Espina da serenidad a la UDL

Rioja2

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Era de esos domingos en los que se sabe que el resultado es una obligación, por mucho que septiembre acabe de empezar. La forma queda en un segundo plano. Lo importante es el fin, sumar el primer triunfo de esta temporada. Una victoria que tiene que dar tranquilidad y confianza a todos los niveles: plantilla, cuerpo técnico y afición. Si hay que hablar de sensaciones, es necesario quedarse con los primeros minutos, con un fútbol reconocible por estos lares. Luego, con resultado favorable, gol de Espina, hubo “miedo a ser valientes” o “ganas de ganar”, como expuso Carlos Pouso a la finalización del partido, por lo que casi es entendible que la UD Logroñés reculara y procurara salir a la contra para sentenciar el duelo.

Golpeó la UDL con insistencia, con ansías de revertir su dubitativo arranque liguero. Fácil en la teoría, complejo hasta la fecha: cambio de orientación, centro y remate. A la vieja usanza. Con menos posesión, más vertical. Muy al estilo implantado por el técnico vasco desde que llegó en Logroño.

La concatenación de centros, algunos por arriba, otros rasos, provocaron que el ataque blanquirrojo pareciera estar más entonado. Fran Pastor avisaba prácticamente en la primera acción con una acrobática chilena. Javi Rey probaba fortuna desde lejos, como queriendo rememorar el tanto logrado hace una semana en el Fernando Torres. De nuevo Fran Pastor culminaba una gran jugada local: pase diagonal de Adrián León sobre Espina, el cual centró raso; Juanfran, emparedado entre los dos centrales, no llega, pero sí el extremo madrileño para mandar a un lateral. Chevi recibe un pase de Paredes y lo intenta en dos ocasiones. Juanfran se revuelve después de hacerse sitio tras un pase de Paredes.

GOL DE ESPINA

Todo ello concentrado en 15 minutos en los que el calor no dio tregua. Un cuarto de hora en el que el Rayo Majadahonda se encomendaba a Ñoño, desequilibrante por su perfil zurdo. Precisamente este futbolista se presentó, tras una buena pared con Jorge Félix, ante Miguel, pero el capitán riojano, anticipándose y por bajo, desbarataba una gran oportunidad de los visitantes.

Una acción que bajó el ritmo de ambos conjuntos. La UDL se tomó un respiro para proteger a un Julio Rico que sufría con el veloz extremo que tenía enfrente. Duró poco el relax ya que Fran Pastor se burlaba de dos contrarios y caía dentro del área con el colegiado a apenas cinco metros. Amarilla para el blanquirrojo por simular.

El Rayo Majadahonda necesitaba coger oxígeno y apostó por la posesión, por el toque para descansar. Entre tanto pase horizontal cuando los hombres de Pouso robaban buscaban a Espina y un pase picado de Caneda acabó en los pies del asturiano para retar a Basilio. En el primer envite, el portero le ganó la mano, pero después, en el rechace, el exquisito jugador se gustó caracoleando y rematando a puerta vacía con rabia.

Se había hecho lo difícil, lo que tras el tropezón de la Copa del Rey se reclamaba, generar más ocasiones de gol. Quedaba por saber qué UDL se iba a ver a continuación. Insistente en la búsqueda del segundo o temporizador. Se quedó a medias. Intentaba poner tierra de por medio, pero ya no contabilizó ninguna aproximación salvo la última acción mal finalizada con un pase al espacio que atrapó Basilio sin dificultades. El Rayo Majadahonda tocaba y tocaba como remedio para evitar el agobio de un cuadro local que presionaba, que no se quería meter atrás. El problema venía cuando los madrileños superaban la primera línea de presión y posibilitaba superioridad bien por dentro bien por fuera.

SEGUNDO TIEMPO DE LOS MADRILEÑOS

Aitor se acercó hasta el área rival, levantó la cabeza y cedió para Jorge Félix que llegaba a la frontal con solvencia. Pletórico de confianza enganchó un zapatazo que hizo temblar el larguero, previo toque de Miguel. Sin duda, la mejor opción del Majadahonda para haber empatado. Con el susto, se alcanzaba el descanso.

Empezaba un segundo tiempo en el que no se podía ni debía desperdiciar la renta. Más allá de jugar en casa, ahora el Rayo Majadahonda era el que debía mover ficha –lo hizo con una sustitución en el intermedio-. La UDL estaba expectante, dejando hacer a un equipo madrileño que no varió su discurso: toque, toque y toque. Los riojanos, ordenados, equilibrados y juntos. Todo con la idea de salir con espacios a la contra.

Así fue como Chevi dejó a Juanfran con todo a favor, pero en la carrera se fue escorando y Oliva le fue ganando metros, tantos que se interpuso en su remate tras una carrera de treinta metros. La escuadra de Antonio Iriondo reaccionaba con tres llegadas aisladas, pero que podían ser premonitorias. En la primera, Ñoño tiró cruzado y desviado; en la siguiente fue Jorge Félix el que chutó con violencia, pero Miguel respondió con reflejos; mientras que en la tercera una falta sacada por Ñoño no fue rematada por Fidalgo en el punto de penalti y libre de marca.

Pouso quería controlar más los tiempos, con lo que puso en escena a Muneta por un Chevi menos participativo. Sin embargo, el juego de los locales iba a tacadas, a impulsos. Se quería llegar lo más rápido posible al área rival y eso podía conllevar pérdidas y contras de un Majadahonda al que sí le interesaba esa ida y vuelta. Así, volvió a probar Jorge Félix la concentración de Miguel en un tiro desde la frontal.

DUDAS EN LA PARTE FINAL

Se enfilaba la recta final del duelo con incertidumbre, con miedos. Los viejos fantasmas merodeaban. Si la apuesta era salir a la contra, había que matar el encuentro, de lo contrario la angustia iba a ir en aumento. El Rayo Majadahonda amasaba para después buscar la superioridad por banda.

Momento para enfriar la contienda, para que sobre el rectángulo de juego no ocurriera nada. Pero esta UDL, plagada de hombres duchos en labores de contención estaba demasiado tiempo sin el cuero. Circunstancia que obligaba a los blanquirrojos a no perder el sitio, a evitar las embestidas de un conjunto madrileño que sabía lo que hacía, que lo intentaba sin prisas, sin nervios, los que afloraban en la grada.

La tónica era clara: balón largo de la UDL y el Majadahonda a construir, pérdida madrileña y vuelta a empezar el ciclo. Por fortuna, Miguel no tenía que emplearse a fondo, excepto un par de balones laterales. Se acusaba la angustia por ceder puntos, por no sumar un triunfo necesario para que el equipo termine de explotar y ofrezca mayor continuidad en sus acciones y en su ritmo, para que se muestre más solvente en labores defensivas y trate de gustarse en las acciones a balón parado. Con esta victoria, al menos, se espantan dudas. Ahora toca continuar progresando porque esta UDL tiene margen para mejorar. La próxima cita será en Toledo, el domingo que viene.

FICHA TÉCNICA

UD Logroñés: Miguel; Julio Rico, Caneda, Amelibia, Paredes; Adrián León; Fran Pastor (Salvador, min. 80), Javi Rey, Chevi (Muneta, min. 69), Espina (Reguilón, min. 61); y Juanfran.

Rayo Majadahonda: Basilio; Aitor (Rubén, min. 65), Cidoncha, Oliva (Pulido, min. 80), Portuga; Rubén Blanco (Fidalgo, min. 46), Fabry, Carlos; Portilla, Jorge Félix y Ñoño.

Gol: 1-0, min. 26: Espina.

Árbitro: Fernando Román Román (Comité Castellano leonés). Amonestó a los locales Fran Pastor (min. 22) y Juanfran (min. 81) y a los visitantes Aitor (min. 17) y Ñoño (min. 78).

Incidencias: 2.667 espectadores en Las Gaunas, según informó el club organizador.

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