“Lo que para nosotros es protección y seguridad, para ellos son barreras”

Aunque Europa y Estados Unidos parezcan estar lejos, lo cierto es que las decisiones que se toman entre ambos son las que condicionan nuestro día a día, como trabajadores, como consumidores, como productores, como pacientes y, en general, como ciudadanos en cualquier ámbito de nuestras vidas. Es así como se explica la importancia del TTIP, el Tratado de Libre Comercio e Inversiones que sigue perfilándose entre ambas administraciones y que, por primera vez, ha llevado el debate a la calle por la controversia que ha generado.

Un grupo de expertos en diferentes áreas ha editado ahora un libro, una especie de manual en el que, por capítulos, tratan de abordar los efectos que la firma de este tratado provocará en el futuro. 'Las amenazas del TTIP y el CETA' recoge el punto de vista de activistas, políticos y personas del mundo académico con un denominador común: “No vale cuestionarse estos tratados como algo aislado, hay que cuestionarse un modelo, toda una batería de políticas que nos están poniendo una camisa de fuerza de la que no podremos librarnos en muchos años”. Así lo explica el riojano Andrés Barrio, coautor de este libro.

En La Rioja, preocupa especialmente el efecto que este tratado podría tener en las marcas de calidad y en el modelo productivo del pequeño agricultor o empresario. “Dentro de un tiempo, los agricultores tendrán que competir con las inmensas explotaciones industrializadas de EEUU y entonces tendrán que elegir entre morirse de hambre o vender su producto a las multinacionales”, explica Lucía Bárcena, de Ecologistas en Acción, “todos terminaremos consumiendo Monsanto o Nestle y los productos naturales sin pesticidas y de proximidad serán sólo para las élites”.

“En España, para conseguir un sello de calidad, para estar en una Denominación de Origen, tienes que demostrar que cumples unos requisitos, que has producido de determinada forma, que la materia prima es la adecuada”, explica la diputada de Unidos Podemos Eva García Sampere, “sin embargo en Estados Unidos los sellos son sólo marcas, allí impera el marketing y tu puedes vender mermelada de la abuela sin tener que demostrar que el producto es bueno o que la mano de obra es tradicional y no indusrial, y si a alguien le molesta, que te denuncie”.

Bárcena insiste en que “lo que para nosotros es protección y seguridad, ya que las etiquetas dan al consumidor la información que precisa, para ellos son barreras, y lo que quieren es eliminar todo aquello que suponga la más mínima barrera al comercio. Lo único que quieren proteger es a las empresas”.

LA LLEGADA DE TRUMP

Es inevitable plantearse ahora cómo afectará a este Tratado la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. El magnate se ha mostrado en todo momento contrario a la firma del TTIP y, en EEUU, ha sido un tema que ha aparecido en la campaña y que incluso ha llegado a girar el voto.

“En el terreno político, no me preocupa lo que ocurra con el TTIP porque ahora es probable que se rebaje o que incluso no se llegue a aprobar”; explica García Sampere, “lo que ocurre es que estamos hablando de un perfil de personajes que, si no aprueban algo que se llame TTIP, sí van a poner en marcha políticas muy similares a las que recoge el TTIP. La batalla no ha terminado”.

Bárcena y Barrio coinciden al señalar que, aunque Trump esté en contra del tratado, sus motivaciones y objetivos no son los mismos. “Su ultranacionalismo, su proteccionismo hacia dentro, no es lo que nosotros defendemos”, explican, “a nosotros nos preocupan las injusticias globales y las desigualdades que generan estos acuerdos en otros países mientras que él sólo habla de que este tipo de tratados han hecho que lleguen a Estados Unidos más inmigrantes mexicanos para robar el trabajo. Está claro que ha sabido pervertir y utilizar el discurso de la izquierda en este asunto, como también lo ha hecho Lepen y otros líderes de la extrema derecha”.

“La diferencia fundamental es que ellos en realidad no están en contra de lo que recogen estos documentos, lo que quieren es que esas medidas se apliquen a otros países pero no al suyo”, explica Barrio.

En definitiva, todos ellos señalan que “esta sopa de siglas del TTIP o el CETA, es claramente la continuación de una política neoliberal que trata de eliminar cada vez más el papel regulador de los estados, dando poder a las grandes empresas”.