Los errores se repiten

Los errores se repiten

Rioja2

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Enésima oportunidad perdida. La irregularidad de la UD Logroñés provoca que tras una nueva derrota la única mentalidad posible, en estos momentos, sea lograr la permanencia. Y va a costar, si se continúa en esta dinámica. Acumulando errores, como está sucediendo, el margen se acorta. El arranque de esta segunda vuelta animaba a una hipotética remontada, pero ahora quizá hay que rendirse a la evidencia. Esto es lo que toca esta temporada. El principal argumento de un bloque que le ha hecho ilusionar, y meterse en dos fases de ascenso seguidas, la solidez defensiva ha saltado por los aires. El Socuéllamos, rival que le equilibra en puntos (29), le ganó la partida porque estuvo más concentrado que un oponente indolente en la acciones defensivas a balón parado.

La asignatura pendiente de Rafa Berges sigue ahí, a expensas de sacarla adelante. Quinto encuentro como visitante y quinto desplazamiento sin sumar 3 puntos de una tacada -2 de 15 es el balance-. Así es complicado escalar, aspirar a algo más que a lograr la permanencia. Evidentemente, no toda la responsabilidad es del técnico cordobés, pero el legado que tenía obligaba a encadenar triunfos, un aspecto que no ha sucedido esta campaña. Una muestra más de lo complejo del grupo y de la dificultad para ir hacia arriba.

El choque vivido en tierras manchegas estuvo muy condicionado por el viento racheado. Dada esta climatología era importante mantener la tensión en las acciones a balón parado. Y en el primer córner en contra Calahorro encontró el hueco para, de cabeza, superar a Miguel. Kike la había puesto de lujo, pero no es concebible un remate tan claro del central local. Por si fuera poco, en la segunda oportunidad favorable para los anfitriones, fue Jesús García el que remató, también sin oposición, y el que pudo saltar las alarmas en apenas veinte minutos. Por suerte, Luca Ferrone evitó bajo palos lo que podía haber sido la prácticamente sentencia de la UDL.

2-0 AL DESCANSO

El caso es que el Socuéllamos, cierto con el viento a favor en la primera mitad, no tuvo que exponer demasiado. Le fue suficiente con apostar por un juego directo, confiar en coger las segundas jugadas y en ir ganando metros para intimidar, y hacer daño, en las acciones de estrategia. El tanto a favor, además, ayudó en sus pretensiones. Previamente, de partida, Kike ya había hecho diabluras por su costado y Óscar Martín había lanzado cerca del palo. Entonces, el bloque riojano tuvo que echarse un poco hacia delante y así vinieron un centrochut de Titi y un córner a favor que despejó sin apuros la zaga manchega.

Sin juego en la medular, el balón iba y venía de un lado a otro del campo. Faltaba contundencia en los despejes y habilidad para más allá de ganar la primera acción, hacerse con el rechace. Ahí le costaba mucho a los blanquirrojos. Daba la sensación de que el Socuéllamos estaba mejor colocado. Y como la UDL, este curso, insiste en repetir errores, los acumuló antes de alcanzar el descanso. Saque de banda, peinada y bola que recoge Cortell, se gira y la coloca en el fondo de la red. Incomprensible. Para hacérselo mirar. Como si los riojanos no hubieran salieran escaldados de la derrota ante el Navalcarnero (2-1) con goles encajados en dos saques de banda, por mucho que ahora esté otro entrenador dirigiéndolos.

Con la puesta en escena de Traver, el último en llegar, en detrimento de un nervioso y ansioso Reguilón, la UDL saltaba en la segunda parte con la intención de remendar lo realizado en los minutos anteriores con el viento a favor. Y el valenciano debutó con gol en la primera ocasión que tuvo. Balón profundo por la izquierda, gran control y mejor vaselina para superar a Kevin. Momento que aprovechó Berges para meter más madera al encuentro con Marcos André, que formó dupla con Juanfran.

El orgullo salió a relucir, pero es difícil remontar cuando se regalan 45 minutos y se empieza a competir con el 2-0 en contra. La intención era buena, pero costaba generar peligro. El Socuéllamos se replegaba, esperaba una oportunidad para correr y sentenciar a la contra. Había hecho su trabajo, había sido capaz de aprovechar los obsequios de la UDL y ahora aguantaba pese al viento en contra y un Traver muy presente en el ataque de los visitantes.

El tiempo pasaba y el que debía arriesgar, la UDL, lo estaba haciendo aunque sin quemar las naves, sin volverse loco, siendo conscientes de que no había que precipitarse, cuestión complicada de resistir con el marcador en contra y con la necesidad que le apremiaba al cuadro riojano. Al duelo le faltaba ritmo y es que el Socuéllamos ralentizaba todo lo que podía poner el balón en juego. Fran Pastor reaparecía tras muchos meses lesionado y obligaba a Titi a ejercer de lateral. Poco más se le podía exigir a Berges en cuanto a las piezas que tenía a su disposición.

Kevin fallaba, pero la acción posterior quedaba invalidad por fuera de juego de Juanfran. También lo intentaba en el tramo final el cuadro logroñés con una sucesión de saques de esquina sin consecuencias. La UDL se agarraba a los cinco minutos del tiempo de añadido, sin embargo pasaron sin transcendencia, sin que el meta local tuviera que esforzarse. Una falta frontal y un último saque de esquina que no se permitió lanzar. Ahí murió un encuentro que condena a los riojanos, que obliga a redoblar sus esfuerzos para centrarse en la salvación -el cuarto puesto queda a 8 puntos-. Y el domingo, llega a Las Gaunas el colista Zamudio.

FICHA TÉCNICA

Socuéllamos: Kevin; Carlos García, Alcañiz, Calahorro, Zurdo; Salva, Jesús García; Óscar Martín (Nanclares, min. 72), Cortell (Ramón, min. 89), Kike; y Pau Franch (dieguito, min. 81).

UD Logroñés: Miguel; Luca Ferrone (Fran Pastor, min. 80), Caneda, Pazó, Paredes; César Remón, Adrián León; Titi, Muneta (Marcos André, min. 52), Reguilón (Traver, min. 46); y Juanfran .

Goles: 1-0, min. 14: Calahorro. 2-0, min. 38: Cortell. 2-1, min. 51: Traver.

Árbitro: Juan Peña Varela (Comité Andaluz). Amonestó a los locales Alcañiz (min. 57) y a los visitantes Reguilón (min. 29).

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