Cuarto Creciente, “un espacio en el que crecen y se desarrollan los niños”

Cuarto Creciente, "un espacio en el que crecen y se desarrollan los niños"

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Su empeño tiene nombre propio, el de su hijo. Elena Moreta tiene claro el tipo de aprendizaje que quiere para su hijo. Ya lo intentó con La Arboleda, un proyecto que finalmente no salió adelante. Pero ahora, esta arquitecta técnica regresa con fuerzas e ilusiones renovadas, “aprendiendo de los errores cometidos” y, plenamente convencida, de que “una escuela activa es algo necesario para nuestra sociedad”. Su nuevo proyecto se llama, Cuarto Creciente.

¿Por qué Cuarto Creciente?

El nombre de Cuarto Creciente hace alusión a muchas cosas. En primer lugar, el nombre viene porque esta escuela es un espacio de crecimiento, en el que crecen y se desarrollan los niños, las familias, los guías y el proyecto mismo. También es un guiño a la Educación Cósmica de Montessori y su tarea científica, fundamentada en el deseo innato del niño por conocer el mundo que le rodea, la Tierra, la Luna, el Cosmos, comprender la naturaleza cíclica, en la que transcurren las estaciones, solsticios y equinoccios, las fases lunares, las mareas… Todos los niños nacen con un fuerte deseo por conocer el mundo en el que viven, que es necesario preservar y alimentar.

¿Qué diferencias hay entre una escuela libre/activa y otra tradicional?

En el plano cognitivo, el método de aprendizaje es totalmente diferente. En una escuela libre o activa, como su nombre indica, se trabaja con las llamadas pedagogías activas (Montessori, Waldorf, Pickler-Loczy…). Estas pedagogías se basan en la certeza de que todos nacemos con el instinto de conocer el mundo que nos rodea, y con las capacidades y potencialidades que necesitamos para llegar a ese conocimiento.

El niño no es un recipiente vacío que hay que llenar, que ha de adoptar una actitud pasiva en la que llega a un aula y espera a que le digan qué es lo que tiene que hacer, a un ritmo impuesto exteriormente por un adulto. El niño nace con la capacidad de aprender por sí mismo, es el sujeto activo de su aprendizaje, y él sabe qué es lo que su cerebro le demanda conocer en cada momento, según el periodo sensitivo en el que se encuentra. De esta manera, el adulto se convierte en un guía, que le observa, le orienta, pero jamás le impone qué es aquello sobre lo que debe trabajar. El protagonismo del aprendizaje pasa del maestro al alumno.

La neurociencia actual deja patente que para aprender, es necesario que exista una emoción previa, que aquello que vamos a aprender nos llame la atención, lo cual significa que nuestro cerebro está preparado para incorporarlo al conocimiento global. Si el niño se desarrolla en un ambiente preparado, rico en estímulos adecuados, se irá acercando a las distintas áreas e investigando aquello que le llama la atención, ya sea en el ámbito sensorial, matemático, lecto-escritura, botánica, geografía… Cada niño a su propio ritmo va adquiriendo el conocimiento sin esfuerzo, de forma intuitiva y, además, de manera mucho más sólida. Los conocimientos así adquiridos ya no se olvidan.

Por todo ello, una característica fundamental de este tipo de escuelas es que los niños tienen libertad plena de movimiento. Esto es muy importante, ya que Piaget demostró con sus estudios que el niño, hasta los 7 años, aprende a través del movimiento y el juego, esto es para lo que su cerebro está preparado y es por este motivo por lo que el niño lo demanda. Con el movimiento, se está desarrollando su sistema vestibular, que es el que integra el resto de sistemas, y se da un aprendizaje vivencial que es el que dará lugar a una etapa intelectual muy potente.

Por otro lado, la ratio alumnos/profesor es bastante bajo, es decir, hay muy pocos alumnos por profesor. Esto es importante porque la enseñanza es muy personalizada, ya que es necesario conocer y respetar el ritmo de aprendizaje de cada niño, desde una observación muy continuada que permita guiar a cada niño según el periodo sensitivo en el que se encuentre.

Otra diferencia es que los niños de distintas edades comparten las aulas. Esto es muy enriquecedor porque los pequeños aprenden de los mayores, y los mayores, a su vez, afianzan los conceptos al transmitírselos a los pequeños. Del mismo modo, los mayores desarrollan un sentimiento de respeto y cuidado por los pequeños, y los pequeños aprenden a relacionarse de forma natural con personas mayores, sin sentirse cohibidos o minusvalorados.

El periodo de adaptación es otra singularidad de las escuelas activas, ya que se permite a las figuras de apego del niño que permanezcan en el aula hasta que el niño se sienta seguro. En el plano psico-afectivo es necesario que se realice una transición tranquila que permita al niño la creación de un nuevo vínculo con el espacio y con sus nuevos acompañantes. También se permite a los niños pequeños acudir a la escuela con pañal, ya que es de vital importancia tener en cuenta que el control de esfínteres no se debe forzar, puesto que es un proceso de pura maduración biológica, y bastante complejo, en el que han de desarrollarse neurotransmisores y neurorreceptores, respetando la autorregulación del niño.

Para resumir, otras diferencias son que no hay deberes ni exámenes, no se dan premios ni castigos, se respetan los sentimientos de los niños sin reprimir ninguno de ellos, se fomenta la cooperación en lugar de la competitividad, y las familias son parte fundamental de la escuela, manteniendo con ellas una comunicación muy fluida.

Cada vez hay más escuelas de este tipo, ¿estamos ante una moda o las ventajas para los niños son realmente importantes?

Las ventajas para los niños son realmente importantes. Los resultados de este tipo de aprendizaje están avalados de manera científica, y no nos encontramos ante ninguna moda, teniendo en cuenta que la primera escuela Montessori se fundó en Italia en 1907, y la primera escuela libre abrió sus puertas en Inglaterra en 1923. Lo que sucede es que en España sufrimos un innegable retraso en materia de educación, y ahora empezamos a ser conscientes de la necesidad de cambiar el método de aprendizaje tradicional. De todos modos, en otras comunidades autónomas de nuestro país, este tipo de escuelas se encuentran ya muy instauradas.

Por lo general, este tipo de escuelas no están al alcance de todos, económicamente hablando.

Lo que ocurre es que este tipo de centros no cuentan con el apoyo del Ministerio de Educación, y por tanto, no reciben ayudas económicas, por lo que se trata siempre de iniciativas privadas que deben asumir todos los gastos a través de las cuotas de las familias.

¿Qué formación tiene el personal que estará al cuidado de los niños?

El equipo de Cuarto Creciente lo formamos tres personas, que estaremos en el centro de forma constante, más dos colaboradoras, que vendrán al aula a impartir talleres específicos.

En primer lugar contamos con Jessica Lozano, graduada en Magisterio de Educación Infantil, tiene formación en pedagogía Montessori y Picker-Loczy, y experiencia previa en un centro Pickler-Loczy de Navarra. Actualmente está cursando un máster en psicología del desarrollo y crianza respetuosa. Por otro lado está Anays Dorado, nuestra especialista en permacultura. Ha trabajado durante años en investigación sobre el cultivo ecológico, tiene formación en pedagogías activas, y está cursando actualmente el mismo máster que Jessica. Ella será la encargada de transmitir a los niños sus conocimientos en las tareas del huerto de la escuela y las actividades al aire libre. Por último, yo soy Elena Moreta, directora del centro. Soy arquitecto técnico, pero hace tiempo que mi vida profesional dio un giro hacia la educación. Actualmente estoy cursando el máster para ser Guía Montessori de Casa de Niños, tengo formación en psicología y pedagogías activas, y el año pasado acabé el máster en psicología del desarrollo y crianza respetuosa. Jessica y yo seremos quienes estemos con los niños en el aula, Jessica dirigiéndose a ellos en castellano, y yo en inglés, y Anays estará con los niños en el exterior.

Por otro lado, colabora con nosotras Piedad Navarro, graduada en Magisterio de Educación Musical, profesora superior de clarinete y postgraduada con “Distinction” en el Trinity College of Music de Londres. Tiene experiencia previa en colegios privados como el SEK-El Castillo, de Madrid, o el Trinity College de San Sebastián de los Reyes. Ella será quien imparta en la escuela los talleres de música, y puesto que también es bilingüe, sus talleres serán en inglés.

Por último, colabora con nosotras Rebeca González, graduada en Magisterio de Educación Infantil, profesora de yoga, especializada en yoga para niños, y una apasionada del teatro, por lo que se ha formado y hace teatro para adultos y para niños. Ella impartirá talleres de yoga para niños y también de teatro y expresión corporal.

Estos talleres formarán parte de la jornada lectiva matinal de los niños, no se trata de actividades extraescolares, puesto que creemos en una formación integral.

¿Cuándo abrirá sus puertas la escuela y dónde se ubicará?

Cuarto Creciente abrirá sus puertas en septiembre de este año, siguiendo el calendario escolar de la Consejería de Educación. Se encuentra ubicada en la calle Siete Infantes de Lara, junto al parque San Adrián. La escuela ya ha abierto sus puertas a las visitas de las familias interesadas en conocer las instalaciones y el proyecto, y las estamos recibiendo, cada sábado, en reuniones individuales para poder ofrecer una atención personalizada. Las familias que quieran concertar una cita para obtener más información sobre Cuarto Creciente, pueden escribirnos a cuartocrecienteasociacion@gmail.com, o llamarnos al 626 686 851.

La cuota mensual son 300 euros, durante 10 meses (septiembre – junio), más una matrícula anual de otros 300 euros.

¿A partir de qué edad pueden acudir los niños a Cuarto Creciente?

La escuela comenzará su andadura con niños de 3 a 6 años, es decir, Segundo Ciclo de Infantil, pero contamos con poder ofrecer en el futuro Educación Primaria dentro de nuestra oferta formativa.

A pesar de que todavía quedan algunos meses para que el centro abra sus puertas, ¿contáis ya con padres interesados?

Sí, tenemos ya a varias familias interesadas. Son familias que ya conocían previamente este modelo de escuela, y lo demandan.

Y, ¿qué pasa con estos niños cuando tienen que incorporarse a escuelas tradicionales?

Los niños que se desarrollan en un ambiente de libertad y respeto, adquieren unas herramientas tanto sociales como cognitivas que les preparan para enfrentarse a situaciones nuevas de manera muy satisfactoria. Hay que tener en cuenta que hasta los 6 años se está formando la personalidad del ser humano, y por ello es de vital importancia que, al menos hasta esa edad, el niño pueda crecer en un ambiente que tenga en cuenta sus verdaderas necesidades psico-afectivas y cognitivas. Es evidente que si el niño cambia de centro, va a notar ese cambio, del mismo modo que un adulto que cambia de empleo necesita adaptarse al nuevo centro de trabajo, pero eso no significa que el cambio haya de ser traumático.

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