Erasmus, mucho más que una experiencia de vida

Erasmus, mucho más que una experiencia de vida

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Año 1994. Irlanda. David Palacios tenía 22 años y acaba de realizar el cambio de sus estudios de Empresariales en la Universidad de Zaragoza a la recién creada Universidad de La Rioja. “Siempre me habían interesado los idiomas, se presentó la oportunidad y me fui de Erasmus a Irlanda”. David Palacios es de los primeros universitarios de la Universidad de La Rioja que participó en el programa de Erasmus. Se fue a Irlanda, concretamente al Waterford Institute of Technology, porque fue la primera universidad local con la que la recién creada Universidad de La Rioja firmó un convenio de Erasmus.

Este año 123 estudiantes de la UR se han ido de Erasmus

Allí estuvo un año. Tiempo durante el pudo comprobar que las cosas no eran igual que aquí. “El sistema educativo anglosajón era mucho más avanzado que el que entonces teníamos aquí, de hecho ya estudiábamos con créditos, las clases eran mucho más pequeñas, había muchas más prácticas y más cercanía con el profesorado”. Diferencias que se han ido salvando con el paso de los años.

También le sorprendió la vida que tenía el campus. “Se hacía mucha vida en la Universidad, se realizaban muchísimas actividades paralelas”. De hecho David aprovechó una de estas actividades para conocer gente. “Me apunté al club de remo para conocer gente, aprendí a remar y conocí a mucha gente, gente con la que incluso hoy mantengo contacto”.

De su año de Erasmus son todo buenos recuerdos. Y es que durante ese año tuvo la oportunidad de estudiar asignaturas diferentes a las que se enseñaban en España porque “el sistema universitario era más avanzado”. Y al margen del ámbito académico, David se trajo en la mochila “una apertura de mente, el contacto con otras personas, formas diferentes de ver la vida... aspectos que, si no viajas es imposible conocer”.

De hecho su experiencia en el extranjero no se quedó ahí. Y es que una vez acabados sus estudios, su trabajo siempre ha estado muy vinculado con el área internacional. “He vivido en otros países, un año en Estados Unidos, un año y medio en Alemania, cuatro en Polonia... por eso siempre valoro a la gente que se ha formado fuera”. De hecho, reconoce que este es un aspecto que tiene muy en cuenta a la hora de contratar a gente en el departamento de la empresa en la que trabaja. “Y es que vivir en el extranjero te permite vivir experiencias que de otra forma no podrías”. Es más considera que “viajar es la mejor vacuna para muchas cosas y más ahora que se habla tanto de nacionalismos y de independencia”.

David participó en Erasmus hace 23 años pero este programa tiene algunos años más, 1987. Desde entonces ha enriquecido la vida de nueve millones de personas, dándoles la oportunidad de estudiar, formarse, realizar un voluntariado u obtener experiencia profesional en el extranjero. Hoy las cosas son diferentes, cuenta. “Cuando yo fui de Erasmus este programa era nuevo para nosotros los alumnos pero también para los profesores. Y, de hecho, cuando mis compañeros y yo volvimos tuvimos algunos problemas para convalidar algunas asignaturas”.

Tampoco había ningún tipo de ayuda económica aunque al final “conseguimos la matrícula gratis”. Inconvenientes que David no tuvo en cuenta porque pesaba más “tener la oportunidad de poder estudiar y desarrollar mi carrera en un centro extranjero con todo lo que esto conlleva”.

Porque irse de Erasmus no es un tiempo en la existencia de alguien, es un cambio de rumbo. El programa permite desarrollar las competencias necesarias para llevar vidas completas e independientes y ayuda a los participantes a encontrar su lugar en la sociedad además de desarrollar un sentido de identidad europea.

En 2014 se creó el Programa Erasmus+, que integraba todas las iniciativas en los ámbitos de la educación, la formación, la juventud y el deporte en un mismo marco de la UE. Ofrece oportunidades de movilidad a nivel europeo e internacional y da la posibilidad de trabajar juntas a personas de distintos orígenes.

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