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Polémica por la accesibilidad en el Museo Würth de La Rioja

Polémica por la accesibilidad en el Museo Würth de La Rioja

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La primera sesión de 'De noche, el museo suena' del Museo Würth ha estado cargada de polémica. En las últimas horas, Rebeca Sánchez , ha colgado en redes sociales su experiencia. “Impotencia, rabia y decepción”, es lo que sintió esta persona en el Museo Würth “si vas en silla de ruedas”. Y es que explica, “a pesar de que la noche prometía, las cosas no salieron como yo esperaba”.

Y que, prosigue, “cuando llegamos al Museo empiezo a ver pasos de cebra con los bordillos sin rebajar, me voy adentrando en la explanada exterior del Museo donde estaban los jardines, los food trucks, las terrazas y sigo viendo bordillos por todos los lados. Caminitos señalados para que vayan los peatones, con huellas de pisadas de zapatos, pero, de la acera a la carretera no había rebaje alguno”.

De hecho, Sánchez confiesa que no pudo cenar del “disgusto e impotencia que sentí al ver aquello en unas instalaciones que fueron inauguradas en el año 2007, ¡en el año 2007! Un edificio nuevo…”. Sánchez y sus amigos deciden entonces visitar el Museo. “Accedemos por la parte donde hay una tienda y a la izquierda unos aseos”, ahí sí que estaba la plaquita de la silla de ruedas, apostilla. “Voy hacia el ascensor para dirigirme a la planta segunda, donde hay una espectacular terraza, y sorpresa, el ascensor no paraba de ”transportar“ personitas que podían usar las escaleras sin ningún problema, personas que me veían esperar y les daba absolutamente igual, personas a las que les decía, educadamente, que podían ir por las escaleras y hacían como si con ellos no iría la cosa o me miraban por encima del hombro… ¿Civismo? ¿Educación?”., se pregunta.

Ya en la segunda planta, “me dispongo a salir a la terraza y sorpresa, de las tres o cuatro salidas a la terraza que hay, todas ellas contaban con un señor escalón (más de 15 cm.) insalvable para mi silla de ruedas. Ahora viene lo bueno. Ignorantes nosotras, pensamos que quizá contaban con alguna rampa portátil, preguntamos a una de las chicas que estaba allí ”controlando“ y nos dijo que no sabía, que ahora le preguntaba a su supervisora. La supervisora vino y nos contó el cuento chino de las 23:03 horas: ”ay, lo siento mucho, los chicos de mantenimiento se han llevado las rampas esta misma mañana y no las tenemos aquí“.

Por todo ello, Sánchez asegura que se marchó “decepcionada, triste y de muy mala uva hacia el ascensor para volver a hacer cola”. “¿De qué me sirve que pongáis un autobús adaptado desde Logroño si vuestras instalaciones y museo no lo están? ¿Concienciados con el mundo de la discapacidad? No. Si realmente estuvierais un poquito concienciados esas rampas que supuestamente tenéis, anoche hubieran estado allí. Pasos de cebra con bordillos sin rebajar, en las instalaciones como en el parking… Tenéis varias plazas en el parking destinadas a PMR, tenéis un aseo supuestamente adaptado, el museo cuenta con ascensor… Eso NO es estar concienciado”.

Es más, Sánchez reconoce que no se había sentido tan discrimianada “hacía muchísimos años. Y lo peor de todo, ”que ha ocurrido en mi tierra. En La Rioja. Tierra que amo por los cuatro costados, tierra que me ha dado la profesión que tengo, guía turístico oficial. Triste y muy decepcionada. Desde luego, una experiencia para no repetir y para no recomendar“, termina su denuncia en redes.

Puntos con los que el Museo no está de acuerdo

Desde el Museo Würth por su parte no han tardado en responder, también a través de redes sociales, a la denuncia de esta joven. Tienes toda la razón, reconocen, “la rampa de terrazas no estaban en su sitio, desconocemos por qué y te pedimos, de nuevo, disculpas. Corregimos lo antes posible el paso de peatones que acaba en el bordillo aunque ese no es el espacio habilitado para las sillas de ruedas”, puntualizan.

Pero en lo que no están de acuerdo es en lo referente a la accesibilidad del Museo. “Entendemos que con tanta gente puede ser difícil encontrar los accesos, que son varios, si no has estado previamente en el museo así que te invitamos a que nos visites y te los enseñaremos personalmente, incluso te podemos acompañar con alguna de las sillas de ruedas disponibles para los visitantes, por, si de esta manera, encontramos algún otro espacio a mejorar”.

Estamos de acuerdo contigo, prosiguen desde el Museo, en que los asistentes al evento debían haberte facilitado el acceso al ascensor,pero en el civismo de los visitantes no podemos intervenir. Esperamos volver a verte en las próximas activiades del museo”, finaliza la respuesta del Museo Würth.

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