Ramón Sacristán: “A la gente le sigue gustando el circo con animales”

El Circo Holiday llega a Logroño después de que pleno del Ayuntamiento desestimara la moción de Cambia Logroño que planteaba que se prohibieran los circos con animales. Su responsable, Ramón Sacristán, tiene claro que “a la gente le sigue gustando el circo con animales”. Y prueba de ello, cuenta a Rioja2, es que durante los tres primeros días, más de 3.000 personas han acudido a ver el nuevo espectáculo del Circo Holiday. “Afortunadamente, los que opinan que no tiene que haber circos con animales son una minoría”, asevera.

A todos ellos, “les invito a que vean en qué condiciones viven los animales en el Circo Holiday”. “Nos son animales que sacamos de la selva, traemos al circo y encerramos en una jaula. Son animales que se crían en cautividad, al igual que sus padres y abuelos, son animales que, si se soltaran en la selva morirían porque no saben ni cazar”, argumenta Sacristán.

Y es que además de los números con animales, el Circo Holiday ofrece estos días al público “un espectáculo totalmente distinto y renovado con caballos, cocodrilos y el oso humano” Todos ellos, junto con 20 artistas ofrecen cada día un espectáculo de más de dos horas al público asistente“.

Y así, el Circo Holiday lleva 25 años recorriendo España y, al igual que otros sectores, intentando plantarle cara a la crisis. “El circo se está convirtiendo en un artículo de lujo porque si hay gente que no puede pagar la hipoteca, cada vez cuesta más venir al circo”. Por esta razón, “hacemos tantos días especiales con precios populares, para que el precio de la entrada no sea la excusa”.

Y es que mantener este negocio no es barato. De hecho, Sacristán calcula que el Circo Holiday cuesta semanalmante entre 10.000 y 12.000 euros. Un esfuerzo que parece va dando sus resultados porque “la venta de entradas no va del todo mal, si las cosas siguen así, cerraremos la temporada mejor que el año pasado”.

Echando la vista atrás, Sacristán confiesa que en estos 25 años ha cambiado todo. “Desde las instalaciones a los vehículos pasando por las butacas de los espectadores y las luces”. Todo ha experimentado un giro de 180 grados salvo “el espíritu del circo que sigue intacto porque por muchos años que pasen seguirá intacto”. Un espíritu que, después de Logroño, viajará a Burgos y seguirá recorriendo las distintas ciudades españolas.