Patinazo en Las Gaunas

Patinazo en Las Gaunas

Rioja2

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Olvidar e ilusionar. Eso es lo que tiene que hacer esta Unión Deportiva Logroñés. Debe borrar de su memoria los últimos encuentros, hacer tabla rasa y comenzar de cero y recuperar la base de pretemporada. Eso o lo va a pasar mal, se va a angustiar porque los resultados no salen y la ansiedad va a ser algo habitual. Toca trabajar, más si cabe, para revertir una situación de la que no sale con una simple victoria, ya se logró en Pontevedra. El bache de juego por el que atraviesa este conjunto es evidente. El número de tiros entre los tres palos en los últimos cuatro partidos es reducido, tanto que quizá sea mejor no citarlos para no dejar en evidencia a un ataque letal y fluido hace poco más de mes y medio.

La derrota sufrida en Las Gaunas, la primera como local esta temporada, obedece a la previsibilidad de una UDL desacertada con balón, poco fluida, sin encontrar su ritmo y desajustada como demuestra el marcador final. En Mekatondoa se vieron los primeros problemas de los blanquirrojos, ante el Sporting B hubo continuidad en la falta de lucidez, contra el Pontevedra parece que el resultado dejó en el limbo la practicidad, mientras que ante el Somozas ocurrió lo que tenía que pasar. Que un equipo ordenado, trabajador y solidario en el esfuerzo sacó los colores a uno de los gallos, venido a menos, de la categoría.

Comienzo con mejores sensaciones

Pese a un comienzo esperanzador, la UDL se fue encogiendo. Con mejores sensaciones que ante el filial del Sporting los riojanos buscaban pisar campo ajeno con cierto criterio. Incluso se terminaban las jugadas. Sólo faltaba dar ese último pase, dar esa pausa en determinados momentos. Enfrente, un Somozas agazapado. Disciplinado. Siguiendo los mismos patrones que el Sporting B hace dos semanas. Quizá con más perrería, ralentizando el ritmo, trabando más el duelo. La lesión de Antas ayudó a los visitantes para estar más centrados.

Sin nada interesante que destacar, el juego iba entre bostezo y bostezo. La velocidad había decrecido y el Somozas se veía más seguro, sin tener que recular tanto. Los espacios escaseaban y ya se sabe que si Titi e Íker Alegre no tiene motivos para correr este equipo lo pasa mal. Sobre todo si Muneta y Chevi no atraviesan por su mejor momento. El vasco está pasando desapercibido y eso es una mala señal, mientras que el madrileño no acaba de encontrarse a gusto. Por si fuera poco Pere Milla, como referente, no termina de cuajar. Y eso que la entrada de Reguilón en el once debía dar un talante más ofensivo al carril zurdo.

El descanso tenía que servir para reflexionar. Para dar un giro. Carlos Pouso lo intentó con los cambios, pero ni Carlos Fernández ni Jordan le dieron otro aire al equipo. Tampoco Joel Valencia. Ahora las prisas eran mayores, había más precipitaciones y el error estaba más cerca. La paciencia que debía asumir la UDL para hacer mover a su adversario se convirtió en falta de concentración en las entregas. El Somozas robaba y salía a la contra. Tanto que Quique Cubas pudo adelantar a los suyos. Sin embargo, Miguel, siempre Miguel, se erigía en protagonista

Hasta que Miguel aguantó

No contento con eso, el capitán blanquirrojo volvía a demostrar su calidad ante Leuko y Borja, en boca de gol, desbarataba el rechace de los visitantes. El Somozas cumplía con lo que tenía en su hoja de ruta. El desquiciamiento de los locales era evidente. Ansiosos, ofuscados ante el orden de los visitantes. Ya lo dice el propio Pouso: “Cuesta más crear que destruir”. Así fue como los verdiblancos no desperdiciaron su tercera oportunidad. Otra vez un robo y balón al espacio. Córner. Y gol de Añón. El técnico vasco justifica a los suyos: “Estábamos más pendientes de atacar el córner que de defenderlo”.

12 minutos por delante para evitar lo inevitable. Si el Somozas había creído en su trabajo, ahora se exprimía, se multiplicaba por todo el campo para frenar los intentos, tímidos e inconclusos, de un bloque sin recursos, sin chispa. Querer no es poder y más si el camino es el equivocado. La idea era ser más directo y aprovechar las segundas jugadas, pero nada de nada. Mandaluniz casi era un espectador. Cierto que mantenía la tensión en esos centros laterales, pero no sufría. Ni en el tiempo añadido se atisbaba el empate, quizá eso era lo peor.

Estar en las primeras posiciones exige ganar, ganar y volver a ganar. Si se encadenan los tropiezos es más complicado alcanzar las metas, cuesta más remar contracorriente porque hay que poseer una templanza inusitada en estos lares desde la ausencia del CD Logroñés en los terrenos de juego. Con la derrota afloran las críticas, Pouso lo asume, pero lo que sí es claro, más allá de los números, es que este UD Logroñés se parece en poco al de las jornada iniciales. Olvidar lo malo, recuperar lo bueno y retomar la ilusión. Es necesario y cuanto antes. Durante la semana, hay tajo.

UD Logroñés: Miguel; Miguel Santos, Julio Rico, Borja, Reguilón; Adrián León, Chevi (Jordan, min. 66); Titi (Carlos Fernández, min. 56), Muneta, Íker Alegre; y Pere Milla (Joel Valencia, min. 79).

Somozas: Mandaluniz; Leuko, Juan, Alex Bao, Antonio, Mateo, Añón (José Varela, min. 81), Antón, Marcos Remeseiro, Joseba y Antas (Quique Cubas, min. 29 (Diego Rey, min. 90)).

Gol: 0-1, min. 78: Añón.

Árbitro: Gorostegui Fernández-Ortega (Comité Vasco). Amonestó a los visitantes Quique Cubas y Añón.

Incidencias: 2.305 espectadores en Las Gaunas, según informó el club organizador.

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