La pegada del 'Tiburon' puede con la bravura del 'Toro'

La pegada del 'Tiburon' puede con la bravura del 'Toro'

Rioja2

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Hubo tensión, emoción, buenos golpes, una caída a la lona y mucho espectáculo. ¿Qué más se puede pedir? Boxeo, vaya usted a saber si de muchos quilates o no, pero resultó una velada completa. Y eso que hubo variaciones en los combates programados antes del estelar. Si la gente que llenó el polideportivo de Viana ya había calentado con cuatro peleas a cara de perro de boxeo aficionado, el descanso de quince minutos -fueron alguno más- antes de esperar a los dos púgiles profesionales riojanos se agradeció para tomar aire y concentrarse en lo que iba a venir.

Nadie especuló. Ni la gente. Desde el principio se intuyó que la grada, dividida, iba a apoyar al suyo. Gritos y vítores para uno, pitos para otro. ¡Qué menos! Todo ello dentro de la deportividad y pese al pique personal y morbo que traía la pelea. Fernando 'Toro' Gandarias, el que había lanzado el reto, ya lo había vaticinado. Se equivocó en el desenlace. Le pesó su menor diferencia de peso y envergadura. Aunque durante algunos minutos no se acusó. Fue con el paso de los asaltos cuando el 'Toro', bravo desde el arranque y sin descanso para buscar el golpe definitivo, termino cediendo. Así lo consideraron los jueces, 39-36 para Jorge 'Tiburón' Vallejo.

Por lo tanto, la victoria se quedó en casa, ya que Titobox, organizador de la velada, ejercía de anfitrión. Quizá por eso, el 'Tiburón' salió decidido a imponer su fuerza. Agresivo y sin contemplaciones. Quería intimidar a su oponente. Nada de estudiarse. El 'Toro' salió respondón. No se amilanó y fue hacia delante. Acción, reacción. Cada uno mostraba sus argumentos desde que sonó la campana. A Gandarias le gusta eso de contentar a su público. Eso hizo. No fue una estatua. Quiso aplacar los ánimos de su oponente tratando de conectar un zurdado casi definitivo.

Tampoco le hizo ascos a meterse en las distancias cortas. El 'Tiburón' se adueñó del centro de las 16 cuerdas y hubo fases en las que llevaba a su contrincante a la esquina, donde tenía mucho que ganar. El equilibrio era constante y parecía que el empuje inicial, el gran desgaste llevado por ambos, podía pasar factura más adelante. Comenzaba el segundo asalto con las espadas por todo lo alto. Más que estarían en unos tres minutos en los que los dos boxeadores se pusieron las botas. No dejaron de impactar el uno en el otro y viceversa. Que los dos se tenían ganas quedó más que retratado.

El público, daba igual a quién apoyara, encantado de la vida. Se mascaba en el ambiente que la pelea podía acabar antes de tiempo. Lo mejor de todo era que no se podía saber en favor de quién. Terminaba el asalto con un golpe fortuito del 'Toro' al 'Tiburón'. Ese fue el primer choque de puños entre ambos, cuando Vallejo aceptó la disculpas de Gandarias. El cartel anunciaba la llegada del tercer round. El que iba a decantar la balanza. El 'Tiburón' mordió a su rival. Cada golpe era como un martillo, mientras que el 'Toro' trataba de sobrevivir buscando ralentizar el ritmo de una pelea en la que la adrenalina iba a más.

Todo ello se puso de manifiesto cuando el 'Tiburón' enganchó buenas manos en el rostro y cuerpo del 'Toro'. Desde la esquina roja le indicaban a su púgil que escapara, que ahí tenía mucho que perder. Gandarias intentaba escapar, pero estaba acorralado. Por eso, apelaba a una cornada en toda regla. Parecía que estaba moribundo, casi grogui... y gancho que te va. Aun con todo, el 'Tiburón' le hizo besar la lona. Cuenta, oxígeno para el 'Toro' y vuelta a la acción, que coincidió con el final del asalto.

Últimos tres minutos. Vallejo salió controlador, consciente de que con aguantar le era suficiente para sumar su quinta victoria como profesional. Sabía que si continuaba con su plan era cuestión de tiempo el alzar los brazos. El 'Toro' estaba tocado. Le faltaba algo de aire y el 'Tiburón' intentó aprovecharse de ello cuando ambos se enzarzaban en un quiero y y no quiero. Era un plan suicida para Gandarias, pero era la única posibilidad de poder tumbar a su oponente. No sucedió porque Vallejo es un buen fajador y demostró estar más fuerte que su rival. En este sentido, la diferencia de peso era más que evidente y ayudó al 'Tiburón' que incluso dedicó el triunfo. El 'Toro' tendrá una nueva oportunidad de resarcirse en la revancha. Deberá tomar nota. También el ganador. El que estará encantado de que ambos se vuelvan a medir en el cuadrilátero es el público.

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