¿Desfile o simulacro de Estado de Excepción?

La concejala de Cambia Logroño Marina Blanco ha criticado hoy el “uso partidista” del Desfile de las Fuerzas Armadas, que tendrá lugar en Logroño este sábado, 26 de mayo, al que ha calificado como un “simulacro de Estado de Excepción”.

Blanco ha ofrecido una rueda de prensa junto a la coportavoz de Equo Noelia González en la que ha puesto el acento en los 733.000 euros que costará el desfile al Ministerio, más lo que gastará el Ayuntamiento de Logroño porque ha creído que la alcaldesa, Cuca Gamarra, “usa el dinero de todos para hacerse un foto”.

Se trata de una cuestión que ha dicho no entender cuando la ciudad tiene necesidades y aún no se ha “recuperado de los recortes”. A esto, González ha sumado que le parece una “irresponsabilidad normalizar la violencia”.

En este sentido, ha dicho que escuchando estos días los aviones militares sobrevolar la ciudad “era difícil no acordarse de Gaza”. “Rechazamos la muestra pública de armas como demostración de orgullo”, ha dicho.

Blanco también ha rechazado las molestias que se están ocasionando a los ciudadanos, preguntándose quién va a indemnizar a los comerciantes. Así, se referido al caso de uno, en concreto, que les había referido que desde el miércoles no puede usar la furgoneta para cargar y descargar y que tiene a dos empleados parados.

“Hay que sumarle la retirada de mobiliario urbano, como semáforos, que está dando quebraderos de cabeza a los ciudadanos”, ha indicado al tiempo que ha recordado que, para la Semana de la Movilidad, sin embargo, el Equipo de Gobierno del Ayuntamiento no quiso cerrar al tráfico una calle principal.

Se ha preguntado “para qué poner patas arriba la ciudad” y ha rechazado “crear un caos para rédito personal del Equipo de Gobierno”. Ha anunciado que han pedido a la Comisión de Transparencia las cifras económicas del desfile para el Ayuntamiento porque, aunque Gamarra haya estimado el coste en 40.000 euros, faltan partidas como las horas extra de los policías.

Tampoco ha compartido que se esté identificando a los ciudadanos que viven en las calles por las que pasará el desfile “como presuntos delincuentes” en una democracia.