Rodeados de estereotipos machistas desde que somos niños

Rodeados de estereotipos machistas desde que somos niños

Rioja2

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Los niños no son machistas en sus primeros años y consideran a todas las personas en una situación de igualdad. El problema viene después, cuando comienzan a crecer y a socializarse. Es entonces cuando empiezan a dividir su mundo en el binomio chicas/ chicos o rosa/azul y cuando empiezan también a interiorizar los comportamientos que se esperan de ellos por ser chicos o chicas. Ruth y Bárbara, de Serise Sexología, lo comprueban cada vez que acuden a un colegio para realizar talleres sobre sexualidad.

“El curso más temprano donde nos hemos encontrado actitudes machistas ha sido en 3º de primaria. Nos encontrábamos trabajando con un grupo de niños y niñas el acceso al cuerpo. Tras la pregunta '¿Quién puede tocar nuestro cuerpo?', una niña respondió segura: 'Nuestro novio'. '¿Y si tú no quieres?', le preguntamos. La contestación que nos encontramos no nos dejó indiferentes: 'Da igual, es nuestro novio y puede hacer lo que él quiera'.

Lo cierto es que los más pequeños, desde muy temprano, están recibiendo mensajes que van poniendo su granito de arena en su forma de ver el mundo. Por ejemplo, como detallan Ruth y Bárbara, “es frecuente encontrar en los catálogos de juguetes infantiles a los niños representados con juguetes que conlleva habilidades manuales, como vehículos o construcciones, mientras que las niñas están representadas en habilidades domésticas como los carritos, los bebés, los juguetes de costura o manualidades y en algunos casos las cocinitas”.

También en los dibujos animados infantiles “se encuentran mensajes más o menos explícitos que van contribuyendo a esa construcción del patriarcado. Hace pocos meses, en Youtube, encontramos unos dibujos para bebés que parecían videojuegos, en los que cada superhéroe conducía un vehículo y tenían gran destreza. Cuando le llegó el turno a la única superheroína, la imagen que transmitía era torpe, se chocaba con todo y atropellaba a la gente”.

Y los spots publicitarios, las series, las películas e incluso las figuras públicas o personajes de algunos programas... Los roles están muy definidos y “la figura de la 'mala mujer' o la de la 'tonta-guapa' es de lo más habitual”. Los hombres se muestran inteligentes, con gracia y profesionalidad, al margen de su aspecto físico, mientras que “en las figuras femeninas se exige belleza acorde con el modelo actual pero, incluso cuando son excelentes profesionales, los guiones exigen en muchas ocasiones determinados comentarios o acciones que están ”idiotizándolas“.

Las letras del reggaetón

Mucho se ha hablado de las letras machistas del reggaetón, pero Ruth y Bárbara consideran que ahora “no aparecen muchos más mensajes machistas que hace años, lo que sucede es que los mensajes del reggaetón están cargados explícitamente de referencias a la sexualidad femenina, a la mujer como objeto de deseo, y eso nos hace focalizarnos en ellas de una manera negativa. La música con tintes machistas existe desde hace muchos años, sólo hay que leer alguna letra de Loquillo, Sabina y un sinfín de artistas”.

Además de la música, los jóvenes viven hoy en día imbuidos en las redes sociales, donde el machismo “cobra una virulencia aún mayor que la que se produce de forma presencial”: Parejas que se controlan compartiendo sus contraseñas, vigilando las interacciones que se dan pidiendo explicaciones, comprobando las horas de conexión...

Parte de la culpa de estos comportamientos hay que buscarla en el modelo de amor romántico. “Parece que las parejas tengan que compartir absolutamente todo y nos olvidamos de que la libertad y la existencia tanto de espacios de intimidad como compartidos son ingredientes fundamentales para enriquecer una relación”, explican.

Una situación que también tiene consecuencias entre los chicos. Estos experimentan mucha presión, ya que cualquier comportamiento que muestren y que socialmente sea considerado como femenino es condenado.

“Durante siglos, lo masculino ha sido puesto en un pedestal y lo femenino ha estado relegado a niveles muy inferiores. Muchos chicos señalan que no pueden comportarse como sienten por miedo al rechazo o la burla. Además, se da una circunstancia en la que cuando en un chico se dan características socialmente más frecuentes en algunas mujeres, se cuestiona su orientación del deseo erótico, considerando que determinados comportamientos están relacionados casi directamente con ser gay”.

Empezar desde pequeños

¿Cómo conseguir que esos niños que no son machistas cuando son pequeños no lleguen a serlo al crecer? Ruth y Bárbara apuestan por comenzar lo antes posible, desde Infantil, donde se cuenta con “el terreno perfecto para poder ir sembrando. Si no invertimos en su cultivo, no esperemos que se mantenga solo”.

“Las semillas hay que cuidarlas, protegerlas, regarlas, ponerlas al sol, para que la actitudes de igualdad y respeto comiencen a germinar en las mejores condiciones posibles. Abandonar la tierra cuando ya casi está todo preparado y retomarla años después en la adolescencia, no tiene demasiado sentido, porque las semillas germinadas ya han muerto y las malas hierbas se han hecho dueñas del terreno. En ese momento, es mucho más laborioso porque hay que limpiar la tierra y volver a comenzar cuando las circunstancias ya no son tan buenas como al inicio: la socialización ha hecho su función y ya ha ido plantando a sus anchas los esterotipos, las presiones, las desigualdades, las faltas de respeto… Se invierte mucho en 'programas plagicidas', cuando lo más sensato sería que buenos/as agricultores/as procuren que nuestras plantas se desarrollen fuertes durante todo el proceso de crecimiento”.

También consideran crucial la formación de los profesores. “En demasiadas ocasiones nos encontramos que el profesorado no hace más, no porque no quiere sino porque no sabe cómo hacerlo”. Se podría, por ejemplo, incluir más figuras femeninas referentes en todas las áreas que se estudian y los docentes deberían recibir formación en materia de diversidad para dar por válidas y respetar cada una de las actitudes o ideas que los chicos y chicas muestren. Un trabajo de todos si queremos conseguir una sociedad más igualitaria.

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