedan extenderse aquí a lo largo de todo el año.

La participación ciudadana es imprescindible para ello. La participación es fundamental para construir nuestro futuro común, en el que todos seamos protagonistas y nadie se sienta excluido. Los riojanos tenemos la palabra, y todos debemos ser actores, y no meros espectadores, de las políticas públicas.

Hemos dado un paso decisivo en esa dirección con la reciente aprobación del proyecto de Ley de Participación Ciudadana y Colaboración Social. Un paso de gran trascendencia que contribuirá al fortalecimiento de nuestra calidad democrática y de los principios del Gobierno Abierto.

Nos proponemos pasar de la escucha activa a promover la participación directa en el proceso de toma de decisiones, y en la prestación de servicios públicos, dentro del marco más ambicioso de los derechos ciudadanos. Pondremos en marcha instrumentos y fórmulas de democracia directa y participativa.

Así lo haremos, por primera vez, en el anteproyecto de Ley de Presupuestos para 2019, abriendo la puerta a los jóvenes para que puedan decidir el destino de una parte de los fondos públicos, buscando entre todos las mejores soluciones a nuestros problemas. Haremos unos Presupuestos participativos.

Queremos contar con todos. Las familias, en cualquiera de sus formas, como base sobre la que construimos el futuro de La Rioja; las mujeres, los mayores, las personas con discapacidad y los más de 44.000 jóvenes riojanos, que son nuestro porvenir y a quienes acabamos de empoderar con el Pacto por la Emancipación juvenil, porque también son nuestro presente.

Sobre los hombros de todos nosotros recae la responsabilidad de mantener vivas nuestras tradiciones e identidad como riojanos. De preservar lo mejor que tenemos y los valores que nos identifican. De construir sobre las raíces del pasado los cimientos del presente para afrontar con éxito el futuro.

En estos momentos, nuestra prioridad sigue siendo luchar contra el paro, las desigualdades y la pobreza. Debemos consolidar juntos la tendencia de crecimiento y creación de empleo. Aún nos queda mucho por hacer, pero es un orgullo haber contribuido ya a devolver a 6.200 riojanos la capacidad de construir su propio destino.

Por ello, hoy, en este tradicional acto del pisado de la uva, que marca el inicio de un nuevo tiempo, y al ofrecerle el primer mosto a la Virgen serrana, los riojanos expresamos nuestro deseo de que se abra una etapa nueva de crecimiento duradero, creación de empleo y bienestar colectivo.

La Rioja comienza un nuevo ciclo: el que marca la vendimia. Las uvas están maduras. Nos las ha traído hasta aquí una buena representación de nuestra tierra. La viña nos devuelve con su fruto el trabajo de todo un año. La cosecha es la recompensa colectiva de crecer como comunidad. Crecer sin dejar a nadie atrás, discriminado o excluido.

Hoy es un día de fiesta grande, en el que debemos también tener presentes a los que lo están pasando mal por distintas causas. No nos olvidamos de que es el Día Mundial del Alzheimer y saludamos con todo afecto a cuantos sufren esta enfermedad y a sus familiares.

No olvidamos tampoco a las personas que quieren trabajar y no pueden, y a las víctimas de la intolerable violencia de género. Saludamos también a los riojanos en el exterior: los descendientes de nuestros emigrantes, a quienes llevamos en nuestro corazón. Nos emociona saber que celebran esta festividad a más de 10.000 kilómetros de distancia.

Saludamos, igualmente, a cuantos han recorrido el camino inverso y, con su trabajo y su capacidad de integración, contribuyen al desarrollo de nuestra comunidad. Y saludamos, por último, a los temporeros, que nos ayudan en las labores de la vendimia, y a cuantos nos visitan.

La Rioja es una tierra abierta y hospitalaria, en la que nadie se siente extranjero. Una tierra que defiende los valores de la convivencia y de la concordia, consagrados en la Constitución Española de 1978. Una norma que respeta la singularidad de cada uno y que pronto cumplirá 40 años: 40 años de democracia, 40 años de libertad.

Todos nos necesitamos mutuamente. Integrados en Europa y unidos indisolublemente a España, los riojanos hallamos en el diálogo entre diferentes la solución a los problemas. Diálogo entre nosotros, con otras comunidades o con el Gobierno central, como ocurrió días atrás con el presidente Sánchez.

Nadie es más que nadie, ni puede estar por encima del resto o de las leyes. Nadie es dueño de su destino al margen de los demás. Por ello, debemos estar alerta y actuar si es necesario, porque, como decía Salustio, “con la concordia crece lo pequeño; con la discordia se arruina lo más grande”.

Hoy, La Rioja entera es una fiesta y los riojanos queremos compartir nuestra alegría con cuantos nos acompañan. Disfrutad de estos días, dejando a un lado las preocupaciones, para poder retomar luego, con renovado impulso, nuestra tarea común. Es mucho lo que podemos hacer juntos.

Desde aquí os convoco a seguir trabajando unidos por un crecimiento integrador para ganar el futuro de La Rioja. A pesar de las dificultades, confío plenamente en nuestra capacidad colectiva por el sentido de responsabilidad y compromiso de los riojanos. Nuestra fuerza reside en que, en cada uno de nosotros, late la esencia de La Rioja.

Por ello, antes de continuar con la música y las danzas, y como expresión de nuestros sentimientos comunes, gritad conmigo: ¡Viva La Rioja!

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