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“No debe ser una vergüenza el consumo de droga; vergüenza debe sentir La Manada”

"No debe ser una vergüenza el consumo de droga; vergüenza debe sentir La Manada"

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Más del 40% de los consumidores se iniciaron con las drogas entre los 14 y los 18 años. Aunque se ha retrasado ligeramente la edad de inicio con el alcohol, sigue situándose en torno a los 14 años. Baja muy ligeramente el consumo de cocaína pero se mantiene el de canabis. Queda mucho por hacer en la lucha contra las drogas.

El doctor José Luis Rabadán es el presidente de ARAD, la Asociación Riojana de Ayuda al personas con problemas de Drogas. Lleva décadas al frente de esta lucha contra las drogas en La Rioja y, en todo este tiempo, ha vivido el auge de la heroína en los años 80, el repunte en los consumos de hace apenas una década, el ascenso meteórico de la cocaína y la aparición de las drogas de diseño.

Además de luchar contra la droga, Rabadán lleva años luchando también contra el estigma. “En los 80 se creía que toda la heroína estaba en el Casco Antiguo de Logroño, y yo tenía decenas de pacientes de la Gran Vía”, explica, “aun hoy seguimos buscando causas y culpables y no los hay, en el consumo de drogas sólo hay inocentes y personas equivocadas. Vergüenza debe sentir la Manada y no las personas que han caído en la droga. Y eso tienen que entendero también las familias, que no es un fracaso, es cuestión de mala suerte”.

Cannabis

Si hay una sustancia que se mantiene inalterable en lo más alto del consumo es el cannabis. Se trata, sin duda, de una de las drogas más aceptadas socialmente. “Como se habla del uso terapéutico, los jóvenes lo utilizan como argumento para consumirlo y cada vez nos estamos encontrando a más jóvenes con patologías psiquiátricas derivadas o potenciadas por el consumo de cannabis”, explica Rabadán.

“No es la sustancia sino quién la consume”

“Yo siempre pongo el mismo ejemplo: si preguntamos a cualquier si es malo tomar un vaso de vino o de cerveza te dirán que no pero, ¿qué pasa si ese vaso de vino se lo damos a un bebé? Podríamos matarlo”, continúa, “con esto ocurre igual, no es la sustancia en sí sino quién la consume y cómo la consume, cuál es su personalidad, si tiene alguna patología dormida, etcétera”. De hecho, el último estudio sobre el uso de drogas en Enseñanzas Secundarias del Plan Nacional de Drogas, deja clara la infuencia que tiene el cannabis en el rendimiento escolar, las peleas, los problemas...

Uso terapéutico

A pesar de todo ello, el presidente de ARAD apuesta por la regulación del cannabis con uso terapéutico. “Esa es la palabra, regulación. No se puede hablar de legalización, igual que no está legalizada la velocidad en las carreteras sino regulada”, matiza, “como médico soy absolutamente partidario de utilizar el cannabis para algunas enfermedades y hay que regularlo para que personas con grandes dolores no tengan que acudir al mercado negro, muchos países ya lo están haciendo y puede que sea el momento también aquí”.

“La velocidad no está legalizada sino regulada. Con el cannabis debe ser igual”

Explica además que cada vez se está avanzando más en variedades de cannabis con un mayor contenido CBD (con propiedades antiinflamatorias, analgésicas...) y menor contenido THC, (el que “coloca”).

De la heroína a las drogas de diseño

¿Se ha perdido el miedo al consumo de drogas? Rabadán tiene claro que la percepción ha cambiado. “Con la heroína, al poco tiempo de iniciarte en el consumo te haces adicto y necesitas tres dosis diarias. Sin embargo, con otras drogas el silencio clínico es más largo y puedes estar años consumiendo de forma recreativa”, pero los efectos no son mejores.

Están apareciendo incluso nuevas drogas que no se detectan en los test, o incluso que no están fiscalizadas por lo que su tenencia y consumo ni siquiera es delito. “Internet se ha convertido además en un arma de doble filo, por un lado nos facilita la vida y supone un avance vital pero por otro hace que sea sencillísimo comprar por ejemplo cannabis sintético, cuyos efectos ni siquiera están probados”, explica el doctor.

“Lo cierto es que ahora hay más oferta de drogas y por tanto, si aumentan las sustancias, aumentan también los posibles consumidores”, concluye.

Objetivos consensuados con los propios consumidores

Si algo preocupa especialmente a Rabadán, además de la temprana edad de inicio, es el tiempo que transcurre desde que un consumidor prueba por primera vez una sustancia hasta que pide ayuda. El 85% de los pacientes llegan con más de once años de consumo a sus espaldas y eso complica mucho las cosas, “a veces pasamos de doblar el plato a tenerlo roto”, señala Rabadán, “y ahí tenemos mucha responsabilidad las personas que trabajamos en esta lucha”.

Con ese fin de acercar a los pacientes a la recuperación cuanto antes, ARAD ha comenzado a trabajar en una nueva línea, diferente a la de otras corrientes u organizaciones. “Llevamos un tiempo compartiendo los objetivos con los pacientes”, explica, “otras organizaciones plantean la abstinencia absoluta y eso muchas veces provoca rechazo entre los consumidores que no se sienten capaces”.

“Nosotros en cambio ponemos el objetivo en común, vemos con ellos qué es lo que pueden lograr. Si una persona pasa de tres pinchazos de heroína al día a beber un sorbo de metadona y cambiamos así el consumo y evitamos que cometa delitos, para nosotros es un logro. Igual que si una persona consume cocaína y porros. Tal vez el primer objetivo debe ser dejar la cocaína y, a partir de ahí, es muy probable que él mismo cambie de objetivo y acabe también dejando los porros”, señala.

Lo más importante es ir de la mano, con el paciente, con su familia, con las circunstancias de cada uno. Y entender. Entender que no se trata de buscar causas ni culpables, sino de solucionar el problema. “¿Qué hubiera sido de cualquiera de nosotros de haber probado una droga en un momento concreto de nuestra vida?” es la pregunta que debemos hacernos para entender que el problema puede afectar a cualquiera.

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