“Las culebras son inofensivas, ojalá hubiera más”

"Las culebras son inofensivas, ojalá hubiera más"

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Este año han tardado, porque el frío y la lluvia se han prolongado (y se prolongan) más de lo normal, pero ya están aquí. Las culebras han vuelto a los campos y huertos riojanos y con ellas el temor, infundado, de ciertos ciudadanos. Y es que el riesgo que supone una culebra es mínimo. Al contrario, estos animales son muy beneficiosos para el ecosistema, así que si te encuentras con una, no la mates.

“Las culebras son inofensivas, ojalá hubiera más”, afirma rotundo el biólogo Luis Martínez-Zaporta. Las serpientes, recuerda, son vitales para el buen funcionamiento de los ecosistemas, ya que ayudan a controlar las poblaciones de roedores, como los topillos, que sí son un problema para la huerta. Estos animales, por tanto, ayudan a los agricultores y además, recuerda el experto, están protegidas por ley. Está prohibido matar, dañar o molestar a especies silvestres.

Es normal encontrarse culebras en esta época del año, pero hay que evitar la psicosis. Martínez-Zaporta quiere dejar claro que, de las ocho especies de serpientes que hay en La Rioja, sólo dos son venenosas y ninguna de ellas aparece por debajo de los 500 metros de altitud.

Aparecen cada año con el calor

Pero, ¿cómo podemos saber si la serpiente que vemos es o no una víbora? Para distinguirlas, Martínez-Zaporta explica que debemos fijarnos en la pupila del ojo. Las víboras la tienen vertical y las culebras redonda. Además, las escamas de la cabeza en las víboras son pequeñas, como en el resto del cuerpo, mientras que las culebras tienen grandes placas como las de los lagartos.

¿Y si nos muerde?

Su peligrosidad es mínima, pero aún así, en caso de ser mordido por una víbora, lo recomendable es, sobre todo, mantener la calma. Los casos fatales suponen menos del 1% y no se ha registrado ninguno en La Rioja en los últimos 10 años. Además, dispone de 24 horas desde la mordedura para ser atendido con éxito en un centro de salud.

Se aconseja también esperar con calma los primeros síntomas. Las víboras muchas veces dan mordiscos de aviso, en los que no inoculan veneno. Si en media hora no se percibe dolor o inflamación, es muy posible que no haya sido envenenado. También hay que retirar anillos, relojes, pulseras, zapatos o cualquier otro objeto que pueda presionar la extremidad en caso de inflamación y bajo ningún concepto realizar cortes o succiones sobre la herida, ya que aumenta el riesgo de infección. Después, hay que dirigirse sin prisa pero sin pausa a un centro de salud o llamar al 112. Y, ante todo, mantener la calma, aunque te hayan mordido, hay tiempo de sobra para acudir al médico.

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