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Surge Democratic Wines: un movimiento para defender lo que mola el vino

Rioja2

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El vino no tiene por qué estar asociado a términos técnicos y a un ambiente encorsetado de expertos, sino que también puede ser algo fácil y divertido. Siguiendo esta filosofía nació Democratic Wines, “un movimiento para gritar a los cuatro vientos lo que mola el vino”. El 8 de octubre ya celebraron el Democratic Wines Fest en El Rasillo y ya preparan “un fiestón” para este 2017.

Democratic Wines es un proyecto que ha salido de la mano de los hermanos Arambarri, de Vintae, y de los hermanos Virgili, de Casa Berger. Como han detallado a Rioja2, tanto los riojanos como los catalanes ven el mundo del vino de la misma forma, con una mirada transgresora generada por una misma visión: el vino tiene que acercarse al consumidor joven, ya que ahora mismo vive asustado por un tecnicismo excesivo. Buscan crear productos y conceptos divertidos, que se diferencien por su posicionamiento, packaging, comunicación y calidad del contenido.

“Desde Democratic Wines nos hemos propuesto una misión: que la gente lo pase igual de bien que nosotros bebiendo vino”. De ahí salió el pasado 8 de octubre en El Rasillo el Democratic Wines Fest, “un movimiento para liberar el vino”. Unas 300 personas participaron en este evento que contó con conciertos, batucadas, djs y foodtrucks. “Hartos de la subyugación del imperialismo del lúpulo, los destilados y las bebidas azucaradas, 300 valientes se echaron a la calle para manifestarse a favor del vino”.

Todo culminó con una manifestación a favor del vino que recorrió caminos, carreteras y calles para llegar al centro del pueblo, con el grito “¡Vino para todos!”, con la que se creó un ambiente de diversión y mucho amor lubricado con buenos vinos.

Y para este año, ya trabajan en el próximo evento, del que sólo pueden avanzar que “será un fiestón donde no faltará ni vino ni cachondeo”. Será un evento de mucha más asistencia, “un mix entre el Democratic Wines Fest y la Epic Run”. Esta última es una carrera no profesional y “cachonda” que se realiza en Barcelona, con tres obstáculos: una piscina de barro, un arco que disparaba vino y un muro de espuma.

“¡BASTA YA DEL IMPERIALISMO DEL LÚPULO!”

La idea siempre es la misma, vincular el vino no sólo a comidas y momentos de relax, sino también al día a día más festivo, con festivales de música, fiestas, discotecas. “Hay un muro de desconocimiento y una pérdida de hábitos de consumo del vino más allá de comidas y encuentros más bien formales. El vino se puede consumir en cualquier momento, como se hacía antes. ¡Basta ya del imperialismo del lúpulo! Queremos que la gente vuelva a beber vino y lo disfrute en cualquier momento. Una copa de vino en un festival ¿Por qué no? Es más, no una copa, ¡un vaso de vino!”, subrayan.

Desde Democratic Wines lamentan la caída del consumo de vino producida desde los años 60. Hay muchos consumidores que padecen 'el síndrome del somelier': “el miedo a no saber qué vino elegir sin quedar mal o qué responder cuando te preguntan si un vino huele a Alcachofa de El Prat o a Frambuesa de Canadá, la sensación de que vas a quedar mal por no conocer el producto”.

Ante esto, contraponen la idea de que “el vino es mucho más sencillo. Ya llegará el día que en que uno tenga un conocimiento muy avanzado en el mundo de los vinos, o no. Pero lo que está claro es que no hay que saber de vinos para poder disfrutarlos. ¿O acaso todo el mundo hace lo mismo con la cerveza? Tenemos la responsabilidad de ser los irresponsables del mundo vino, ser escrupulosamente descarados para que el vino vuelva a ser un miembro más de nuestras vidas. Para cumplirlo, hay que empezar por las bases: el idílico mundo de los festivales, conciertos y eventos dónde sólo hay que hacer una cosa, pasarlo en grande”.

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