Una herencia envenenada

Una herencia envenenada

Rioja2

0

Recibir una herencia no siempre es una buena noticia, sino que muchas veces puede convertirse en un regalo envenenado. Hacer frente a los gastos, en forma de impuesto de sucesiones y donaciones, es, en ocasiones, un precio demasiado alto para algunos hogares. Pese a que La Rioja es una de las comunidades consideradas “más baratas” en este pago, la crisis ha triplicado la renuncia a herencias, que en 2015 ascendieron a 300, frente a las 103 de 2007, según datos aportados por el Consejo General del Notariado.

Este aumento ha sido una tendencia continuada durante los años de la crisis, que parece haberse atenuado ligeramente el último año. Así, la cifra pasó de 103 renuncias en 2007 a 197 en 2011 y rebasó los 300 en 2012 (306), hasta alcanzar la cifra máxima de 322 en 2014. Sin embargo, en 2015 bajó hasta 300, un número todavía muy superior al anterior de la crisis, casi un 200% más.

La tendencia a renunciar se ha disparado también en otras comunidades. En concreto, hasta el pasado 31 de diciembre de 2015 se registraron en toda España 37.390 renuncias, en un ritmo que no ha dejado de crecer los últimos ocho años en toda España.

Y es que aceptar una herencia, además de los gastos que conlleva, puede suponer heredar también las deudas del fallecido o recibir un inmueble que no va a poder ser vendido con tanta facilidad como en los años previos a la crisis.

¿Cómo sé cuántas deudas hay en la herencia?

Cuando se recibe una herencia hay que averiguar si hay más deudas que el patrimonio que se hereda, sobre todo en los casos que no hay testamento o el fallecido es una persona lejana. Según recomienda El País, hay que dirigirse al Registro de la Propiedad para saber si el difunto era titular de algún inmueble y solicitar una nota simple para saber si tienen cargas. También acudir al Catastro y a los bancos y pedir asesoramiento al notario, antes de decidir qué hacer.

También existe otra opción, entre aceptar y renunciar: aceptar con beneficio de inventario. El notario se encarga de hacer la liquidación del pasivo con los bienes de la herencia; si queda algo, va para los sucesores, y si no se queda en cero. Es un trámite complicado, con un coste elevado (unos 400 euros por una vivienda).

Etiquetas
stats