Laika, ¿crónica de un accidente anunciado?

Laika, ¿crónica de un accidente anunciado?

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Laika es una perra de aproximadamente 12 años de edad, que desde hace años vaga suelta, por temporadas, por la zona de Cascajos, Logroño. Los vecinos de la zona la conocen bien. Es una podenca, muy miedosa, porque nunca ha recibido el afecto de quienes debían protegerla, su familia.

Como indica la Protectora de Animales, la última temporada que se le vio vagando por la zona fue desde diciembre de 2016 hasta la tercera semana de enero de 2017, una semana ésta de heladas con temperaturas de hasta -4ºC durante la noche. Para el propietario de Laika esto no era un problema, ya que ella, como muchas otras veces, era alimentada por los vecinos.

El 21 de enero, y después de varias semanas de seguimiento e intentos infructuosos, voluntarios de la asociación consiguieron capturarla gracias a una jaula trampa en horas de la madrugada. Al verse encerrada en la jaula, la perra ladraba desesperada y una vecina, debido a la hora que era, llamó a la policía en lugar de a la Protectora. Siguiendo con el procedimiento establecido, el animal fue trasladado al Centro de Acogida de Animales (perrera de Logroño), que actúa como centro de acogida municipal y provincial.

La perra fue devuelta a su propietario el 24 de enero, a pesar de las declaraciones realizadas ante la Policía Local por parte de varios vecinos, que aseguraron haber sido testigos de malos tratos hacia el animal por parte de su dueño, quien además “permite a los perros de la zona montarla y se jacta de ello”. Incluso aseguraron haber llamado a su puerta para que la recogiera sin ningún resultado.

Así mismo, explicaron que la habían visto durante varias semanas de forma esporádica caminar junto con el propietario, atada con una cuerda y, en ocasiones, recibiendo gritos del mismo. Se repetía la escena habitual de ver al propietario sacar bolsas de los contenedores de basura para alimentar al animal. La impotencia y la indignación de los vecinos crecían al verla así, todos los días, sin poder hacer nada, explican desde la Protectora.

El 12 de marzo, Laika vagaba de nuevo por las calles de Cascajos, cruzando calles, corriendo el riesgo de ser atropellada y de provocar un accidente con consecuencias impredecibles. Los vecinos llamaron a la Policía Local, que acudió de inmediato. Según testigos, al poco tiempo apareció el propietario de Laika, que al ver a la policía intentó huir aunque fue alcanzado unos metros después. Le acompañaron a buscar a Laika y fue recogida por el Centro de Acogida de Animales.

FUTURO DE LAIKA

La Protectora de Animales se pregunta si Laika será entregada nuevamente a esta persona o se permitirá, de nuevo, que este pobre animal vague por las calles y pueda morir atropellado o provocar un accidente. Este colectivo ha solicitado en varias ocasiones su custodia.

Ahora confían en que la Policía Local actúe “teniendo en cuenta que, de ser devuelto el animal a su propietario, esta injusta situación continuará igual y, más temprano que tarde, Laika morirá en la calle víctima de un atropello, pudiendo causar incluso daños a transeúntes y conductores. Entonces habrá que pedir responsabilidades”. También piden a todos los vecinos que les hagan llegar sus testimonios sobre este caso.

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