La nueva rotonda de El Arco estará lista en septiembre
Las obras de la rotonda en la intersección de las calles Alfonso VI, Prado Viejo y Manuel de Falla están a punto de finalizar; comenzaron en el mes de junio y “se han ejecutado durante los meses de verano porque es la época en la que menos molestias ocasionamos a los logroñeses”, ha informado la alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra en su visita a la nueva rotonda de El Arco, que estará ya en servicio cuando llegue la “vuelta al cole”.
En estos momentos únicamente queda el remate de aceras, asfaltar, colocar la señalización y el mobiliario urbano y los trabajos de jardinería. Se calcula que en tres semanas estará totalmente concluida aunque podrá entrar en servicio unos días antes.
“Era una petición vecinal que incluimos en el Plan de Infraestructuras, priorizando su ejecución porque se trata de un cruce que acoge una intensa circulación rodada y también peatonal, al ir sumando residentes en su entorno y al ser paso del Camino de Santiago”, ha indicado Gamarra.
Con esta glorieta, de 19 metros de diámetro, se articula mejor el tráfico, facilitando los giros a la izquierda y obligando a reducir la velocidad. “Ganamos fluidez y seguridad, tanto para los vehículos como para los peatones”.
El proyecto ha sido redactado por técnicos municipales y llevado a cabo por la UTE Obras de Construcción e Instalaciones S.A. y Excavaciones Redondo Solozábal S.A., con una inversión de 94.541 euros (IVA incluido).
La rotonda cuenta con un anillo exterior remontable de 1,5 metros de adoquín y un círculo central ajardinado, con césped y arbustos bajos para garantizar la total visibilidad a conductores y peatones. El conjunto se completará con flor de temporada mantenida desde el Vivero Municipal.
La actuación ha incluido además la renovación del firme de la calzada y la repavimentación de las aceras perimetrales; así como una nueva red de agua potable y de canalización de electricidad. Se ha incrementado la iluminación -con cuatro columnas de diez metros de altura con luminarias led de mayor eficiencia energética- tanto de la rotonda como de los pasos de peatones, “buscando una mayor seguridad vial, un objetivo que es para el Ayuntamiento una prioridad en la política de vialidad”.
Una premisa que se ha tenido muy en cuenta a la hora de localizar los pasos de peatones, hacia los que se ha dirigido el flujo peatonal mediante vallas de encauzamiento; asimismo el trazado del Camino de Santiago se ha modificado levemente para que desemboque en paso de peatones.
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