La actriz Kira Miró se pone a las órdenes del riojano Roberto Galar

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Confiesa que nunca ha pisado una escuela de cine. Circunstancia que “es un punto a mi favor porque me da cierta libertad para rodar ya que no tengo maniqueísmos académicos”. Su nombre, Roberto Galar Egüen. Tiene 35 años, es licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad Complutense de Madrid, es de Logroño y acaba de dirigir el corto 'Lágrimas secas'. “Ninguno de los grandes directores españoles acabó nunca sus estudios audiovisuales”, recuerda. “Amenábar dejó la universidad a mitad de carrera, Almodóvar trabajaba en Telefónica, Garci en un banco, Álex de la Iglesia es licenciado en Filosofía... ninguno pasó por la escuela de cine, ni le hizo falta para rodar grandes películas”. Y en eso está. De momento, este riojano acaba de dirigir el corto 'Lagrimas Secas' protagonizado por Kira Miró, Chete Lera y Sahara Lecter.

¿Cómo decide un licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas encaminar sus pasos hacia la dirección?

Mi primer contacto con el cine fue a los 4 años, mis padres me han llevado desde entonces al cine. En 1886, con 6 años, mi madre me llevó a ver `Willow'. Fue entonces cuando me entró el gusanillo aunque nunca pensé que pudiera dedicarme a esto. Estudié Bachillerato Artísitico en la Escuela de Bellas Artes de Logroño y creía que iba para dibujantes de cómic pero mis primeros contactos con el mundo audiovisual me hizo cambiar de idea. Aprendí a manejar una cámara de vídeo, rodé un par de trabajos de fin de curso y me enseñaron a editar en analógico y me decanté por esto. El resto ha sido un trabajo de ir subiendo peldaños poco a poco de manera autodidacta.

Y de esta forma ha llegado a dirigir el corto 'Lágrimas secas'. ¿Satisfecho con el resultado?

Más que satisfecho. De hecho, está siendo toda una sorpresa para mí, ya que es mi primer trabajo profesional. Cuando empezamos a rodar sabíamos que teníamos un buen material entre manos y un equipo de gente fantástico. Mis productores Antonello Novellino y Guillermo Malo creían más en el proyecto que yo mismo, pero ninguno nos podíamos imaginar que para mitad de año, un corto riojano auto-producido y sin subvenciones de ningún tipo llevase ya 16 nominaciones en 3 países y 2 premios (Premio del Público en el Festival de Carabanchel y Premio del Jurado en Festival de Cine Pequeño de Aspe).

Este último un festival internacional con más de 1.200 cortos presentados de todo el mundo. Y que finalmente recaiga sobre un proyecto riojano es todo un orgullo para nosotros. Hacemos bandera de nuestra tierra allá donde vamos, aunque echamos de menos un poco más de apoyo institucional. Muchas veces no se trata de dinero, si no de ayudas con las localizaciones, cesión de espacios o permisos de rodaje. Siempre nos deniegan todo o, directamente, no nos responden. Ahora vamos a mandar el corto a los Goya para ver si pasa la pre-selección y veremos el recorrido que tiene este trabajo. Las valoraciones deben hacerse siempre a final de año.

Reconoce que es su primer trabajo profesional ¿cómo ha sido el rodaje con actores de primer nivel com Kira Miró o Chete Lera?

El rodaje se llevó a cabo en Madrid durante 2 días y medio en junio de 2016. Se rodó allí para poder coordinar las agendas de Kira Miró y Chete Lera, que estaban con sendas obras de teatro. Kira protagonizaba “El nombre”, que se estrenó en La Rioja, en Calahorra precisamente. Y Chete Lera acababa de pasar por Logroño con “La Celestina”, así que rodar con ellos era como cerrar el círculo. Y en los rodajes siempre hay anécdotas.

Curiosamente, ambos son unos enamorados de nuestra gastronomía y de la Calle Laurel, hablamos durante mucho tiempo de la buena acogida de la gente de aquí y de los pinchos que más les gustaban. Además, tengo que destacar que Kira rodaba un dramón con nosotros por la mañana y se iba por las tardes al teatro a hacer comedia. Por lo que hacía doblete esos días, algo muy duro para un actor porque tienes que cambiar el chip de golpe para pasar de un registro a otro.

Y, ¿cómo consiguió que Miró y Lera le dijeran que sí?

Es algo que siempre me preguntan. La respuesta es muy sencilla. Contacté con sus representantes a través de Internet y les hicieron llegar el guión. Me dijeron que sí inmediatamente y ya fue solo cuestión de cuadrar fechas (algo complicado porque tienen unas agendas muy apretadas). Este guión lo escribí en 2006 y llevaba 10 años esperando el momento para poder rodarlo con los medios necesarios y con los actores adecuados. Y al cruzarse la oportunidad de trabajar con Chete y Kira vi que era el momento adecuado. Mi madre falleció hace dos años y con el dinero de la herencia puse en marcha el proyecto, así que ella es a la postre la productora de “Lágrimas secas” y por eso el corto está dedicado a ella. Otros se lo hubiesen gastado en la entrada de una casa o en hacer un viaje, pero yo quería probarme a mí mismo y saber si puedo valer para esto.

De momento las cosas le están saliendo bien pero, ¿es difícil ganarse la vida como cortometrajista?

Como cortometrajista es prácticamente imposible, ya que en La Rioja no hay subvenciones para realizar proyectos audiovisuales: ni a priori, ni cuando el corto ya está rodado. Dependes solo de patrocinadores que te busques tú mismo y de los premios en festivales. Y éstos casi nunca te permiten recuperar toda la inversión. Para ganar dinero rodamos spots, videoclips, vídeos corporativos, etc. y lo disfruto igual, porque lo que me gusta es dirigir, sea lo que sea.

Los cortos responden más a una pulsión, a una necesidad de crear y contar historias. Y seguiré haciéndolo con presupuestos pequeños o grandes, porque esa necesidad sigue ahí. Pero sigue siendo un cine de guerrilla en el cual hemos aprovechado mucho cada euro que teníamos, para que parezca una producción mayor de la que en realidad ha sido. Bodegas Franco Españolas colaboró con nosotros haciéndonos llegar vino para la premiere del corto y estamos muy agradecidos, pero esas ayudas tienes que buscártelas tú mismo y recibes muchos “no” por el camino.

Y, pensando en el futuro, ¿a quién te gustaría dirigir?

En España ya he dirigido a quienes quería, Kira y Chete, por eso contacté con ellos y ha sido un sueño hecho realidad. A nivel internacional, me encantaría trabajar con Mónica Bellucci porque todo el mundo me ha hablado estupendamente de ella y me parece una actriz formidable. Mi productor Antonello Novellino ya trabajó con ella, así que puede que este círculo también se cierre algún día.

¿Proyectos de futuro?

Ahora mismo estamos terminando de editar un corto de Ciencia ficción-Terror que hemos rodado en el Centro Cívico Madre de Dios con bajísimo presupuesto. Lo hemos hecho todo entre Guillermo Malo y yo y queremos mandarlo al Festival de Sitges del año que viene. Es un homenaje al cine de los años 80 y lo hemos rodado con ese estilo. Ha sido muy divertido mezclar alienígenas, fuego, persecuciones, lugares abandonados y exteriores con paisajes de La Rioja. Y espero que, de nuevo, parezca que hemos tenido mucho más presupuesto del que ha sido realmente. No me gusta adelantar proyectos que aún no han salido porque se gafan, aunque avanzaré que el productor riojano José Antonio Romero y yo estamos trabajando en un guión que nos gustaría que fuese un largometraje en un futuro no muy lejano. Y por supuesto, si sale adelante, llamaría a los mismos actores con los que he trabajado en “Lágrimas secas” porque formamos una familia.

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