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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Enrique Domínguez Uceta desvela cada rincón de la Reserva de la Biosfera de La Rioja

Enrique Domínguez Uceta desvela cada rincón de la Reserva de la Biosfera de La Rioja

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Enrique Domínguez Uceta desvela los detalles de la Reserva de la Biosfera, uno de los paisajes más desconocidos y culturales de La Rioja. Además, Uceta nos cuenta la historia de lucha de la ciudad celtibérica y la relación de La Rioja con los dinosaurios.

Enrique Domínguez Uceta dice que: “Siempre se asocia La Rioja con el Valle del Ebro, con los tres tramos que el Ebro atraviesa la Comunidad y se divide en: La Rioja Alta; Logroño y sus tierras del centro; y la Rioja Baja, en el este donde el Ebro abandona ya la Comunidad. (...) Pero al sur de la Comunidad se levantan las montañas, las sierras y hay otra Rioja más abrupta de paisajes espectaculares, agrestes, muy auténticos, muy poco transformados y con muchos pueblos”.

Explicó que: “El valor natural de la zona es tan grande que en 2003 fue reconocida como Reserva de la Biosfera de La Rioja que ocupa el 24% del territorio de la Comunidad de la zona sur-oriental”. Y es que esta Reserva está compuesta por cuatro valles: Leza, Jubera, Cidacos y Alhama-Linares.

Durante su intervención Uceta aseguró que: “Estas tierras se mantienen casi intactas, es uno de los menos densamente poblados de la Península, por lo que la naturaleza se mantiene casi pura”.

Una de las principales curiosidades de estas tierras es que son “el corazón de celtibería”. “Aquí coincidieron los íberos más mediterráneos y los celtas que llegaron por los Pirineos y se asentaron en la zona más occidental del norte de la Península. Existen historias en las que cuentan la resistencia a la invasión de los romanos y de pueblos con mucha fuerza y determinación. Además, hay historiadores romanos que relatan que fabricaban armas de hierro de grandísima calidad: espadas que eran capaces de atravesar cualquier escudo o armadura”.

Otra de las curiosidades de la Reserva de la Biosfera es que se han encontrado “huellas de dinosaurios fosilizadas”, algo que es muy poco frecuente de encontrar.

Además de estos temas históricos, otra de las peculiaridades de esta Reserva de la Biosfera es la existencia de las aguas medicinales y balnearios, “como en Arnedillo que llegan las aguas del Cidacos o el río Alhama que también saca sus aguas calientes y medicinales”.

En la Rioja Baja “existen pueblos muy interesantes y con mucho patrimonio, aunque también existen pueblos abandonados como Turruncún, que es un buen sitio para observar el vuelo de los buitres” contó Uceta.

No todo lo que podemos encontrarnos en la Reserva de la Biosfera es natural, sino que el patrimonio histórico también es muy elevado e importante. Eduardo Domínguez Uceta explicaba el caso de Calahorra, Alfaro y Arnedo.

“No nos podemos olvidar de Calahorra, que es la auténtica capital de la Rioja Baja, ni de su antigua calagurris romana. Allí hay que ver su espléndida catedral y su buen museo diocesano. Otro gran centro monumental de La Rioja Baja es Alfaro, que tiene una iglesia de San Miguel con una fachada clasicista impresionante, dando caracter a la Plaza de España. Pero sobre todo, la colegiata de San Miguel del siglo XVII, que fue el siglo de oro de Alfaro. Es el gran templo de La Rioja y además, es el edificio de Europa que soporta la mayor cantidad cigüeñas sobre un único edificio” explicó.

En Alfaro también hay que ver esa Reserva Natural de los Sotos del Ebro un juego de aguas del Ebro, de bosques de Ribera con chopos con mucha fauna. Es un gran espacio natural”.

Para concluir, Uceta hizo un recorrido con lo imprescindible de aquella zona: “Desde Alfaro, siguiendo el río Alhama, se puede ir hasta Cervera del río Alhama y ver sus casas escalonadas, asomadas unas sobre otras, como corresponde a estos lugares de sierra junto a esos ríos con sus bosques de galería acompañando el curso del agua. Es la capital de la sierra oriental riojana y allí podemos ir hasta Contrebia Leucade y venirnos luego para Arnedo, que forma también un bonito conjunto coronado por el castillo encaramado a lo alto. Se puede subir al mirador del castillo o ir al monasterio de Vico. No hay que olvidar además,que Arnedo es la capital del calzado, por lo que es un buen sitio para hacer compras”, concluyó.

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