25 años después, el tabú contra el sida no desaparece
Hace 25 años, cuando la Comisión Anti-sida de La Rioja comenzó su andadura, las fichas médicas de los enfermos de sida se marcaban con círculo rojo. Incluso entre los profesionales sanitarios, estos enfermos eran excluidos socialmente. Un cuarto de siglo después, el sida es una enfermedad crónica y clínicamente controlable, pero no se ha avanzado tanto a nivel social. Los seropositivos siguen estando estigmatizados y prueba de ello es que se suelen mantener ocultos. El 1 de diciembre se celebra el Día de la Lucha contra el sida, pero serán pocos los enfermos que mostrarán su rostro en los medios y hablarán libremente de ello.
“Pese a los conocimientos que ahora tenemos de la enfermedad, no hemos avanzado mucho. El sida sigue siendo una enfermedad estigmatizante”, lamenta Javier Pinillos, presidente de la Comisión Anti-sida de La RIoja. El sida es, como detalla Pinillos, una enfermedad infectante, pero no contagiosa, como sí lo son la gripe o la tuberculosis, por ejemplo. “No puede contagiarse con prácticas de la vida cotidiana”, insiste. Sin embargo, los miedos y los tabúes hacen que no se trate igual a estos pacientes que a los de, por ejemplo, otra enfermedad crónica como la diabetes.
“No hemos logrado concienciar la normalización. En una encuesta reciente, la mitad de los preguntados tendría reticencias a comprar en una tienda si el dependiente tiene VIH y un 12% cree que se debería recluir a estos enfermos”, advierte.
“No es lo mismo decir que tienes cáncer que sida. En esto estamos solos”
La importancia del diagnóstico precoz
Junto a la eliminación de la estigmatización, el otro caballo de batalla es la concienciación en la importancia de un diagnóstico precoz. Actualmente, la Comisión Anti-sida ofrece la posibilidad de realizar un test rápido con una muestra de saliva para saber si eres portador del virus. Ante la duda, recomiendan sin duda acudir a su sede, en Avenida de Portugal Nº 18, y realizarse la prueba de forma totalmente anónima y con una fiabilidad del 99%. Y es que el 30% de la población infectada desconoce su situación.
Si sale positivo, el siguiente paso sería comenzar un tratamiento que será beneficioso para su salud pero también servirá para evitar transmitir el virus a otras personas. “Alguien infectado que cumple con el tratamiento tiene posibilidades ínfimas de transmitir la enfermedad”, explica Pinillos. De ahí la importancia de comenzar con la medicación cuanto antes en caso de estar infectado.
El perfil de seropositivo ha cambiado
Cuando la Comisión comenzó su andadura, con un grupo de profesionales sanitarios muy sensibilizados y personas con gran compromiso social, atendía a muchos enfermos que habían contraído el virus a través de la sangre, drogodependientes en su mayoría. Sin embargo, 25 años después, el perfil de enfermo es el de un varón de 45 años que ha contraído la enfermedad por transmisión heterosexual, si bien ha habido un pequeño repunte de transmisión por prácticas homosexuales.
“Se ha bajado la guardia, la gente no está concienciada y todos los años hay nuevos casos de gente que no sabía que estaba infectada y, cuando acude a nosotros, ya está en la fase final y su salud ya está deteriorada, además de que lo puede haber contagiado a otras personas”, lamenta el presidente de la Comisión.
Superada la etapa del desconocimiento, con nuevos fármacos para hacer frente al virus y diversos programas para atender a los enfermos, la asignatura pendiente es todavía cambiar la actitud de la gente frente el sida. Los datos contradicen los tabúes: cualquiera puede contraer esta enfermedad. No podemos bajar la guardia.
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