Oreja para Gardel

La segunda de feria con reses de la ganadería de Fuente Ymbro, bien presentados pero pasados de báscula, muy deslucidos, tres inválidos de las manos y flojos en general, para los novilleros Pablo Aguado, Rafael Serna y Alejandro Gardel.

Pablo Aguado en su primero lanceó con gracejo por verónicas y tras el tercio de varas le dio unas vistosas chicuelinas, con la muleta toreó en redondo por el derecho aunque estuvo mejor al natural, pero el astado sacaba la cara por encima del estaquillador, fue volteado tras dejar el acero, tras manejar el descabello en varias ocasiones le dieron un aviso, silencio. El cuarto ya en los primeros lances hizo por rajarse dicho y hecho, un novillo en tablas y ningún lucimiento, silencio tras aviso.

Rafael Serna en el que hacía segundo de la tarde, comenzó por el derecho sacándole una tandita con gusto, lo toreó bien por el pitón izquierdo con temple y ligazón, con los aceros le dio una entera y baja de efectividad, tras petición de oreja dio la vuelta al ruedo. El quinto de la tarde, un novillo inválido. En la faena le daba una tanda tras otra sin lucimiento ninguno, le costaba retenerlo hasta que se rajó del todo, se partió la mano y tras doblar se apuntilló, silencio.

Alejandro Gardel en el tercero toreó a la verónica. Con la muleta toreó muy vertical por ambos pitones con temple y le corrió bien la mano, tras la estocada oreja, y el palco le regaló por su cuenta la vuelta al ruedo al novillo. En el que cerraba la tarde, un novillo protestado por su flojedad e invalidez al que el palco tras la pamema de hacerlo entrar por segunda vez al caballo para hacer constar su falta de fuerzas lo dejó en el albero y lo cambió con dos rehiletes para que la bronca no fuera a más después de que volviera a tocar tierra en un par de ocasiones. Gardel lo mantuvo en pie sin más, tras el manejo de los aceros con un pinchazo, estocada y varios descabellos, silencio.

Se desmonteraron tras rehiletear Pedro Lara en el tercero y Ángel Odero en el cuarto.

Es triste tener que dedicar todos los días unas letras a los palqueros, pero no sufran, seguro que mañana más.