Las ocho claves para gestionar mejor tu tiempo

Las ocho claves para gestionar mejor tu tiempo

Rioja2

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Si hay algo que nos falta en esta sociedad en la que casi todo se puede comprar, es el tiempo. Ese bien intangible pero indispensable que lo marca prácticamente todo. Y es que saber gestionar el tiempo es también saberse gestionar a uno mismo, saber gestionar la vida. Porque si hay un principio que tenemos que tener claro al hablar del tiempo es que se trata de un bien irrecuperable e insustituible. Cuando lo perdemos es para siempre.

Descubrirás enseguida, cuando empieces a tomar conciencia de la necesidad de gestionar tu tiempo, que estarás dando más valor a tu propia vida, a tus intereses y tus prioridades. A la vez que empiezas a dar valor al tiempo, empezarás también a respetarte más a ti mismo.

Descubrirás también que te conviertes en una persona más afectiva, que tus días cunden más, que pasarás de estar ocupado a aumentar tu productividad y ver muy pronto los resultados. El principal truco para ello es contar con una herramienta eficaz, eficiente y adecuada a tus necesidades. Debes tener también muy claro qué es lo que quieres conseguir y fijar un objetivo.

Ahí van algunos puntos claves:

1. Lo primero que debes hacer para gestionar mejor tu tiempo es ser muy consciente del mismo. Para ello lo primero que te recomendamos es contar con una buena herramienta. Un reloj te permitirá ser siempre consciente del momento exacto en el que te encuentras y valorar si todo se va desarrollando según el timming. Así que no esperes más, hazte con un buen reloj nuevo o usado como los que se muestran en esta web en la que además puedes vender tus relojes de lujo. Una vez que tengas tu reloj y seas consciente de la importancia del tiempo, ya puedes empezar con el resto de la lista.

2. Organiza tus prioridades. Este es uno de los puntos más importantes. Debes saber identificar tu visión personal y profesional y tus objetivos. De esta forma, podrás discriminar todas las cosas que no contribuyan a alcanzar esa meta.

3. Dedica una semana a analizarte. Anota cada día el tiempo que dedicas a tus tareas diarias. A esto te ayudará también tener varios relojes en casa o lugares de trabajo, tenerlos a la vista para recordarte que debes medir tus tiempos.

4. Es el momento de identificar las tareas en función de su importancia y su urgencia. La clasificación debe ser según este ranking:

- Urgente e importante (en este caso hay que actuar)

- Importante pero no urgente (en este caso hay que pensar)

- Urgente pero no importante (aquí podemos delegar)

- Ni urgente ni importante (debemos considerar si contribuye a nuestras metas)

5. Comprueba si las tareas realizadas han ayudado a alcanzar tus metas y si está en consonancia con el tiempo que has empleado en ellas.

6. Ahora es el momento de tomar decisiones, de asumir que vas a dejar de hacer cosas urgentes pero no importantes y aquellas que no son ni urgentes ni importantes. Para eso es fundamental aprender a decir no, renunciar a algunas tareas y saber delegar.

7. Con el tiempo que te sobre al renunciar a todas esas tareas puedes empezar a hacer un plan de acción para destinarlo a las tareas importantes, priorizando las importantes y urgentes y dedicando más tiempo del que esperabas inicialmente a las importantes y no urgentes.

8. Planifica. Es la mayor acción de proactividad que puedes hacer para gestionar mejor tu tiempo. Organiza la semana, las tareas y metas que te planteas para los días a venir. Así podrás ir revisando y comprobando el nivel de cumplimiento. La satisfacción al ir tachando tareas será tu principal motivación para continuar con el plan.

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