Diversión y descanso, un binomio difícil de compaginar en el centro de Logroño

Diversión y descanso, un binomio difícil de compaginar en el centro de Logroño

Rioja2

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Algún que otro jueves y todos los fines de semana. Entre cinco y seis de la mañana. Unas 400 personas abandonan la Sala Suite de Logroño. Empieza el calvario para los vecinos de la zona de Siervas de Jesús. Ruidos, peleas y, últimamente también también tracas de petardos. Así se despiertan los vecinos de esta zona de Logroño, una situación que se repite en lugares en los que las viviendas y zonas de ocio comparten espacio.

Cierra la discoteca y comienzan los problemas

Y es que “la diversión y el descanso son difíciles de compaginar”, asegura el Secretario General del Sindicato SPPME, y subinspector de noche de la Policía Local de Logroño, Guillermo Chinchurreta. En Logroño, cuenta, las zonas de ocio están localizadas en el núcleo urbano donde vive mucha gente, y ahí viene el problema y el origen de muchas de las denuncias. “Por lo general las denuncias tienen que ver con el ruido porque hay una bronca, gente gritando...”. Y la mayoría de ellas se producen cuando cierra la discoteca.

“A la salida de la discoteca, a eso de las 6 de la mañana, se concentran en Siervas de Jesús, una calle de uno 7 metros, entre 300 y 400 personas. Una cantidad de gente importante en una calle muy recogida de forma que, por muy bajo que hablen, ese murmullo se multiplica por 200 y ya estamos hablando de un ruido importante”.

Y claro, explica Chinchurreta, “con las orndenanzas y la legislación en mano, no podemos sancionar a nadie por hablar. Un problema que genera una infracción tiene solución”. Si hay una persona gritando, prosigue Chinchurreta, se le identifica y denuncia, ese es el procedimiento, el problema está cuando no hay infracción.

Y, ¿cuál es la solución? Sin duda complicada. Quizás, aventura Chinchurreta, la solución pasaría por retirar las zonas de ocio de las zonas de descanso. Algo parecido a lo que hizo Jesús Gil en Marbella y que parece ha dado resultados. Porque no debemos olvidar, prosigue, “que estos locales cumplen con todas las mediciones de ruido, lo que pase de puertas para afuera cuando cierro mi local, no es mi responsabilidad, nos dicen los propietarios”.

Y sí. El Ayuntamiento de Logroño es consciente del ruido y del malestar de los vecinos. De hecho el concejal de Seguridad Ciudadana, Miguel Sáinz, explica a Rioja2 que “todos los fines de semana hay un coche patrulla o más en estas zonas de ocio en el horario de cierre de las discotecas para evitar peleas y cualquier otro tipo de problemas pero también para disuadir a la gente y que se vayan a sus casas cuanto antes”. Y en cuanto a denuncias, dice, “no tenemos constancia de ninguna en el Ayuntamiento de Logroño”.

Bretón de los Herreros, una discoteca al aire libre

Pero, sin embargo, el malestar de los vecinos es real y constante. Una vecina de Siervas de Jesús está harta “de que cada fin de semana hacia las cinco de la mañana me despierte el ruido de la gente que sale de la discoteca, un ruido que durante los últimos fines de semana viene acompañado de tracas de petardos, con lo que el descanso se vuelve imposible”, apostilla. No estaría mal, dice, aumentar la presencia policial.

Situación parecida es la que se vive en la calle Bretón de los Herreros. Y es que desde que se peatonalizó, cuenta otro vecino, “la calle se ha convertido en una discoteca al aire libre”. Con la peatonalización de Bretón de los Herreros, “sólo han ganado los bares”, además de haberse convertido en “el basurero de la calle Laurel”.

Y es que este vecino recuerda con nostalgia los años en los que esta calle había comercios de todo tipo, tiendas de tela, de vino, de decoración, agencias de viaje... “había una combinación de vida. Ahora sin embargo se ha convertido en una discoteca abierta y, de seguir así, los vecinos se irán yendo poco a poco y Bretón de los Herreros se convertirá en una zona de aparcamientos turísticos”.

De hecho, los vecinos de esta calle llevan tiempo exigiendo su derecho al descanso. Bretón de los Herreros es una calle para vivir, no sólo para beber era el lema de estos logroñeses que, todavía, siguen luchando por poder dormir y descansar.

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