La mosca negra, una amenaza para el próximo verano

La mosca negra, una amenaza para el próximo verano

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La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) ha alertado de que las intensas lluvias de esta primavera conllevarán un aumento de las picaduras de mosquito tigre y mosca negra en los próximos meses. Picaduras que generan un dolor más intenso que las de otros dípteros y problemas de alergias que conllevan en ocasiones infeccciones y otras reacciones.

Mientras el mosquito tigre es una especie invasora, la mosca negra es una especie autóctona. Sin embargo, su actividad se ha disparado en la última década. En este caso, a diferencia del mosquito, no se ve favorecida por las aguas estancadas sino por las aguas oxigenadas gracias a las corrientes y las turbulencias, por lo que es más frecuente en zonas de ríos. Si el verano es muy caluroso, se auguran problemas ambulatorios por sus picaduras porque es la época en la que las larvas completan su ciclo y se transforman en moscas. Las hembras salen entonces a buscar sangre para gestar sus huevos, y la obtienen tanto de las personas como del ganado.

Su presencia será especialmente notable en algunas zonas, entre las que se incluyen las comarcas del Ebro. El pasado año 28.000 personas tuvieron que ser atendidas en Aragón por picaduras de mosca negra. En el momento no se nota la picadura porque su saliva es anestésica, pero después de atacar, se nota un intenso dolor y se aprecia la irritación en la piel, provocada por la mordedura en forma de corte minúsculo que hacen con una boca en forma de sierra.

Factores que aumentan el riesgo

Este verano se espera una gran incidencia por las condiciones meteorológicas pero también por otros factores. Por un lado, la crisis ha hecho que los fondos y los márgenes de algunos ríos no estén tan cuidados como antes, por lo que la vegetación prolifera y las larvas se agarran mejor. Además, han descendido en muchos casos sus predadores, principalmente los murciélagos, con una población menor que hace unos años.

Sin embargo, en el caso de Logroño, las crecidas han limpiado el lecho fluvial y no han arrastrado los macrofitos donde ponen los huevos por lo que este verano podría ser menos problemático.

Medidas para combatirla en Logroño

El pasado año Cambia Logroño presentaba una serie de propuestas para combatir esta plaga. Planteaban por un lado que se solicitase a la Confederación Hidrográfica del Ebro la limpieza y la eliminación responsable de plantas en el río así como la recuperación de la fauna autóctona que propicia el equilibrio de especies.

Planteaban también en este sentido la lucha contra las especies invasoras como el siluro y la realización de estudios específicos para encontrar depredadores naturales de la mosca negra.

Por último proponían una gestión integral de la ribera del río, implicando a otros ayuntamientos, ya que esta especie es capaz de desplazarse hasta 20 kilómetros.

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