Un Tiburón con guantes de cuero

Rioja2

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Entre amigos y entre gente amateur que comienza a experimentar lo que supone llevar unos guantes en las manos, Jorge Vallejo calienta antes de comenzar con su entrenamiento diario. Hace ya dos semanas que ganó su primer combate en la máxima categoría y todavía se le dibuja una sonrisa en la cara al recordar aquel día: “Sienta muy bien. Es muy reconfortante porque todo el trabajo que hemos estado haciendo hasta el día de la pelea: las dietas, todo el entrenamiento; todo el sufrimiento; se ve recompensado. Hemos conseguido un buen resultado y ha merecido la pena”, confesó a Rioja2.

'El Tiburón de Oyón' debutó precisamente en Oyón, el día de su trigésimo cumpleaños. Subió al ring, aunque nervioso, con las cosas muy claras y así lo hizo en el primer asalto. Sin embargo, en el segundo, recibió “una mano en la nariz que le hizo bastante daño” y le hizo sangrar, lo que le puso más nervioso y empezó hacer cosas “que no tenía que hacer”. Jorge reconoció que, aunque no tendría que haber sido así, aquel golpe le condicionó en el resto del combate. Sin embargo, le echó garra y corazón y ganó a Avelino Vázquez.

No era un combate como los que había hecho hasta ahora. Estaba en la máxima categoría, y eso se notaba: “Antes del combate, cuando te vendan, hay un juez mirando cómo está el vendaje para que todo sea legal y luego te firma las vendas. Solo con eso, me puse bastante nervioso”, nos reconoció.

Fueron muchas horas y muchos días de entrenamiento. Jorge es consciente de que el cambio de categoría supone mucho y que debe tener el menor número de errores posibles: “Hay un cambio en la forma de pelear. En profesional tienes que estar más tranquilo, haciendo las cosas mejor… Un fallo puede suponer que te hagan un KO. Por lo que entrenar la parte técnica es más importante”. Otra de las diferencias que el púgil nota son los guantes: “Es la mayor diferencia que he notado, duelen más los golpes con los guantes profesionales”, explicó recordando algún que otro puñetazo.

Siente verdadera devoción por su profesión y por este deporte, y así lo transmite. Para él el boxeo es “una forma de vida” porque “sirve para cualquier cosa en tu vida. En boxeo te golpean y la vida te va a golpear. Tienes que aguantar esos golpes, levantarte y seguir hacia delante” explicaba. Aunque Jorge, ya está más que “acostumbrado” a recibir golpes en el boxeo, tanto que ni le “duelen”, según nos explicó entre risas.

Al ‘Tiburón’, y seguro que al resto de sus compañeros que aquella tarde le acompañaban en el gimnasio, están hartos de tener que escuchar que el boxeo es un deporte agresivo. El púgil asegura que está convencido que aquellos que tienen una mala imagen de este noble deporte es “porque nunca han asistido a una velada de boxeo”. “Deberían ir a una para ver que es un deporte como otro cualquiera, en el que sí que consiste en golpear la cara de tu rival y hacerle daño, pero forma parte de unas reglas. No hay odio hacia tu rival, no es una pelea como tal. Es un juego, como quien dice. Yo tengo muchos amigos de otras ciudades contra los que me he peleado y después del combate, me he hecho amigo de ellos”, contó.

Dentro de esta mala visión, el boxeo siempre ha estado sujeto a sospechas de amaños de combates, apuestas… “Yo no he visto nunca ningún amaño, ni nada de eso. ¿Que antiguamente había cosas de esas? Pues sí. Hay personas que están más a favor y otras en contra de esa decisión, pero realmente los jueces son profesionales, se dedican a ello y ellos sabrán” dijo a este respecto.

CONSTANCIA Y SACRIFICIO

Desde muy pequeño lo tenía claro, aunque en su casa no eran muy partidarios de que realizase deportes de contacto. Soñaba con ello cuando “veía a los chavales que venían de Karate y llevaban el cinturón amarillo”. “Cuando ya fui mayor de edad estaba en el gimnasio haciendo pesas y en la clase de al lado hacían kickboxing. Me apunté y al poco tiempo me apunté a boxeo para mejorar en kickboxing. Pero me atrapó de tal manera que me olvidé del kickboxing” explicó.

Se define a sí mismo como “guerrero”. “Voy siempre hacia delante y me gusta dar guerra” aunque es consciente de que ese ímpetu que tanto le caracteriza debería comenzar a controlar: “Tengo que aprender a no ser tan acelerado y controlar más los nervios”.

‘El Tiburón’, a pesar de haber debutado hace tan solo dos semanas tiene muy claro cuál es su objetivo: “Me gustaría poder ser aspirante o pelear por el título nacional”. Para poder lograrlo, Jorge Vallejo ya tiene la receta: la constancia. Para el púgil, es la mayor virtud que un boxeador debe tener.

Aunque para lograrlo no será un camino fácil. El de Oyón, además de dedicarse al boxeo, posee su propio taller en el que trabaja entre 8 y 10 horas diarias. En España el boxeo no está tan reconocido como en otros países y, como ocurre en otros muchos deportes minoritarios, ni siquiera los profesionales pueden vivir de él.

A pesar de estas inconveniencias, ‘El Tiburón’ haciendo balance entre lo bueno y lo malo de su carrera deportiva, no es capaz de decir nada negativo: “Lo mejor, de momento, la victoria del otro día. Lo peor, no he tenido nada malo como para decir que es lo peor, todo ha sido bueno”.

Teniendo como referente al boxeador bilbaíno, Kerman Lejarraga, el de Oyón no tiene ninguna preferencia a la hora de enfrentarse a un rival, tan solo pide una premisa: “que sea mejor que yo”.

Son muchas las veladas de boxeo que ha protagonizado Jorge Vallejo, aunque hay una que recuerda con especial cariño: “Un combate en Vitoria que gané por KO a los 50 segundos”.

De momento Jorge no tiene previsto ningún otro combate próximamente, aunque tienen la intención de preparar otra velada en Oyón en septiembre. Tiempo suficiente para que tanto madre como novia recuperen el aliento tras el combate ante Avelino Vázquez: “Cuando acabó el combate, lo primero en quién pensé fue en mi madre y en mi novia. Porque al estar en el combate no eres consciente, pero cuando acabó yo sabía que había sido una batalla muy dura y desde fuera, seguramente la gente que me quiere, lo había pasado mal, y así fue. Sufren bastante”, confesó.

Por eso, cuando le preguntamos si le gustaría que sus hijos en un futuro practicasen boxeo no supo bien que responder: “Ufff… (risas) A mi no me importaría. El problema es lo que piense mi pareja. Les diría que si les gusta que lo hagan. Creo que la gente tiene que hacer lo que le gusta, tanto en el deporte como en la vida general”, concluyó.

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