En el punto de mira

En el punto de mira

Rioja2

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Minuto 25. Gorka Santamaría remata de cabeza un envío de Riego para marcar el 0-1. Caneda y Santamaría se miran. La grada opina: “¡Sergio, vete ya!”. Minuto 70. Córner en contra de la UDL. Zelaya peina en el primer palo, Miguel se saca la pelota como puede y el balón se queda muerto en el área. Llega Milovanov y firma el 0-2. Los jugadores locales agachan la cabeza. La grada vuelve a opinar: “¡Sergio, vete ya!”. Minuto 94: Pitido final. Pitos y el aficionado, muchos abandonaron antes, insiste en su reclama: “¡Sergio, vete ya!”. Cuatro jornadas, 3 puntos. Es el presente de la UDL.Acudirá al derbi riojano contra el Calahorra en puestos de promoción. Con urgencias, con prisas, con ansiedad, con nervios, con mucha presión, con responsabilidad. Es lo que tiene aspirar a lo máximo y apostar por una plantilla con mimbres para ello.

Sin excusas. Ni fiestas de San Mateo ni cansancio por el desgaste de la Copa del Rey -lo primero es inconcebible el sólo cuestionarlo, lo segundo puede afectar-, la UDL no encontró su sitio en ningún momento. Evidenció que ese tiki-taka del que presume no asusta a nadie. Fuegos de artificio. Que el primer tiro entre los tres palos llegue en el minuto 79 lo dice todo. Habla de que este equipo no tiene profundidad, no genera las ocasiones que requieren sus futbolistas y que en esta Segunda B con orden, disciplina, solidaridad y capacidad para montar transiciones ofensivas es más que suficiente para no sólo salir airoso ante este fútbol sino para combatirlo con éxito. Eso hizo un Sporting B que también estaba empezando a ser cuestionado después de la temporada pasada y que en las jornadas anteriores no había ganado aún. Hasta que llegó a Las Gaunas, donde supo contrarrestar un fútbol pobre, triste, soso, carente de ritmo y verticalidad.

Tocar, tocar y tocar. La idea puede ser buena, aunque todo tiene que ir rodado. El problema radica en el cómo y en si es el camino para encontrar el fin. Hasta la fecha se está comprobando que esta UDL no haya la forma de constatar que su posesión, la gran mayoría de las veces estéril, debe guiarle a los óptimos resultados. Ni un tiro a puerta en 79 minutos, cuando Javi Benítez realizó su primera parada en un remate de cabeza de Ñoño. Demasiado para los 3.313 socios con los que contaba el club -superando los de la temporada pasada- antes del duelo. Entendibles (por lo visto este domingo) los pitos -unidos a los tres empates ligueros en las jornadas precedentes y las pretensiones de aspirar al ascenso- cuando Gorka Santamaría, ante la parsimonia de Caneda y Santamaría, remataba, mejor dicho dirigía, con la cabeza la pelota al fondo de la red después de un buen centro de Riego por la izquierda.

Ante un excesivo juego horizontal, carente de profundidad, la única solución planteada fueron las diagonales de Caneda sobre Ñoño. Tampoco funcionaron. La defensa asturiana esperaba. Además, los blanquirrojos ayudaban ante su incapacidad para tirar a portería. Optaban por un pase más, un control más, un recorte más… ¡qué más quiere la defensa para poder reorganizarse! La grada estaba nerviosa. Quiere ver a su equipo marcar goles y así poder festejarlos. Entiende que la vía propuesta por Sergio Rodríguez es ilusionante -como se comprobó en la primera campaña del técnico logroñés en la que dirigió 10 partidos en dos etapas-, sin embargo, a día de hoy, aumentan las dudas.

El Sporting B vivía un partido tranquilo. Javi Benítez no tenía que intervenir y las llegadas visitantes inquietaban a Miguel, que evitó males mayores con dos paradas casi consecutivas y que llegaron justo después del 0-1. En este sentido, el tiro lejano de Pablo Fernández y la jugada elaborada de córner, por fortuna, no hicieron más sangre. Ya habría tiempo para ello. En la segunda mitad, se quería intuir algo más de ritmo cuando la pelota llegaba a los tres cuartas partes del campo. Imaginaciones de los optimistas. El Sporting B, ahora, gozaba de más continuidad y se le planteaba la duda: juega y conserva la posesión o busca los espacios que le ofrece el rival.

Por un momento, ese juego de ida y vuelta podía favorecer a los que iban por detrás. Miguel detuvo un lanzamiento de Gorka Santamaría y Marcos André, que le dio algo más de movilidad inicial, remató fuera un centro de Ander Vitoria, de los pocos jugadores que cada vez que tocaba el cuero acertaba en la elección. Pero el filial gijonés se encargó de disipar la incertidumbre en un saque de esquina. Zelaya la peinó, Miguel se quitó el balón de encima y Milovanov enmudecía Las Gaunas durante unos segundos. Para ese momento, Sergio Rodríguez ya había movido ficha con Rubén Martínez como lateral zurdo. Luego, a última hora, también variaría en la derecha con Víctor López por Santos.

Sustituciones que apenas cambiaron el rumbo de un duelo ya decidido. Ñoño remataba de cabeza un centro de Salvador y después el centocampista estrellaba un tiro, el único de fuera del área, en el poste tras una acción en la que justo cuando Ander Vitoria iba a rematar apareció Pelayo Suárez para evitar el último empujón. Era muy tarde como para que esta UDL tirara de heroicidades. Toca pasar el mal trago en una semana dura para la plantilla y para el técnico logroñés, el cual reconoció que está con fuerzas e ilusión, para encarar un derbi ante un Calahorra que se encuentra en el polo opuesto en cuanto al estado anímico de su fútbol y de sus ideas.

Ficha técnica

UD Logroñés: Miguel; Santos (Víctor López, min. 80), Caneda, Santamaría, Flaño (Rubén Martínez, min. 68); Borja Sánchez (Marcos André, min. 58), César Remón, Salvador, Ñoño; Rayco y Ander Vitoria.

Sporting B: Javi Benítez; Milovanov, Pelayo Suárez, Zalaya, Cordero; Aizpiri, Pablo Fernández (Pablo Villalón, min. 87), Pedro Díaz, Rubén Sánchez, Riego (Espeso, min. 60); y Gorka Santamaría (Sandoval, min. 77).

Goles: 0-1, min. 25: Gorka Santamaría. 0-2, min. 70: Milovanov.

Árbitro: David Cambronero González (Colegio Castellano-manchego). Amonestó a los locales Ñoño (min. 30) y Buigues (min. 51) -estaba en el banquillo-, y a los visitantes Riego (min. 30) y Rubén Sánchez (min. 51).

Incidencias: 2.780 espectadores en Las Gaunas, según informó el club organizador. Luis de la Fuente, seleccionador de España sub’21, realizó el saque de honor.

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